Camino a las Primarias, la otra interna

Camino a las Primarias, la otra interna

El “modelo Mendoza” como dilema peronista y la división radical.
Quedan apenas veinte días para definir los candidatos nacionales. La presidenta presiona para imponer nombres K en las listas, haya acuerdo o no con el resto del PJ provincial. Desde el otro lado, resistirían este nuevo avance. En la oposición, hay dos candidatos de la UCR contra Mac Allister. 

Norberto G. Asquini

Quedan veinte días para definir la “interna de la interna”, el armado de las listas para cargos nacionales para competir en las PASO del 9 de agosto. Para el PJ, es un tema complejo, porque hay un interés central en esas listas por parte de la Casa Rosada que ingresaría directamente en la disputa provincial, y porque hay presiones políticas y aristas jurídicas que hacen todavía más intrincada la discusión. Lista única, con o sin acuerdo, o confrontación, es el gran debate. En medio, se debate si el PJ irá con los presidenciables del FPV o no.

Modelo que se viene.

En el peronismo pampeano todos están viendo que el “modelo Mendoza” se va a imponer en las provincias donde los gobernadores son actualmente parte de la coalición que apoya a la presidenta. Y que Cristina Fernández, que mantiene altos los apoyos a su gestión, quiere sostener desde el próximo Congreso su proyecto y su poder, más allá que la presidencia la gane un precandidato del FPV. De esta manera, la mandataria intervino directamente en territorio mendocino después de que en las provinciales “fallara” su anterior operador político, hubiera varios precandidatos a gobernador y el kirchnerismo quedara relegado. En los últimos días, se impuso una sola lista para cargos nacionales con los nombres elegidos por CFK y hubo un amplio acuerdo entre los diferentes sectores internos.

De este modo, la mandataria quiere legisladores nacionales identificados con su proyecto en cinco de los ocho distritos en los que se eligen cargos para el Congreso: junto con Mendoza, espera sumar representantes con las victorias en La Pampa, Chubut, Tucumán y Catamarca. No así en Santa Fe, Córdoba y Corrientes, donde están complicadas sus chances.

Tironeos y llamados.

En La Pampa ya se advierte que puede ocurrir lo mismo que en Mendoza, pero hay diferencias. Desde Nación se quiere imponer nombres kirchneristas para el representante en el Parlasur, los dos senadores y el diputado en juego. Pero en las PASO pueden presentarse varias listas, tal como lo promueve ese sistema electoral, y se complica esta estrategia ante la fuerte disputa interna entre el jorgismo y el vernismo. En ese marco, además, es que se está tratando por estas horas el juego de la doble adhesión para que las boletas presidenciales y las de legisladores vayan juntas: el FPV lo debe autorizar desde lo nacional y el PJ desde lo provincial.

Durante los últimos días, operadores de CFK han estado llamando tanto al entorno del gobernador Oscar Mario Jorge como al presidente del partido, Rubén Marín, para promover una lista única. Es que se necesita para esto, y también para adherirla, o “engancharla” a la lista presidencial del FPV, la aprobación del PJ –tiene que ser a través de un congreso, pero lo podría hacer directamente el consejo provincial ad referendum, afirman los entendidos–.

Se deslizó en las charlas la posibilidad de un acuerdo, pero hay demasiados problemas: Nación impondría sus nombres y no dejaría que ingresen postulantes que no estén identificados con la presidenta, y además cualquier conversación entre ambos sectores no parecen tener buen fin en medio de la disputa provincial de cara al 5 de julio. Por su parte, el vernismo anuncia que no quiere imposiciones de nombres por parte de Nación, como ocurrió en 2011, cuando esta maniobra fue una de las causas del renunciamiento de Carlos Verna a la candidatura a gobernador. Hay resistencias a la intromisión nacional. Pero además, cómo justificaría una lista nacional K cuando ha sido crítico de la presidenta. Salvo que se lo negocie a cambio que no haya injerencia en la campaña provincial.

¿Qué hará CFK?

