La Memoria en Malvinas

Por Mario A. Higonet

Hace unos días el ejercicio histórico de nuestra Memoria Argentina, nos introducía en un suceso donde un estado golpista sacudía la sociedad justificando su accionar violento  con la creación de figuras terroristas, al respaldo de un imperio con un proyecto ideológico y neoliberal.  Ese mismo estado militarizado en decadencia, cuyo responsable hacia el año 1982 era el Gral. Galtieri intentó re-categorizar sus prestigios con un “plan de recuperación de nuestras Islas Malvinas”, en ese momento en litigio ante la ONU.

Con unos grupos especiales integrantes del Plan Rosario, el frágil ejército argentino tomó por asalto las denominadas Islas Falkland ocupadas por británicos “kelpers” el 02 de abril de ese año, levantando las banderas en carácter simbólico y soberano. El 19 de marzo  un grupo de comerciantes de chatarra argentinos había levantado la bandera en la isla Georgia del Sur, suceso este que fue tomado por los británicos como un desafío bélico, una nave de su Armada amenazó a los argentinos y fue  el justificativo  para nuestro gobierno militar adelantar el recupero de las Islas Malvinas.  Existía una sensación de no generar represalias por parte del gobierno  conservador y neoliberal británico, en ese momento algo decaído y encabezado por Margaret Thatcher quien  decidió también recuperar ese archipiélago austral, por lo que ordenó el envío de un grueso y equipado  cuerpo militar –muchos de ellos profesionales extranjeros-, respaldado por servicios de inteligencia de los E.E.U.U.

Mientras tanto desde nuestro país eran enviados muchos jóvenes conscriptos con la consigna de “pelear por la patria”, siendo ellos los que padecieron las peores consecuencias de ese conflicto bélico, donde quedaban expuestas las diferencias entre las fuerzas armadas enfrentadas por la potestad de un territorio estratégico. Supimos el pueblo argentino, a veces en retazos mediáticos de algunos hechos bélicos que demostraban coraje, audacia y patriotismo, también de otros trágicos sucesos como el hundimiento del Crucero Gral. Belgrano por un submarino nuclear -323 víctimas-, dentro de un periodo de un poco más de dos meses en el que se desarrolló la denominada Guerra de Malvinas. Pasaron un tiempo los derrotados integrantes del Ejército Nacional en calidad de capturados, pudiendo regresar ocultos y en silencio a nuestro país luego de ser oficializada la rendición  argentina. Pudimos saber también al respaldo de la exposición de los derechos humanos, muchos padres de los jóvenes soldados fueron a recuperarlos en los destacamentos donde residían, mientras que varios de ellos se suicidaron como una lógica respuesta  a su cruel tratamiento y escaso reconocimiento como “soldado de la patria”.

Quiero rescatar este evento para focalizar nuestra memoria en algunos hechos que no aparecen en carácter de oficiales, siendo registrados como históricos y generales  omitiendo el protagonismo, en este caso de los jóvenes que han dejado su vida con el justificado de defender nuestras tierras. Esta denominada Guerra de Malvinas o guerra por la posesión de ellas ahora discutida en ámbitos diplomáticos, reitero fue un intento de torcer el rumbo incierto que tenía en ese momento el gobierno militar pero la derrota precipitó su caída al reemplazo de una recuperada y benéfica democracia.  La victoria del Reino Unido le permitía mientras tanto una reelección a la entonces primer ministro Thatcher, además de recuperar el prestigio internacional y poder bélico de ese antiguo reino asociado de la gran rectora potencia mundial.

Finalizo esta reseña con rasgos particulares de mi facultad y posibilidad memorística, como soldado de la patria en el conflicto con nuestros vecinos de Chile por el canal de Beagle.  A pesar de ser muchas veces maltratado por superiores de nuestro ejército,  estaba  preparado y dispuesto a luchar hasta morir en ese entonces por no  saber de qué se trataba, una guerra por el poder territorial económico. Hoy tengo algún conocimiento relacionado y relativo, por eso advirtiendo existen sumas diferencias convoco y propongo resoluciones pacíficas para no tener este registro de trágicos sucesos, donde las víctimas mayores es la gente del pueblo, en estos casos jóvenes.-

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