Oro pampeano en los Juegos de la Juventud
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Oro pampeano en los Juegos de la Juventud

Con la piquense Lourdes Estigarría Campos como integrante, el seleccionado argentino de hockey 5 se consagró campeón de la competencia sudamericana en Rosario para atletas de 14 a 18 años.  

El equipo nacional goleó 4-0 a Uruguay y así cerró su campaña con un registro de 5 victorias: 4-2 a Uruguay, 4-0 a Chile, 14-0 a Paraguay en la zona y 13-1 ante Paraguay en semifinales, las anteriores. La pampeana aportó 5 goles a lo largo del certamen.
Por su parte, Jokin Ziaurriz Culla -bronce en los 10.000 metros el viernes- finalizó quinto en la prueba de 1000 metros de patinaje de velocidad. El pampeano, especialista en distancias más largas, se ubicó tercero en su serie y así ingresó en el quinteto que disputó el oro, aunque en la definición se cayó y quedó relegado, más allá de que se recuperó y completó el circuito junto al resto del pelotón..
La delegación pampeana en esta tercera edición de los Juegos que organiza la Organización Deportiva Suramericana (ODESUR) se completó con la atleta Delfina Orona (medalla de plata en disco el viernes y quinta en bala), y los entrenadores Oritia González (judo) y José Luis Weigandt (natación).

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Pandemia y política: ¿qué nos están diciendo las encuestas?

Pandemia y política: ¿qué nos están diciendo las encuestas?

Por Norberto G. Asquini

Varias encuestas están circulando por estos días en distintos medios digitales. Se flexibiliza el aislamiento, a pesar de que la pandemia sigue golpeando, y se abren los tiempos preelectorales. ¿Qué nos están diciendo los números sobre el escenario actual? ¿Qué piensa la gente? ¿Qué relación tienen con La Pampa?

Pandemia e imagen positiva

Una de las mediciones, es la de CB Consultora. Las anteriores de esta firma fueron tal vez las más difundidas en La Pampa porque midieron el desempeño de los gobernadores durante la pandemia de Covid-19. El dato por lo reiterativo ya perdió el interés en La Pampa. Los números de la de septiembre muestran que el gobernador Sergio Ziliotto mantiene un 66,9% de imagen positiva y está tercero en el ranking, con un desempeño frente a la pandemia que califican de “sobresaliente”. Por encima solo estuvieron Horacio Rodríguez Larreta de CABA y Oscar Ahuad de Misiones.

El dato es otro: la imagen positiva del presidente Alberto Fernández. Las encuestas marcan una merma a comparación de cuando comenzó la cuarentena, algo natural después de meses de medidas. CB Consultora indicó que la imagen del presidente cayó en 21 provincias y creció en Provincia de Buenos Aires luego que decidiera traspasarle fondos de coparticipación que eran de CABA. En La Pampa su imagen bajó tres puntos, pero sigue muy alta: 74,9%, la tercera provincia donde mejor se lo ve, detrás de Chaco y Santiago del Estero.

Pandemia y política

La gente después de meses de pandemia y medidas de aislamiento muestra su hastío. El monitoreo de opinión de Management & Fit indicó que el 57% de los encuestados tienen como principal preocupación en este momento “las consecuencias económicas”. Después le sigue con el 32% “el infectarse con el coronavirus” y completa el 6,8% “ninguna de las dos” y el 4,3% no sabe. Esta situación muestra que hay una flexibilización de hecho en la población (se nota en que no todos usan el tapabocas en lugares abiertos) que obligó a los gobiernos provinciales a ir habilitando actividades, como ocurrió en La Pampa.

El nivel de aprobación del manejo de la pandemia del gobierno nacional en septiembre estuvo en el 53,6% y el de desaprobación en el 43,8%. Sin embargo, este índice viene bajando: en julio fue del 61,4% y en agosto del 62%.

Los índices también marcan la aprobación del manejo de la pandemia por parte de Rodríguez Larreta, y frente a los que apuestan a la grieta, marcaron que el jefe de Gobierno de CABA es considerado en CABA y PBA el principal referente de la oposición por el 34,1% de las y los encuestados, por encima del 15,1% de Macri. Las encuestas marcan un posible nuevo liderazgo opositor. En ese marco, los radicales sin una referencia fuerte a nivel nacional quedarán supeditados de mantener Juntos por el Cambio con un candidato a presidente en 2023 nuevamente del PRO. Un escenario que no debe gustar a la UCR pampeana.