Y de aquí parte los dilemas presentes de las candidaturas nacionales para el PJ. Porque se abren muchas posibilidades, y hay pocas certezas. Todo está dispuesto para la interpretación. Desde Nación se presiona, y se tiene el poder necesario, por colocar sus candidatos K –seguramente estará María Luz Alonso y posiblemente María de los Angeles Higonet–. Se manejan diferentes variantes para empujar esa definición: que solo la lista de candidatos del jorgismo-kirchnerismo vayan pegadas a la de los dos presidenciables del FPV y no otra si hay interna; que si el vernismo-marinismo no aceptan enganchar sus boletas ahora, después no podrían hacerlo en octubre de ganar la interna; que si no se acata la lista única podrían ir los presidenciables del FPV con otro partido aliado y con los nombres del kirchnerismo pampeano. Desde lo provincial, el vernismo-marinismo, que maneja la estructura partidaria, podrían definir que las dos boletas vayan separadas, y que recién en octubre se una el candidato a presidente del FPV con el tramo provincial. Es solo una idea.

En ese tironeo y juego de presiones, está inmerso el PJ provincial. Para algunos, sobre todo para el vernismo, es una discusión que entorpece la campaña política para la gobernación. En tanto, algún sector del marinismo no vería con malos ojos una lista de unidad, pero siempre que haya participación de su sector.

Del otro lado.

Si el PJ está en medio de esa discusión, el frente opositor Propuesta Frepam también tiene su debate. La UCR se juega un senador y un diputado, pero hacia adentro es más dramático que en el peronismo, ya que esos cargos institucionales tienen mayor peso político en esa fuerza que en el PJ. Por el lado del PRO, ya se lanzó Javier “Colo” Mac Allister para senador. En las primarias de 2013 obtuvo unos 20 mil votos, que considera su piso electoral, ya que se mantiene en las encuestas y ha crecido su referente en conocimiento por parte de la ciudadanía desde entonces. Sus chances se amplían si compite con un radicalismo dividido: en 2013 en las primarias el Frepam obtuvo 62.000 votos, con la presencia de Francisco Torroba que generaba expectativas, pero en 2011 fue de solo 50 mil sufragios, y el ganador, Daniel Kroneberger, logró 17.000.

Del otro lado, irán por el radicalismo dos postulantes a senador: Juan Carlos Marino y Daniel Kroneberger, ambos de la línea Blanca, hoy enfrentados. El presidente de la UCR, y candidato a gobernador, Francisco Torroba, afirma que quiere una sola lista –contrariando el espíritu de las PASO– para no dividir votos. Para eso, promueve un cónclave de dirigentes provinciales para presionar para que se tome esa resolución, que solo tendría en lo práctico capacidad de presión hacia los postulantes y nada más. Pide un “acto de grandeza” para que se baje uno de los postulantes, pero a la vez ya impuso un precandidato a diputado propio acompañando a Kroneberger. Apunta a intentar dejar afuera a Marino. Será otro paso de Torroba para ampliar su poder interno pos-2015. Reclama y argumenta que el actual senador no tendría que presentarse por un tercer mandato, pero las listas que armó están plagadas de casos que contrarían sus palabras.

Marino, que se lanzará esta semana, analiza que podría sacar ventaja en las primarias nacionales gracias al mayor conocimiento que tiene entre el votante independiente. Kroneberger, en tanto, afianza sus posibilidades presentándose como la renovación para el cargo, teniendo el apoyo de Torroba y una mayor presencia en el afiliado radical. A ambos solo los une el tratar de sacar de la cancha a Mac Allister.

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Votantes menores de 40 años en La Pampa

Votantes menores de 40 años en La Pampa

El componente generacional en las próximas elecciones
En las listas para las próximas elecciones parece haber un componente “sub-40” mayor al de otras oportunidades. Esa franja de votantes llega casi al 50% del padrón. Las nuevas “juventudes” y sus dirigentes.

Norberto G. Asquini

¿Hay una mayor cuota de “juventud” en las listas de candidatos para las próximas elecciones pampeanas? ¿Hay mayor participación o activación política de las nuevas generaciones en la política provincial? Interrogantes que nos llevan a otra pregunta: ¿qué es ser joven en política?

Empecemos analizando esta última. La juventud es desde ya un concepto difícil de definir. Las juventudes partidarias eran consideradas hasta los 30 años, una manera de delimitar esa rama de manera objetiva. Pero ahora esta condición es insuficiente para caracterizar una amplia franja etaria. La juventud se ha prolongado y se puede considerar “joven” a un dirigente de 40 años. Pero también se ha extendido hacia abajo, ya que ahora pueden votar estudiantes secundarios de 16 años, los que quedaron habilitados, aunque no obligados, en las próximas elecciones provinciales. La Juventud como rama partidaria tiene rostros mayores, y hasta el vernismo bautizó su agrupación “Jóvenes con Verna” para incorporar esa generación intermedia.

