UCR-PRO y la ruptura con menos sorpresas de la política


UCR-PRO y la ruptura  con menos sorpresas  de la política

Norberto G. Asquini

“Solo se blanqueó lo que siempre ha ocurrido”, afirma un dirigente del PRO al autor sobre el nuevo distanciamiento de esa fuerza y la UCR en La Pampa, tanto en los hechos como en palabras. En los hechos porque nuevamente los diputados electos este año parece harán bloques separados, como hasta ahora. En palabras, porque los cruces de unos y otros, al menos de algunos de los principales dirigentes, no dejaron duda de las diferencias políticas y personales.

Es una alianza imposible, porque ambos no tienen piel con el otro. Pero también en lo informal sigue siendo una alianza virtual: los mantiene unidos a pesar de todo que a nivel nacional el frente ex Cambiemos-Juntos por el Cambio se mantendrá unido frente al peronismo en el poder. En la provincia la ruptura es también una circunstancia: los une un mismo electorado, un competidor a enfrentar y esa misma alianza nacional. La dinámica es separarse dos años para terminar ir yendo juntos a elecciones. Casi como en el mito de Sísifo, la piedra vuelve siempre al mismo lugar por más que la quieran alejar.

La vida los separa

A nivel nacional se está reconfigurando la coalición antiperonista, ahora la principal fuerza opositora en el Congreso. Habrá bloques separados entre el PRO, los radicales y los “lilitos”, unidos por un interbloque. Al interior de cada partido también hay disputas de poder para posicionarse hacia adelante, y que se hicieron notar en la elección de las autoridades de cada bloque. Mauricio Macri sigue siendo el principal dirigente, pero no el único. María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, entre los principales, de su tropa y Gerardo Morales o Alfredo Cornejo de los radicales, pelean espacios y liderazgos.

En La Pampa el nuevo distanciamiento se dio por una serie de malentendidos e interpretaciones que tienen como basamento diferencias de origen. Nunca pudo cuajar una alianza con mínimos consensos que pudiera construir una coalición. La oposición en La Pampa va tejiendo pacientemente su propia frustración que estalla cada cuatro años.

No hubo sorpresa en lo que pasó. Solo se blanqueó una situación que ya había ocurrido en 2015 cuando eran Propuesta Frepam y los bloques legislativos se dividieron tras la elección. Se mantuvo una situación de tensión en los siguientes cuatro años, que se disparó con la interna de febrero de este año. En medio, nunca hubo interés entre ambos de unidad.

Rupturistas y consensos

En los últimos días se intentaron los primeros acercamientos para ver si se iba a conformar un solo bloque de Juntos por el Cambio-ex Cambiemos, o como se quiera llamar ahora esa alianza en el posmacrismo. Se quería encontrar una fórmula: el PRO pretendía un solo bloque y el radicalismo un “interbloque”, o sea en lo formal bloques separados que coordinan proyectos y posturas frente al PJ. Como lo tuvieron en 1999 con el Fregen en tiempos de la Alianza.

El problema son las palabras. Hubo una reunión de radicales en Guatraché promovida por los “rupturistas” con el PRO. Se dijeron cosas. Y no cayeron bien en el macrismo que enseguida disparó contra cualquier acuerdo.

Los medios se hicieron eco de los rupturistas cuyas palabras resonaron más fuerte. Pero hay distintas posturas al interior de los y las radicales. Están los más críticos a la alianza con el PRO, y están quienes pretenden construir acuerdos mínimos. Están los que quieren bloques legislativos unificados, como en General Acha o General San Martín (en Acha con intendente radical, en San Martín con uno del PRO), o bloques separados, como en Santa Rosa o en Guatraché, punta de lanza del rupturismo (justo en tierra donde Macri gana y gana). Depende de cada realidad. En medio, dirigentes de sectores minoritarios que torpedean con sus declaraciones cualquier acercamiento al no tener la responsabilidad de construir puentes.

Internismo y justificaciones

Pero, ¿cómo conformar una coalición con otro partidos cuando hacia adentro el internismo es una fuerza movilizadora de rencores y disputas dentro de la UCR? “Poli” Altolaguirre disparó contra los radicales que ocupan lugares de la oposición en organismos estatales. Por supuesto, le apuntaba a un torrobista. En General Pico Patricia Testa renunció a su banca por cuestiones personales y por la mala relación con otro concejal de su mismo partido, y ahora los no torrobistas quieren expulsarla.

La falta de autocrítica (Altolaguirre después de tres años de una presidencia en la que la UCR solo tuvo pérdidas, afirma que todo es culpa del PJ) y el germen del internismo (los radicales son minoritarios en Pico frente al PRO y ahora quieren expulsar a la dirigente mejor posicionada) recorren las filas radicales. El debate interno tampoco se armoniza porque si bien hay dirigentes de peso político, no hay líderes que aglutinen consensos. Solo pertenecer a un partido orgánico ha evitado el estallido.

En el PRO hay también diferencias internas. Pero hay figuras que concentran las decisiones como “Colo” Mac Allister (sin cargo y sin hacerse ver mucho, pero presente) y el diputado Martín Maquieyra en el norte, con base en General Pico, y un bloque en diputados más homogéneo que el anterior.

A esta altura de la columna, y después de analizar la situación, un dirigente radical advierte que “no somos los únicos divididos o con problemas, el peronismo también los tiene”. Hay una diferencia sustancial que da por tierra con las justificaciones: el peronismo tiene el poder que ordena y disciplina. La lógica de “el que pierde acompaña”.

Queda claro que los opositores que quieren construir, y que los hay, de un lado y del otro, se encuentran con que enfrente (o mejor dicho, a su lado) están los que dinamitan con sus palabras cualquier posibilidad superadora. Sísifo en el mito es el héroe absurdo, por más voluntad que ponga, nada va a cambiar en su vida. Ese parece ser el estado que arrastra la oposición al PJ desde hace años.

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