La polarización a full

La última encuesta conocida es la de Zuban Córdoba y Asociados. Coincide en el descenso de aceptación del presidente que vuelve a su nivel inicial después de superar el 70%. Más que lo coyuntural, la medición buscó dar cuenta de otras cuestiones que hacen a la política nacional actual. Entre sus resultados indicó:

-Hay altos niveles de identificación partidaria y de anclaje del bipartidismo argentino. Hay dos argentinas, pero la división no es el anti-establishment.

-En los temas fundamentales respecto a la democracia los consensos son muy superiores a los conflictos. A pesar del clima de hiperidelogización que lleva a la grieta entre peronismo y oposición, esto se contrapone con el dato de que los votantes se identifican con liderazgos más moderados. De hecho, el 66% de los encuestados estuvo de acuerdo que “me representa más un político moderado que uno defensor de la grieta”.

-La grieta se expresa más en opiniones vinculadas por ejemplo al tema de Venezuela mientras que el valor de mayor consenso se encuentra en el amplio apoyo hacia la democracia y el rescate de la política moderada. Ante la pregunta “¿Argentina va a convertirse en Venezuela?”, el 50,8% consideró que si y el 41,2% que no. De estos, el 69% del votante de Alberto Fernández dijo que no, mientras que el 87,8% del votante de Mauricio Macri dijo que si. En tanto, el 75% de todos los encuestados indicó que “la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno”, frente al 15,2% de que en algunas circunstancias un gobierno autoritario puede ser preferible.

-Se preguntó ¿qué espacio político está más cerca de los ciudadanos? El 34,6% dijo el Frente de Todos, el 23,8% Juntos por el Cambio, el 36,7% no sabe y el resto 4,9% se volcó a otras expresiones. El escenario de polarización para las elecciones 2021 se mantiene, de hecho es casi estructural, y al medio queda el gran espacio que busca expresiones moderadas, pero que se volcará por alguna de las dos opciones principales a la hora del voto.

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Walsh y una historia secreta del peronismo en La Pampa

Walsh y una historia secreta del peronismo en La Pampa

El periodista Rodolfo Walsh escribió en 1967 un artículo de investigación en el que daba a conocer documentación inédita y reservada sobre un hecho que involucraba a La Pampa y al peronismo. Allí sacó a la luz una historia secreta: las milicias obreras pampeanas que quisieron resistir la caída del presidente Perón.

Por Norberto G. Asquini

Rodolfo Walsh fue periodista de investigación, periodista militante y escritor de ficción. Si bien es recordado por su memorable “Carta abierta de un escritor a la Junta Militar” (1977) y por “Operación Masacre” (1957), también se destaca en su obra “Los oficios terrestres” (1965) que incluye el cuento “Esa mujer”, “Un kilo de oro” (1967) y “¿Quién mató a Rosendo?” (1969).

En la época de estos últimos libros, mediados de la década de 1960, Walsh había dejado atrás su antiperonismo de comienzos de los 50, su incursión en la Cuba revolucionaria y estaba en camino a su compromiso y militancia en el peronismo revolucionario.

En agosto de 1967 escribió un artículo para la revista “Todo es Historia”, de Félix Luna, una publicación que fue señera en la difusión de la historia nacional y que congregó tanto a historiadores académicos como revisionistas.  En plena dictadura del general Juan Carlos Onganía, la foto de Perón se pudo ver en la tapa de la publicación y dentro la nota firmada por Walsh. El título: “El último servicio secreto de Perón”. Rescataba documentación original y reservada del KEES, el servicio de informaciones creado por el gobierno peronista ante las constantes conspiraciones militares. Walsh conjetura allí que Perón tal vez lo conformó porque no confiaba en los servicios militares de información.

Los cables de la Rosada

El periodista se hizo con las hojas dactilografiadas y copiadas al carbónico, y publicó las transmisiones del KEES durante el golpe de Estado de septiembre de 1955. En ese sangriento episodio, los golpistas acusaron al presidente Perón de querer armar a los obreros para resistir, cosa que no ocurrió.

Sin embargo, Walsh descubre cómo civiles, trabajadores, de la entonces Provincia Eva Perón, quisieron resistir el golpe de Estado. En el artículo se observa uno de los cables que se envió desde la Casa Rosada a la Provincia, a las 14.35 del 17 de septiembre, apenas comenzada la sublevación. “Comunique al señor gobernador, de parte del señor Ministro del Interior, que refuerce por todos los medios la Colonia Penal y si es necesario que arme civiles”. Estaba dirigida al mandatario Salvador Ananía. Desde Santa Rosa contestaron: “La CGT tiene hombres armados en la calle para cualquier novedad”.