Pero aún más: la permanencia de dirigentes que hace tres décadas están en la política provincial y que se candidatean en 2015, como Carlos Verna u Oscar Mario Jorge, hacen que Mariano Fernández o Fabián Bruna aparezcan como “jóvenes” en las boletas.

Franja de votantes.

Igualmente, se debe considerar que “renovación” no es una cuestión ceñida a lo generacional, sino que va más allá del recambio de nombres, y que la juventud en sí misma no es un valor. Si bien genera innovación, esto no significa que reproduzcan conductas y experiencias de los mayores. Y que sus oportunidades y posibilidades no dependan del espacio que le puedan generar sus “padrinos” políticos.

Antes de avanzar, cuantifiquemos: los jóvenes entre 16 y 29 años representan casi el 30 por ciento de los pampeanos en condiciones de votar, según el último censo nacional. Si consideramos a los “sub-40”, esta franja etaria llega a representar el 50 por ciento de todos los habitantes en condiciones de sufragar.

Componente.

Lo que sí se ha observado en estos tiempos preelectorales, y que también se ha colado aunque no mayoritariamente en la conformación de las listas, es el componente generacional en los actos. Las “caras nuevas” han asomado con otro protagonismo, aunque no sea mayoritario. Si todavía la juventud partidaria no rompió con el espacio de subordinación al que la política tradicional lo ha relegado, y hasta la ha ahogado al no tenerla en consideración, al menos en los últimos años ha cambiado el concepto sobre su lugar en la política.

Vamos a tratar de analizar esta cuestión por encima de las pasiones y subjetividades: unos a otros se acusan de que el contrario –y no tanto– está movilizado por la “caja” y todos muestran la chapa de tener más militancia y convicción que el resto.

El PJ, uno por uno.

Los actos vistos hasta el momento han tenido ese componente. La vernista Peronismo Pampeano hizo su encuentro particular de jóvenes en el Club Independiente juntando 700 militantes de toda la provincia, según sus organizadores, movilización encabezada desde las sombras por José Calvo, ex titular del Consejo de la Juventud en dos períodos (de 2003 a 2011) cuando ese organismo tenía otro protagonismo. Esto le valió al dirigente el puesto 10 en la lista de diputados provinciales del vernismo. De hecho, Verna les anunció que de ser gobernador su gestión iba a incorporar a dirigentes juveniles.

En Convergencia, integrante de esa coalición, la dirigencia “histórica” comenzó a desaparecer y empezó a pujar una nueva generación encabezada por Espartaco Marín. Esto fue posible por la buena performance que tuvo como precandidato en la legislativa de 2013, pero también –un dato objetivo que aunque molesten sus connotaciones no quita mérito a las trayectorias personales– el padrinazgo de su padre, el ex gobernador Rubén Marín. En ese grupo se mueven dirigentes con cargos públicos en organismos nacionales y que ahora tienen la chance electoral, como el precandidato a viceintendente de Santa Rosa, Antonio Curciarello.

También se ha observado en la jorgista Compromiso Peronista, aunque la juventud de este espacio esté monopolizada por el amplio espectro del kirchnerismo, dominado por La Cámpora. Esta ha sido la muestra más persistente del componente joven movilizado en los últimos años, reflejo de la política nacional. El acto de lanzamiento a gobernador de Bruna en el Club Estudiantes tuvo mucha banderas del sector. Si bien el jorgismo los mantuvo en la periferia de los cargos y las listas, la relación con Nación fue cultiva por los contactos de este sector.

Si el ingreso de Luciano Di Nápoli a la Legislatura fue visto por el peronismo convencional como una intrusión y lo mismo ocurrió con María Luz Alonso impuesta por el “dedo presidencial”, esta presencia demostró que las nuevas generaciones pueden ganarse su lugar a pesar de los prejuicios.

Igualmente, esta tendencia, más allá de sus limitaciones, va más allá de las juventudes partidarias. Las organizaciones juveniles dentro del PJ se han desarrollado haciéndose espacio en los marcos de las líneas y ya no como ramas de la estructura partidaria.

En las listas.

En 2011 una publicación de LA ARENA dio cuenta de la presencia de los “sub-40” en las diputaciones: cuatro legisladores tenían esa característica generacional sobre treinta integrantes. Fueron Mariana Baudino y Luciano Di Nápoli en el PJ y Martín Berhongaray y Luis Solana en el Frepam. Las listas continúan conformadas por los “mayores”, y muy mayores, pero esta vez los “sub-40” –o rondando esas edad– con posibilidad de ingresar a la Legislatura suman más nombres llegando a ser unos nueve.

