El intendente de San Martín dijo que “la mayoría de los municipios de esta zona está castigado por la política económica que hace que mucha gente no pueda pagar luz, ni el almacén”. Admitió que muchos vecinos van a la comuna a pedir trabajo, “pero estamos complicados”.
El intendente de General San Martín, Ariel Stemphelet, hizo visible la realidad por la que atraviesa la localidad y su gestión en particular, entre las necesidades y la impotencia de no poder dar las respuestas adecuadas.
“Los deseos que uno tiene se contraponen a la realidad que vivimos, acá hay un número de inflación que no es el número real de los municipios, que tiene una carga social de quienes integran el plantel de empleados que crece al ritmo de la inflación por decisión del gobernador (Carlos Verna) y creemos que está bien, pero a los municipios nos representa un golpe importante a las finanzas”, explicó el jefe comunal.
“No sé cómo se mide, pero sí sé que cuando se nos rompía una máquina en 2016 no era el mismo número que se maneja hoy, el repuesto cuesta mucho más, lo mismo pasa con los combustibles, eso también repercute enormemente en la economía de los municipios”, amplió.
En diálogo con LA ARENA, el mandatario municipal dijo que “la mayoría de los municipios de esta zona está castigado por la política económica que hace que mucha gente no pueda pagar luz, el almacén a fin de mes, hemos tenido gente acá que trabaja y mucho y nos plantea que no está llegando, ni hablar si tiene algún problema de salud”.
“Los vecinos nos vienen a pedir trabajo y desde aquí estamos complicados, no podemos tomar más gente, porque estamos obligados a cumplir con lo que tenemos. Recibimos una municipalidad muy ordenada, con algún tipo de reservas y hoy estamos lejos de eso, son temas comunes a los municipios de la zona sur”, indicó.
El entrevistado reiteró que “uno llega acá con la esperanza de solucionarle todos los días los problemas a la gente, hoy no tenemos mucha capacidad de respuesta. En San Martín había una esperanza muy grande en el gobierno de Verna, habiendo legisladores cercanos también, que hubiese una comunión de obras y nos encontramos con una Provincia muy distinta a la que parecía ser y sumado a esto una deuda muy importante que tiene Nación con el gobierno pampeano”.
“La no llegada de fondos hace que en La Pampa no haya obra pública. Se hacían hasta el 2015 unas 1.200 casas por año y hoy posiblemente sean 62, las cuales tenemos que empezar a hacerlas desde la Provincia y después esperar que Nación te mande fondos”, ejemplificó.
Problemática.
Stemphelet dijo que era difícil acomodarse a estos tiempos sin mayor recaudación. “Sabemos que con la recaudación local, que es muy buena, no cubrimos los gastos que tenemos. Cuando entramos en el año 2016 se gastaban 16 mil pesos de luz aproximadamente y el mes pasado pagamos alrededor de 50 mil pesos. Lo he hablado con gente de la cooperativa y con funcionarios municipales, que tenemos una función social con el polideportivo y al paso que vamos este año va a ser difícil mantener el nivel de energía que se consume si no hay una respuesta de otro lado”.
“Estamos complicados no sólo por la energía eléctrica, tenemos un convenio hecho en el hogar de ancianos con el cual el año pasado quedamos lejos con los números, gente que tiene inconvenientes, asfalto que no llega porque no se puede, la situación es compleja. No hay dinero en la Provincia, no hay dinero en los municipios, la verdad que lo que uno pensaba que podía hacer a nivel local, las esperanzas mías eran muchas”, agregó el entrevistado.
Disconformidad.
En la medida en que avanzó la entrevista, quedó flotando una especie de desahogo ante la tensión o preocupación diaria. Y lo hizo visible. “Hay gente que no está conforme por la gestión y la entiendo, porque el primero que no está conforme soy yo, tuve mucho contacto con la gente al principio de la gestión y muchas de las respuestas lamentablemente fueron no, porque esto se veía venir”.
“Pero de lo que nadie habla es de la gran mentira que nos hizo el gobierno nacional, esto es una mentira tras otra, es posible que haya poca política en mi gestión, pero te cansa tantas mentiras y cómo repercute en nosotros, en nuestra gestión, desde un río que no se defiende, donde legisladores provinciales tiran la piedra y esconden la mano, dicen una cosa y después hacen otra, hasta esta cuestión de no pagar deudas que hacen al crecimiento de La Pampa”, disparó.
“Acá en San Martín no escucho hablar de eso, tenemos ciertos reclamos, los entiendo y me pongo el saco, pero pongamos el parámetro cada uno de lo que dijo y lo que hizo”, indicó y agregó: “Estamos mal y lo más preocupante no es cuestión de ganar o perder una elección, hubo hace poco elecciones y en esta localidad, los candidatos que teníamos ganaron por muy escaso margen, es como que vuelve a ganar la mentira o las palabras vacías de contenido”.
“Desanimado”.
Ante una consulta puntual, el intendente sanmartiniano explicó: “Viví como concejal en 1999/2003 con la intendencia de Zurbrigk, lo vi sufrir la situación, donde no se podían pagar sueldos, fue la primera vez que vi que los municipales hacían paro porque no cobraban. Hoy me agarra en un lugar distinto, no es cómoda la situación, pensé que podía contribuir a mejorar en algo a la gente de San Martín, el hecho que no se consigan casas, asfalto, mejorar la parte edilicia del hospital, traer un médico más, no es cómodo”.
“Culpar al gobierno nacional tampoco me parece elegante, es la primera vez que hablo un poco desanimado y tal vez con algo de bronca, pero veo que no se mide todo con la misma vara, que cada uno se ponga el saco que le corresponda, hagámonos responsable de lo que dijimos en campaña, seamos coherentes con lo que decimos y hacia dónde vamos”, finalizó.
Fuente La Arena
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