A las 21 horas, el KEES elevó un informe: “Se ha tenido conocimiento de que las autoridades de la CGT han solicitado a todos los secretarios gremiales la entrega con carácter de muy urgente de listas con personas de absoluta confianza dentro de cada gremio para la constitución de reservas”.

Walsh afirma al finalizar su artículo: “La idea de las milicias prosperó sólo en Santa Rosa. En la noche del 18, fueron disueltas por orden del Regimiento 13, que era leal”.

El periodista dio con una historia que permanecía oculta sobre lo que ocurrió en las calles de Santa Rosa en ese septiembre de 1955. Las “milicias obreras” existieron en La Pampa, o entonces Provincia Eva Perón. Civiles, que eran sindicalistas y trabajadores, decidieron resistir el golpe de Estado tomando las armas.

Walsh y después

En el archivo de la Justicia Provincial pudimos hilvanar el resto de la historia. Caído el gobierno peronista, el nuevo régimen militar y las autoridades de facto, comenzaron a enjuiciar a los miembros de la administración depuesta. En esos expedientes conservados en los archicos, buscando entrelíneas, está el resto de lo ocurrido en esas jornadas.

Fue así que un grupo de dirigentes sindicales de Santa Rosa se convocó el día 16 y junto al delegado Leonardo Rodil le pidió armas al gobernador Ananía durante una reunión en su despacho, cuando la gobernación quedaba en el edificio de la calle Pellegrini. El mandatario telefoneó al jefe de Policía, comisario Arturo Doyhenard, y le ordenó diera el armamento a los civiles para la defensa del gobierno. El mismo jefe del Regimiento de Toay, coronel Martín Barrantes, antes de salir hacia Bahía Blanca para combatir a los “rebeldes”, autorizó la entrega de 27 revólveres. Durante la Libertadora, Ananía sería acusado por la Comisión Investigadora, entre cantidad de causas, del faltante de 16 de esas armas. Sería sobreseído.

En otros expedientes se cuenta cómo dirigentes sindicales y trabajadores entre ellos molineros y fideeros, se congregaron para hacer las rondas y algunos piquetes frente a la parroquia o el local del PJ. Un grupo en un Jeep con el diputado Manuel Rodríguez se apostó en el aeródromo por si descendía algún avión de los sublevados. Otros fueron a la CPE, como José Chumbita, padre del escritor Hugo Chumbita, a pedir que cortaran la luz ante la posibilidad de bombardeos. Finalmente, el presidente Perón fue derrocado y algunos de los que participaron acusados de “intimidación pública” por el nuevo gobierno de facto. Varios de ellos participarían un año después, en la fallida Revolución de Valle del 9 de junio de 1956.

 

El autor es autor, entre otros libros, de “Días de odio” (2011) donde se cuenta esta historia.

 

 

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Ziliotto, el regreso a la “nueva normalidad” y la grieta del barbijo

Ziliotto, el regreso a la “nueva normalidad” y la grieta del barbijo

Por Norberto G. Asquini

Estamos en días de liberalización en La Pampa. Poco a poco la cuarentena obligatoria va dando lugar a una mayor flexibilización en la provincia. La realidad empuja a la apertura y en este clima el gobernador Sergio Ziliotto sigue habilitando distintas actividades.

El mandatario provincial aplica en esto el sentido común y el olfato frente a un estado de ánimo que va transformándose con los días. Esos estados de ánimo fueron cambiando y así como hubo un masivo apoyo las medidas de prevención y al aislamiento, ahora con los primeros resultados, con el hartazgo y con las consecuencias económicas negativas, se reclama otra situación. La flexibilización de va dando en los hechos y se va trasladando a las decisiones políticas. En la Fase 4, el gobierno habilitó las caminatas y salidas en bicicleta. Sin embargo, el lector o la lectora solo debe salir a alguna avenida para observar que muchos de los que se cruza no utilizan el tapabocas obligatorio. El estado de ánimo de la gente fuerza a la nueva situación. No por ello se dejan de cumplir con las medidas de prevención, al menos la mayoría.