Políticos que rondan los 40 años se asoman en muchas de las listas. Desde el Frente Pampeano para la Victoria (FPV) a precandidaturas a intendente como en Telén o las de Propuesta-Frepam en General Pico, donde los dos postulantes tienen esas características.

Para dar un marco.

El politólogo José Natanson indica que la reactivación política de los jóvenes es una de las grandes novedades del siglo XXI, una tendencia global que tiene en la Argentina un reflejo particular. En los últimos años, la presencia de nuevas generaciones en el ámbito público se debió al impulso dado por el kirchnerismo a los círculos militantes, con la multiplicación de centros de estudiantes en colegios, la magnitud de algunas movilizaciones o el activismo en Internet. Pero no es solamente cuestión de una tendencia política o ni siquiera una cuestión novedosa en los altos cargos dirigenciales, tampoco esta repolitización significa un dechado de virtudes sin defectos.

Por su parte, el sociólogo Juan Martín Bustos indica que la idea de juventud cobra sentido frente a la de adultez, pero el paso de una etapa a otra se ve afectado por los cambios producidos en las últimas décadas en diversos ámbitos, como el sistema educativo, el mercado de trabajo y la familia. Estos cambios complejizan y en algunos casos retrasan –por ejemplo, al dificultar la independencia económica– el pasaje de una etapa a otra.

Actualmente las fronteras de la juventud son más laxas que hace algunas décadas y franquearlas forma parte de un proceso gradual. Bustos indica que se puede “ser joven” en algunas cosas y no en otras: se puede, por ejemplo, desempeñar puestos de alta responsabilidad pública sin haber formado una familia, o ser padre o madre y todavía no haber salido del hogar familiar. “Claramente, los jóvenes funcionarios de hoy no son tan jóvenes como muchos críticos o partidarios quieren ver, pero sí son parte de una generación en la que alcanzar ciertas edades no supone ya haber asumido la totalidad de los roles adultos tradicionales”, afirma.

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Particularidades de la Micropolítica Pampeana

Particularidades de la Micropolítica Pampeana

El pueblo de los Echeveste y la primacía de las intendentas
En Telén la política parece llevar el apellido Echeveste: en los últimos veinte años ganaron cuatro de cinco elecciones, y en octubre puede pasar lo mismo. En Winifreda, en las últimas dos décadas solo hubo mujeres a cargo de la intendencia. 

Norberto G. Asquini

Más allá de los análisis provinciales macro sobre la política pampeana, en cada pueblo hay una lógica local que podemos considerar como parte de la micropolítica en La Pampa. Y en ese marco hay dos localidades que tienen sus particularidades: una es Telén, donde en los últimos veinte años hubo cuatro de cinco intendencias con el apellido Echeveste -y posiblemente pueda mantenerse esa tendencia en el próximo período-; y la otra es Winifreda, que desde hace dos décadas es gobernada por mujeres, cuando las jefas comunales son la minoría en la provincia.

Los Echeveste.

Telén está ubicado en el oeste provincial y tiene 1.240 habitantes según el último censo nacional. Desde 1995 cuatro de los cinco intendentes elegidos fueron Echeveste: entre 1995 y 2007, durante tres períodos, gobernó Alfonso José; y en 2011 su hijo, Pablo, que le ganó al Frepam y dejó el cargo en 2013 para ser director del Banco de La Pampa -lo sucedió Yonhatan Ortiz-. En 2012 ambos quedaron ubicados en veredas opuestas dentro del justicialismo provincial: el padre como diputado provincial con el vernismo y el hijo como jefe comunal con el jorgismo. En la interna del PJ del 5 de julio se enfrentarán otros dos Echeveste: Saúl, actual secretario de Hacienda de la municipalidad, es precandidato a jefe comunal por Compromiso Peronista; mientras que Marcelo Fabián, que en 2011 había enfrentado a Pablo y perdió, será el postulante del vernismo. De esta manera, mantendría esta tendencia.

Historia familiar.

La historia de la familia Echeveste, radicada en la zona de Telén en 1900, está enraizada con la política local, ya sea con el radicalismo o como fundadores del primer peronismo. De hecho, siempre que ha ganado el peronismo, el candidato ha sido Echeveste, y en cuatro oportunidades la fórmula ha sido Echeveste y Echeveste.

