Cartas de Lectores: Querido Néstor Grill, un cumpleaños más sin vos.


Como Haensel y Gretel, tus compañeros y compañeras fueron dejando un rastro de miguitas en el camino de su calvario. Agudizando los sentidos disponibles al extremo, guardaron en la memoria, en los oídos, en todo el cuerpo cada bache de la ruta que transitaron cuando los trasladaban, la sirena de un tren, el sonido del mar, las vacas que mugían, los perros que ladraban, los olores que percibían y las voces de los verdugos.

Más de 30 años después de sucedidos los hechos, se dieron cita frente a un Tribunal para dar testimonio de su paso por los círculos dantescos de los sótanos del horror. Fue un desfile de historias vivientes que arrojaron luz sobre distintas maneras de proceder y organizarse de los esbirros de la muerte. Con la voz entrecortada por la emoción y el dolor contenidos durante tantísimos años, dieron cuenta de experiencias propias y ajenas, pedacitos de un rompecabezas enorme al que todavía le faltan muchísimas piezas, pero que de a poco se va completando.

Y son ellos y ellas quienes también están ayudando a reconstruir la senda que te tocó transitar a vos. Recabando y uniendo datos –un apellido susurrado, un detalle que se filtró debajo de la venda, un apretón de manos furtivo que le robaron al terror… todos y cada uno de los recuerdos es de vital importancia al momento de darle forma a algo que nos lleve a vos, que nos de una pauta, un atisbo del destino que te tocó vivir para, de esa manera, sacarte de este NO-SER/ NO-ESTAR que nos apabulla con su crueldad, que no nos deja retroceder pero tampoco avanzar, que no nos termina de cerrar jamás.

Mucho es el camino andado, impresionante es lo que se ha logrado. Conceptos como Genocidio, Plan sistemático de robo de bebés, Imprescriptibilidad de los Delitos de Lesa Humanidad y otros ya están firmemente anclados en la jurisprudencia de nuestro país. Y se expresan y esgrimen con fundamento y excelencia profesional hasta en la Oscura Bahía, aunque te parezca mentira. Muy a pesar de gran parte de la población y, por supuesto, muy a pesar del pasquín mayor, que hasta el día de hoy no deja de poner palos en la rueda si de hacer justicia por ustedes se trata. Porque a pesar de los logros, todavía hay mucho escepticismo, que duele. El “en algo raro habrá andado” se da cita hasta en los círculos familiares, lo que duele aún más.

Nos falta muchísimo todavía para llegar a saber todo lo que pasó y, por sobre todas las cosas, DONDE están todos y todas ustedes, los y las que nos siguen faltando y forman parte de ese limbo sin nombre, sin referencia concreta y sin espacio tangible que quienes llevaron adelante el plan macabro de la dictadura cívico-militar dieron en llamar “los desaparecidos”. Quienes concibieron ese plan y también quienes lo ejecutaron manchando sus manos de sangre inocente -según se está viendo- se van a llevar esa información a la tumba. El pacto de silencio que los une es monolítico.

Sin embargo, una y otra vez la verdad se abre camino a través de las sombras. Como el agua, que cuando empezó a correr nadie la puede detener, la verdad se hace presente aprovechando cada oportunidad que le dan de revelarse. Esa es nuestra esperanza y por eso no resignamos y seguimos reclamando por vos.

Mi mayor deseo en este día, el de tu cumpleaños, es que desde donde estés te manifiestes y nos des una pista para poder brindarte la paz que desde hace tanto tiempo estás esperando. Que así sea.

Nota:
Néstor Ruben Grill nació en Jacinto Aráuz (La Pampa) el 8 de agosto de 1953. Años más tarde la familia se mudó a la ciudad de Bahía Blanca. Fue secuestrado el 4 de noviembre de 1976 en su domicilio, en presencia de su padre y hermano. El grupo de tareas que participó del operativo amenazó al padre diciéndole que no hiciera la denuncia, porque si lo hacía no volvería a ver a su hijo. Tiempo después la familia Grill denunció el caso. Su hermano Norberto donó una muestra de sangre al Equipo Argentino de Antropología Forense, para ayudar a identificar sus restos. Al momento se su secuestro, Néstor tenía 23 años, era activo participante de las tareas que llevaba adelante Cáritas en la ciudad de Bahía Blanca y estudiaba Ingeniería Civil en la Universidad Tecnológica Nacional.

Por Graciela Bertón

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