Dilemas del éxito pampeano

El éxito de las medidas sanitarias tiene dos caras. La Pampa logró contener el contagio y está pertrechada en equipos, camas y recursos sanitarios para afrontar la pandemia si se desata a pesar de todo lo logrado. Pero esta situación de seguridad dio confianza a la gente para relajar de facto su vida cotidiana. Que el Covid-19 no haya estallado como en otros países, ni se haya extendido, dio pie a permanentes contradicciones y dilemas. “Una paradoja atraviesa la discusión política: el sector de poder que, por ideológica e intereses, es más anticuarentena está expresado en un partido político que gobierna el territorio que más lo necesita”, twitteó Ignacio Ramírez de Flacso en ese sentido. Posturas tan contradictorias como el absurdo militante anticuarentena frente al Cabildo que afirmaba que la pandemia era un invento, mientras se sujetaba el tapaboca.

En ese marco, Ziliotto reunió el martes a los ochenta intendentes e intendentas para dar un nuevo paso hacia la “nueva normalidad”. Se habló de la apertura de restaurantes, bares y gimnasios que ya es un hecho. El encuentro por videoconferencia sirvió para bajar línea sobre cómo se deberá implementar y también para lograr volumen político en su decisión.

La grieta del barbijo

No es lo mismo, analiza la consultora Belén Amadeo, la situación en los grandes centros urbanos donde el contagio está presente, a las provincias del interior que están más controladas y tienen menos población. En estas los casos fueron contados, hubo menos alarma y las políticas de prevención dieron resultado.

Y esta situación se nota aún más en las localidades. Las y los intendentes no se quieren pelear con su gente. Están los que reclaman el uso del barbijo y están los que reclaman no usarlo. Hay una grieta (otra más) entre los que todavía pretenden los controles porque el mal acecha,  y aquellos que quieren relajar la cuarentena porque “no hay casos y están lejos”. Están quienes viajan de una localidad a otra sin estar autorizados. Los domingos se observan juntadas familiares. Están los que ingresan por caminos de tierra desde otras provincias, o directamente cortan algún alambrado para hacerse paso. Los controles policiales se flexibilizaron, al menos límites adentro de la provincia y durante el día. Ninguna gestión quiere pagar costos políticos de más. Nuevo estado de ánimo, más sentido común.

La nueva normalidad también traerá desafíos a las gestiones, que deberán afrontar las consecuencias económicas de la pandemia. Es hora de apoyar a las actividades golpeadas por la crisis, pero también de fortalecer las cajas. Como Santa Rosa, que debe comenzar a recaudar y ya está pensando en cómo.

La Pampa cosecha ahora los frutos de la aplicación de un certero aislamiento social. El Covid-19 pareció frenarse en sus límites y la gente se va relajando. Esperemos no tanto: la pandemia sigue presente.

 

 

 

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Colectivo municipalizado: la política del hacerse cargo

Colectivo municipalizado: la política del hacerse cargo

Por Norberto G. Asquini

La municipalización del transporte público en Santa Rosa cerró un largo debate. El municipio se hizo cargo de los micros urbanos dejando de lado a las empresas privadas. Una medida de la gestión kirchnerista de hacerse cargo de los servicios públicos. Ahora se vendrá otro debate: el de la eficiencia del Estado.

Para tomar una decisión política, para dar el paso, para hacerse cargo, hace falta convicciones, pragmatismo y oportunidad. Con el intendente Luciano di Nápoli se conjugaron las tres condiciones para conseguir la municipalización de los colectivos.

Vamos a las convicciones. El kirchnerismo impulsó durante la década larga que estuvo en el poder políticas de nacionalización de sectores económicos y una impronta de estatización como opción ante las privatizaciones. Luego de los gobiernos K, la sociedad en su mayoría escogió un Estado con amplia presencia, al que se bien le pide frenar el despilfarro o la corrupción, también le demanda que conserve buena parte de los espacios ganados en la economía y en su acción promotora de derechos e incluso subsidiaria, indica Mario Riorda al analizar las tendencias políticas de los últimos años. El debate por un Estado mínimo naufragó durante el gobierno del macrismo. Y el papel central que asumió durante la actual pandemia Covid-19 terminó por darle fuerza a esa línea.

Peronismo y estatización

El peronismo tiene disposición y capacidad para mutar y reinventarse (como pasar del menemismo al kirchnerismo) según el momento histórico, pero también una identidad política con ideas fuerza como el estatismo y el distribucionismo económico. Alejandro Grimson, fino analista del peronismo y hoy asesor del presidente, indica que ante las “mil caras” del movimientismo peronista “el tema es quien sintetiza la heterogeneidad y con qué orientación política en cada coyuntura”.