José María fue el primero en llegar a la zona. Casado con Estefanía Labadié, tuvieron once hijos -nueve varones y dos mujeres-, que son la primera generación familiar. De éstos, el primer líder político fue Bernardo, que si bien nunca ocupó ningún cargo público, fue caudillo del peronismo en el oeste provincial desde 1945. Fue preso político en 1955 y falleció en 1974. Tuvo cuatro hijos que estuvieron vinculados con la política: su hija Elsa fue concejal en Telén entre 1987 y 1991 y entre 1995 y 1999 por el radicalismo -en tanto una de sus hijas es actual concejal por el Frepam-; Mari militó en la UCR desde 1983; Bernardo hijo fue candidato por el PJ en el 83 y perdió contra el radicalismo; y Domingo Emilio se postuló a concejal en 1995 y perdió la interna en el PJ con la lista Alfonso José Echeveste.

Hijos y nietos.

Los otros hijos de la primera generación, además, le dieron nietos a José María y Estefanía, que también fueron dirigentes locales. Rodolfo, fue el primer intendente de la familia en 1973 hasta el golpe de Estado de 1976. Fallecido su hermano Bernardo, se convirtió entonces en el líder del peronismo local siendo presidente de la unidad básica local hasta 1988. Junto a él en el 73, su hermano José María fue viceintendente. Su hija, Alicia, fue viceintendenta de Telén en 1999 y su nieto Armando ganó las elecciones como vice en 2011 por el PJ, acompañando a su pariente Pablo que encabezaba la boleta.

Otra de las hermanas, Estefanía o “Chicha”, se casó con Benjamín Santos Trapaglia, que fue presidente del BLP, dos veces jefe comunal y gobernador de La Pampa entre 1971 y 1973. Su hijo, Andrés “Aco” Trapaglia fue intendente de Telén cuando su padre fue mandatario provincial y luego durante la dictadura militar en 1976.

Otra integrante de la primera generación, Julia, se casó con Ricardo Alonso y tuvo un hijo que fue concejal del PJ en Victoria, y su nieta es la diputada provincial María Luz Alonso.

Otro de los primeros hermanos, Alfonso, fue padre de Alfonso José (“Alfonsito”) y de Susana Beatriz. Esta fue candidata a jefa comunal en Luan Toro en 1995 y en 1999, cargo que no pudo conseguir, si bien fue funcionaria provincial en el IPAV y el ISS durante el gobierno de Rubén Marín.

Y volvamos al comienzo: Alfonso José o “Alfonsito” ganó la interna del PJ en 1995 acompañado como vice por su primo Pedro Luis -hijo de Pedro, de la primera generación-, a la fórmula que llevaba como postulante a vice a otro pariente, Domingo Emilio. Alfonso, en tanto, fue el primero en llegar a ser diputado provincial en 2011.

Tres mujeres, un pueblo.

Desde 1995, Winifreda es gobernada por mujeres, ya sean peronistas o radicales. Cuando la mayoría de los cargos ejecutivos son ocupados por un varón, desplazando a las dirigentes femeninas, en esa localidad la primacía es de las mujeres.

Entre 1995 y 2003 gobernó la justicialista Adriana García, entre 2003 y 2011 la radical Berta Herlein (en dos oportunidades) y entre 2011 y 2015 otra radical, Marta Graciela Berg. A partir de octubre, cuando se vuelva a votar, la historia puede repetirse o cortarse: Adriana García compite el 5 de julio en la interna del PJ por el vernismo con Hugo Villalba, del jorgismo; y la boleta del Frepam estará encabezada esta vez por Ignacio Martín.

García le ganó en 1995 al radicalismo como una figura nueva dentro del justicialismo local, y estuvo al frente de la comuna por dos períodos. Fue precandidata a vicegobernadora por el FPV en 2003, interventora del PAMI y llegó en 2007 a diputada nacional. Representante del kirchnerismo, dio su vuelco político en 2008 al pasarse al Peronismo Federal renegando de lo que había apoyado poco antes. Después siguió un derrotero sin suerte buscando algún espacio provincial, pero sin posibilidades de sobresalir. Ahora vuelve a recluirse en lo local.

La hora radical.

En 2003, producto de la fractura interna del PJ que dividió sus votos por la postura K de García, la UCR pudo ganar la intendencia y mantenerla por tres períodos bajo las siglas del FRAP en ese año y el Frepam en las dos votaciones siguientes. Primero con Herlein y luego con Berg, que fue concejal de la primera y presidenta del CD durante su gestión. Las mujeres radicales llegaron a ese cargo ya que la UCR se había quedado sin dirigentes hombres de peso. Y en ese marco, Herlein, ama de casa, comenzó a hacerse conocida entre los vecinos como presidenta del nodo local del trueque en tiempos de crisis económica, y Berg, chacarera, ya había sido concejal en los años 90.

