Autoridades locales y un grupo de lonkos (voceros) izaron hoy en Santa Rosa, y por primera vez en La Pampa, labandera del pueblo mapuche-rankûlche para celebrar el inicio del Wiñoy Tripanu (Año Nuevo), en medio de reclamos por tierras y participación en la nueva reforma constitucional.
El acto se llevó a cabo frente al municipio capitalino, donde izaron la bandera originaria en señal del reconocimiento, desde el amanecer de cada 23 y 24 de junio hasta la puesta del sol, dando comienzo al nuevo año o ciclo del pueblo mapuche-rankûlche.
Esta ceremonia, la de izar las dos banderas, se dispuso mediante unaordenanza impulsada por la concejala Mariela Cabreros, cuya muerte a raíz de una larga enfermedad se conoció esta madrugada.
El Año Nuevo “para nosotros comienza en junio, porque es el momento de las gestaciones de la siembra y hoy a las 12 de la noche, continuamos con el fuego sagrado en el que cada integrande de la comunidad o familia puedar acercar una ramita, para hacer el pedido que quiera y luego se retira”, dijo el lonko Fermín Acuña.
“El fuego para nosotros es sagrado y se mantiene encendido durante toda la noche pero sin nuestra presencia, solamente se entrega el pedido con una ramita que se pone en el fuego y la persona se retira, terminando la ceremonia a las 8:30 del dia siguiente con la rogativa y el saludo”, explicó.
Acuña aclaró que el fuego sagrado tendrá lugar en Leuvucó, “porque es la tierra del pueblo ranquel”.
Por su parte, el lonko Flavio Zúñiga dijo a Télam que este año comenzarán las gestiones para exigir el cumplimiento de derechos “plasmados en la Constitución Nacional y Provincial”.
Esos reclamos “tienen como fin último disponer de la titularidad de las tierras ocupadas por nuestros hermanos o, lo que es lo mismo, la lucha por el territorio”, señaló
“La razón de nuestros pueblos es un `todo`, por ello es que afirmamos que sin tierra no hay pueblo, sin pueblo no hay cultura, sin cultura no hay lengua, sin lengua no hay espiritualidad y sin espiritualidad el ser está muerto en vida”, sostuvo.
Y agregó: “siempre luchamos por mantener nuestra lengua, porque si bien somos parte del pueblo que sufrió el primer genocidio, no lograron terminar con nuestra cultura y uno de los desafíos es mantener nuestra lengua viva, porque significa que no nos han derrotado”.
Zúñiga planteó que “es necesario avanzar con un marco idéntico para todos los países latinoamericanos” y propuso “que esa cohesión política y estratégica de Estados tenga muy en cuenta en la mesa de discusión a los pueblos originarios”.
En ese sentido, dijo que “es bueno tener en cuenta la Constitución de Ecuador y Bolivia para que en general, los pueblos originarios” gocen “del mismo Estado en todo Aba Yala” (Amércia Latina).
Otros objetivos son “tener nuestra propia ruka (casa), centro cultural destinado a difundir y compartir los saberes del pueblo mapuche a la comunidad” y “evitar la venta de tierras de nuestras familias a capitales privados como la quita de campos que realiza el Ente Provincial del Río Colorado”, indicó.
La ceremonia de hoy continuó frente al municipio de la localidad de 25 de Mayo, a más de 400 kilómetros de Santa Rosa, desde donde luego se trasladaron a Leuvuco, a 70 kilómetros de esa ciudad, para comenzar la ceremonia central que culminara mañana.