Di Nápoli representa hoy la impronta K en el peronismo pampeano, una visión renovadora y la cara de una gestión donde priman los funcionarios jóvenes, que llegó para mostrarse haciendo. Lejos se está de los 90 y el dejo administrativista del jorgismo (1991-2003), que prefirió mantener el servicio de colectivos en manos privadas antes que pasarlo a la cooperativa.

La decisión tomada por Di Nápoli no fue solo empujada por las circunstancias: fue un eje de campaña, un proyecto pensado en la usina camporista hace tiempo y se definió cuando ya se terminaba el subsidio para la empresa.

Esto no significa que haya hacia dentro del peronismo una visión K que diferencia la gestión de Santa Rosa del resto del peronismo pampeano en este sentido. El hacerse cargo por parte del Estado de los servicios públicos cuando nadie más puede, o quiere hacerlo, se vio reflejado en otros momentos. Principalmente en las crisis económicas.

En General Pico durante los años 90 muchos servicios públicos fueron municipalizados, lo que podría decirse fue la contracara de la concepción santarroseña de entonces. Durante las gestiones de Luis Campo (1995-2007), continuada por Jorge Tebes (2007-2012 por renuncia), frente a la debacle del país, se asumió el servicio de riego, el del avión ambulancia, el laboratorio de medicamentos y la planta de asfalto, entre otros servicios. También las ambulancias de emergencias médicas y el policlínico, que después pasaron a la Provincia. Se impulsó la cooperativa que trata los residuos urbanos y se municipalizó y después se concesionaron los micros a Corpico. Por supuesto, General Pico es deficitario, pero no se puede achacar al asumir funciones y servicios para sostenerlos. Ese espíritu está presente en los grandes, y en los chicos. En Metileo, por poner un solo ejemplo y cercano a Pico, se asumió la distribución de gasoil a los productores rurales y una panadería municipal para bajar los precios.

Los que quieren, y los que no

Hay también una cuestión pragmática en la municipalización. El servicio en Santa Rosa era ineficiente y deficitario (mantenido a fuerza de subsidios estatales). Por la misma plata que se le daba a la empresa, y un poco más, el municipio se hace cargo del problema. Un problema además que se arrastraba desde hace años.

Las administraciones municipales habían preferido dejarlo en manos privadas. A pesar de ejemplos como el del intendente Francisco Torroba (2008-2011) que municipalizó la recolección de basura. Lo que llamó entonces “un cambio ideológico” para la capital provincial.

Además de lo ideológico, de las convicciones, está la cuestión pragmática y de oportunidad. El peronista Luis Larrañaga (2011-2015), le dio la concesión a Autobuses Santa Fe, y el radical Leandro Altolaguirre (2015-2019), continuó con esa política. Ambos prefirieron una empresa privada a asumir el servicio. La oposición torrobista continuó igualmente pidiendo estatizar ese servicio con Larrañaga, aunque con Altolaguirre no lo sostuvo.

Es cierto igualmente que ambos jefes comunales intentaron que lo tomara la CPE para hacerlo cooperativo, como pensó Di Nápoli, pero desde la entidad solidaria dijeron que no. La impronta progresista de la cooperativa comenzó a languidecer con los años y se prefiere apostar a lo seguro del negocio de las telecomunicaciones. El transporte urbano es un servicio público necesario, pero es un dolor de cabeza por los costos que implica.

Esta discusión también marca los campos en los que están ubicados cada sector político. Cuando se votó la municipalización en el Concejo, la oposición del ex Cambiemos sorprendió al rechazar el acuerdo mutuo del intendente con la empresa, primer paso para la estatización. Aunque después sí acompañó la creación del Ente Municipal de Transporte Urbano que tendrá a cargo el manejo de los colectivos.

Desafíos de lo que viene

Di Nápoli va a gestionar con la impronta con la que llegó al gobierno. Representa la renovación, las ideas de un peronismo “nacional y popular” y que entiende al Estado como protagonista. Se terminó un debate que era entre servicio estatal o privado. Pero que cada caso depende de las tres condiciones que mencionamos.

En breve, con los desafíos que tendrá el poner en marcha los colectivos municipalizados, se abrirá otra discusión que muchos opositores no dejarán pasar: la eficiencia del Estado. Porque si bien ese debate debería cerrarse, en el caso puntual de Santa Rosa, con el ejemplo de la recolección de basura, los ojos críticos de la oposición estarán puestos en Di Nápoli y en cómo funcionará su creación. Una batalla cultural se ganó. Ahora hay que sostenerla en los hechos.

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