En ese sentido, ambas son producto además de una metodología de selección democrática dentro del comité radical local para definir a su candidato a intendente que es poco habitual: primero se hace público quiénes pueden y quieren ser los postulantes y los afiliados hacen conocer sus preferencias de forma secreta escrito en un papel que luego son contados por las autoridades.

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Casi me desinflan
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Casi me desinflan

Por Mario Higonet

Con varios horarios acordados entre los equipos participantes de la Zona Sur, para poder ver en casa el súper Clásico Argentino, se efectivizó la cuarta fecha manteniéndose como único puntero  Huracán y escoltado por su vecino Pampero.

El Globo guatrachense visitó al Burgues quien lo mantuvo derrotado gran parte del partido que terminó 2 a 2 con los aciertos de Franco Barragán a los 25’ y Tomás Rodríguez a los 78’ con un preciso cabezazo. Independiente estuvo siempre arriba merced a los goles de Diego Rodríguez a los 18’ y de Joaquín Rivero de tiro libre a los 35’, aunque estuvo también cerca de la derrota quizá por la expulsión de Martiní  dentro de un partido con buen ritmo y nivel de juego. En el estadio Manuel Nieto se midieron el local Pampero frente a la Unión de Gral. Campos finalizando empatados 1 a 1 luego de un partido intenso, algo impreciso; a escasos minutos del cierre del primer tiempo Federico Vallejos con un remate cruzado “la mando adentro”, siendo Ezequiel Cavero en el minuto 79’ quien también hizo la misma ejecución para establecer el empate definitivo. Pudo haber sido la Estrella quien cantara victoria en los últimos 10’ pero dos buenas atajadas de Muller le impidieron hacerlo y estar más cerca de su clásico rival.

Los dos encuentros jugados en Darregueira terminaron a favor y con el mismo resultado para los locales, el Club jugó más temprano y derrotó 3 a 0 a Unión de Bernasconi gracias a los goles de Agustín Pennacchiotti, Gastón Ackermann y Julián Burgos. Mientras tanto Argentino “klobertanizó” al bonaerense Unión a raíz de los goles acertados por el ex goleador guatrachense Cristian Klobertanz, fueron todos en el segundo parcial sobre los 67’, 76’ y 81’.

En General San Martín se midieron el local Sportivo y Cultural con el visitante Villa Mengelle finalizando empatados en dos goles cuando fue el Patotero el que estuvo “siempre arriba”. Los goles del Sportivo los acertaron Nazareno Diez y Enzo Gaiger, para los de Arauz  los realizaron Franco González y el brasilero Palinha. Habían jugado el viernes en horario nocturno y en cancha de Villa Mengelle, Rampla Juniors y Gimnasia de Darregueira empatando 2 a 2 y un penal atajado por Carobisoni a Gehl autor de uno de los goles del Club, el otro lo hizo Luciano Otero. Fueron Alexis Robein y Javier Lázaro quienes convirtieron para el equipo de Villa Iris actuando en carácter de local porque su cancha “se está acomodando”.

Resultados: Independiente 2-Huracán 2; Pampero 1-Unión G. C. 1; Argentino J. 3-Unión V. I. 0; Club D. 3-Unión B. 0; Sportivo y C. 2-Villa M. 2; Rampla J. 2-Gimnasia y E. 2; libre Deportivo Alpachiri.-

Resultados Reserva: Independiente 1-Huracán 0; ¨Pampero 3-Unión G. C. 1; Argentino 4-Unión V. I. 1; Club D. 2-Unión B. 6; Sportivo y C. 2-Villa M. 2; Rampla J. 1-Gimnasia 4.-

Posiciones: Huracán 10; Pampero 7; Argentino J., Club D., 6; Rampla J. Gimnasia y E., Sportivo y C. 5; Unión B., Unión V. I., Independiente 4; Unión G. C. 3; Villa M. 2; Deportivo A. 0.-

QUINTA FECHA (10 de Mayo)
Gimnasia y Esgrima (Darregueira) v. Argentino Juniors (Darregueira)
Unión (Gral. Campos) v. Sportivo y Cultural (Gral. San Martín)
Unión Dep. Bernasconi v. Dep. Independiente (Jacinto Arauz)
C. A. Huracán (Guatraché) v. Deportivo Alpachiri
Unión (Villa Iris) v. Club Darregueira
Villa Mengelle (Jacinto Arauz) v. Rampla Juniors (Villa Iris)
FECHA LIBRE: C. A. Pampero (Guatraché)

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Coaliciones en el oficialismo y en la oposición

Coaliciones en el oficialismo y en la oposición

La “ola aliancística” y la “fiesta democrática” en la política pampeana.
Los acuerdos y armados electorales parecen ser las estrellas de estas elecciones. Los hay en la oposición, pero también al interior del PJ. La laxitud ideológica, las piruetas discursivas, las terceras fuerzas y lo que asoma. 

Norberto G. Asquini

Las elecciones en La Pampa de este año parecen estar marcadas por las coaliciones electorales por sobre los partidos como factor central de la disputa democrática. Tal vez esa impresión solo sea la circunstancia de estos días, pero hoy los armados electorales, casi una “ola aliancística”, son más importantes que las identidades partidarias.

En el aire político se respira una expectativa de cambio, producto de que tanto la presidenta Cristina Fernández como el gobernador Oscar Mario Jorge deben dejar el cargo en diciembre y habrá renovación. Esto empuja tanto a la oposición como al oficialismo a buscar fórmulas políticas para hacer más competitivos sus espacios. Las coaliciones electorales han sido una constante en la última década –como ocurre con el FPV– y en estas elecciones con candidatos a presidente empujados por armados nacionales y locales, está más presente que nunca.

Al interior del PJ.

Los acuerdos electorales no se producen solo entre partidos, sino también a su interior. Ocurre en el PJ. Hoy dos coaliciones heterogéneas se disputan el poder. Hay actores centrales, jorgismo versus vernismo, pero ambos han tenido que sumar voluntades de otras líneas para ser más competitivos. Ninguno es hegemónico, aunque predomine, y como no se recuerda que haya pasado en otras elecciones, no hay un postulante a la gobernación que sea favorito y que se conozca con antelación. La fragmentación y la dispersión ocurrida en esta última década al interior del PJ lo han llevado a convertirse en un conglomerado o confederación de sectores. El jorgismo pactó con el lezcanismo y el kirchnerismo; el vernismo sumó al marinismo, el robledismo y el larrañaguismo. A diferencia de 2003 o 2007, no hay dos bandos monolíticos.

El frente opositor.

Del otro lado, la oposición busca una fórmula competitiva para aprovechar el internismo justicialista. La UCR y el PRO negociaban este fin de semana. Todavía no se cerró una alianza, y todo puede pasar, hasta que vayan separados, pero la daremos como un hecho a los efectos de este análisis.

Cada parte arrastra a otros partidos a esa convergencia: la UCR el “ala progresista” con el socialismo y el frentismo, y el PRO el “ala derecha” del Mofepa y el MID.

Sorteada las diferencias por las candidaturas de legisladores nacionales en lo nacional, este fin de semana comenzaron a tejer el acuerdo cara a cara Francisco Torroba y Javier Mac Allister. La definición nacional fue mantener el equilibrio entre fuerzas: las candidaturas no serán solo para el radicalismo, como pretendía la UCR pampeana; pero todos los postulantes irán con todas las boletas presidenciales, como no quería Mac Allister que ocurriera. Ahora quedan para discutir los cargos provinciales.

Fronteras amplias.

El marco nacional, con sus articulaciones oportunistas y contingentes alienta este frente opositor. Estos acuerdos son posibles por la laxitud ideológica del radicalismo. Porque esa ya no es una característica solo del peronismo, con todas sus variantes, sino también ocurre al interior de la UCR. Y sobre todo en lo provincial, donde las fronteras son aún más borrosas.

En ese sentido, si en la Argentina, como señala el politólogo Marcelo Leiras, se da en la práctica el desajuste entre los contrastes ideológicos y las divisiones partidarias, La Pampa no está exceptuada de esto. El contraste entre derecha e izquierda existe, y no es secundario, pero no tiene una expresión clara en la competencia entre partidos. Un partido, o un frente, puede conseguir adhesiones de personas con inclinaciones diferentes. Por eso, en la provincia la disputa central de la política local sigue siendo entre el campo peronista y el no peronista.

De esta manera, en el PJ puede haber tanto una confrontación entre elencos gobernantes –vernismo y jorgismo– diferenciados por su perfil y hasta por su apoyo o no al gobierno y proyecto de CFK, lo que marca alguna distancia “ideológica”. Pero en las grandes líneas sobre lo provincial no parece haber diferencias sustanciales, más allá de los estilos y en la concepción que tiene cada uno de lo que debe ser el peronismo.

En la oposición, Torroba con la idea del “frente amplio” que difumina pertenencias partidarias e ideológicas parece sortear el internismo radical, acaparar el voto útil y superar los límites electorales partidarios, y frentistas, con la personalización de la política bajo su figura. ¿Cómo romper el piso del tercio del voto radical? Con un acuerdo lo más amplio posible y una figura competitiva en lo provincial. En ese sentido, y más allá de las consecuencias que pueda tener para las fuerzas políticas a futuro, su estrategia ha sido inteligente para competirle al PJ. Si hay acuerdo.

Piruetas discursivas.

¿Dónde queda la cuestión ideológica en un escenario marcado por lo pragmático? En muchos casos, en justificaciones para sostener intereses personales. Piruetas discursivas hacia un lado o el otro, a favor o en contra, para intentar la supervivencia política de sectores en retroceso. Durante la semana el Fregen intentó explicar su apoyo a un acuerdo con el PRO, ya lejano a su simpatía con la era K. Un concejal del socialismo vocifera su “coherencia de ideas” para repudiar el acuerdo, al advertir que ya no tiene lugar en las próximas listas. El GEN se aferra a una boleta presidencial para no quedar afuera de la discusión.

Hay una circunstancia que debe sortear el  “progresismo” pampeano en este 2015: entre el PJ y la UCR-PRO, entre una elección nacional que parece una PASO de la derecha, es la hora de la resistencia. La realidad impone discutir acuerdos. Sostener los lugares conseguidos frente a esa ola. Y en La Pampa, para quienes estaban en el Frepam, la disputa central pasa por oficialismo y oposición, no por derecha o izquierda. El segundo término es una entelequia que en la práctica solo lleva al ostracismo y es funcional al PJ.

Los otros acuerdos.

La posibilidad de los acuerdos provinciales empuja a los locales. En General Pico se produjo en los últimos días la concurrencia de varios actores de la política local, entre ellos dirigentes cooperativistas y políticos radicales y socialistas, detrás de una candidatura independiente pero con proyección social. En esa ciudad ser oposición ha sido complicado frente a un vernismo fuerte y alineado. La UCR piquense se fue diluyendo y atomizando en líneas con los años y terceras fuerzas fueron capitalizando en las últimas elecciones una masa de independientes descontentos con el PJ. Que el tiernismo haya hecho pie allí no se explica de otra forma. Que Nuevo Encuentro haya llegado al Concejo, una novedad interesante. Ahora cierta movilización social parece haberse aplacado, pero no diluido. En ese espacio asoma esta conjunción de dirigentes como posibilidad de concretar una oposición unificada, bajo un paraguas provincial.

Terceras fuerzas.

En esta coyuntura de coaliciones electorales, la morfología del sistema político pampeano no cambiará: se mantendrá la persistencia del modelo de bipartidismo moderado, aunque tenga otras caras.

Frente a dos opciones fuertes, el oficialismo y la oposición jugados al todo por el todo y polarizando la elección, ¿qué queda para el resto? Una tercera coalición kirchnerista asoma con Nuevo Encuentro (Encuentro + humanismo), cuyos concejales han sabido aprovechar algunas bancas conseguidas en su debut electoral. Por su parte, el massismo no pudo arraigar bajo la figura del candidato presidencial hoy en retroceso.

Para estas fuerzas, la estrategia es aprovechar los nichos vacíos que dejan las grandes fuerzas y sortear la polarización, o quedar triturados por la competencia entre el PJ y un frente opositor como mero espacio testimonial.

 ¿Más democracia?

Estos acuerdos y coaliciones electorales, ¿significan que se puede estar ante una “fiesta de la democracia”? Adelantamos que la opinión del comentarista es negativa. Hay dos mecanismos utilizados para la selección de candidatos, uno el formal –las elecciones internas–, y el otro informal, con los acuerdos de cúpula. Ambas variantes están presentes en la provincia. Más allá del utilizado, la ingeniería política se ha impuesto como razón de la competencia política, y ninguno escapa a esto. La apelación a los armados más que a los contenidos hacen que la política quede encerrada en la lógica de las disputas de poder y los arreglos dirigenciales. Cabe preguntarse hasta qué punto, bajo los ropajes de los acuerdos programáticos y los planes de gobierno, hay una verdadera lucha por las ideas y los proyectos.

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