PJ pampeano: ¿tendencia nacional o lógica provincial?
Bruna nacionaliza, Verna intenta provincializarla. El clima de época marcado por la popularidad de la Presidenta muestra cómo el proyecto K se impone y favorece al jorgismo, pero hay lógicas locales que sustentan el voto vernista.
Norberto G. Asquini
Faltan menos de dos semanas para las internas del PJ pampeano del 5 de julio. Las cartas parecen estar echadas, para unos y para otros. Ambos sectores enfrentados, Compromiso Peronista y Peronismo Pampeano, afirman que ganan. No hay encuestas de esta última etapa de la campaña, pero para el vernismo-marinismo, la adhesión a la candidatura del senador Carlos Verna no será descontada por su oponente; mientras que para el jorgismo, Fabián Bruna habría empardado a su oponente. Para los primeros, la diferencia sería 70-30; para los segundos ya hay una paridad 50-50.
Ganan los oficialismos.
¿Podemos hacer algún pronóstico? ¿Alguna inferencia de lo que pueda ocurrir en base a lo sucedido en otras provincias? Cada jurisdicción tiene una historia propia, aunque se pueden rastrear características comunes, como liderazgos e identidades políticas.
Una primera cuestión es que en todas las elecciones adelantadas, han ganado los oficialismos. Ocurrió en Salta, las primarias de Chaco, la Ciudad de Buenos Aires, Río Negro y parece que sucederá en Santa Fe. Esto puede significar que en las internas del 5 de julio gane el sector del PJ que representa el oficialismo, o que triunfe el PJ en octubre, como parece que sucederá. Como en 2011, hay una interpretación: cuando la situación económica es estable, las mayorías eligen la continuidad. Interpretación que parece convincente, pero es errónea. Hay ventajas de los oficialismos que son independientes de la situación económica.
Cristina arriba.
Vamos a otra interpretación más palpable. Hay una tendencia nacional, analiza Artemio López, consultor cercano a la Casa Rosada, que se observa en este 2015. El kirchnerismo está fortalecido, a pesar de doce años en el gobierno, la presidenta Cristina Fernández tiene alta, e inédita para un fin de mandato, imagen positiva y hace valer su popularidad, la situación socioeconómica es estable y la oposición, nuevamente, parece no encontrar su rumbo. De hecho, el Pro no ha podido hacer pie en el interior como pretendía.
En ese marco, CFK mantiene su liderazgo y la centralidad política del FpV. El vuelco de Daniel Scioli a identificarse plenamente con el kirchnerismo y la conformación de una fórmula con alguien del riñón de la mandataria como Carlos Zannini así lo muestran. El cierre de listas nacionales, con profusión de candidatos ultra-K, está en esa sintonía. El proyecto nacional obliga a la polarización entre quienes apoyan y quienes no.
Las dos estrategias.
Las estrategias de ambos sectores del PJ han sido divergentes, pero coinciden en un punto. El jorgismo la ha nacionalizado, proponiéndose Bruna como la continuidad del proyecto K en la provincia frente a los disidentes y opositores. Una nueva generación de dirigentes contra lo “viejo” del peronismo. Verna intentó, como siempre, provincializar las internas, mostrándose como un postulante que tiene un plan de gobierno frente a la falta de acción del actual. Quiera o no, en algún punto converge con sus competidores: en su postura, si La Pampa no creció, es porque se alineó, o subordinó, a Nación, perdiendo su autonomía.
La bisagra.
Con la elección nacional en el horizonte inmediato, el jorgismo observa que la adhesión a la gestión de la Presidenta empuja sus posibilidades de ganarle a la coalición vernista-marinista. Ese sector observa como una bisagra lo ocurrido en los últimos días, lo que parece dar un vuelco de la opinión pública a su favor y en la mejora de sus chances electorales. CFK se metió de lleno en la interna pampeana. Se sacó la foto con Bruna y el gobernador Jorge y esta semana tiene prevista una visita a la provincia para respaldar a su candidato. Desde el jorgismo sueñan que también Scioli manifieste su apoyo. En esas filas afirman que una palabra de CFK sobre Verna durante su discurso volcaría definitivamente la balanza.
El capítulo de las boletas nacionales fue también otra señal. La conformación del FpV en La Pampa con anuencia de Jorge que llevará candidatos K y la impugnación del PJ provincial por el partido nacional, muestra de qué lado está la Presidenta.
Desde Compromiso Peronista indican que estas demostraciones de poder y respaldo van a influir en las últimas dos semanas en el electorado provincial. Se va a votar a un postulante que está a tono con esos tiempos, o se hará por otro que se opone.
De ahí también las discusiones, implícitas o explicitas, entre el vernismo y el marinismo. Entre sostener una postura crítica a CFK como ocurre con los primeros, o una moderada, pensando en lo que vendrá, entre los segundos.
Lógica provincial.
Pero hay otro análisis y que involucra a cuestiones más locales, como son las lógicas políticas provinciales. A pesar de ese clima nacional, cada provincia tiene sus particularidades. En Neuquén, Santa Fe y sobre todo Río Negro, los votantes eligieron a los gobiernos locales por sobre los identificados con el FpV.
El vernismo-marinismo, contra la orden política nacional, intentó mantener el bastión PJ con una boleta propia para cargos nacionales. Fue presentada a la Justicia Electoral para competir el 9 de agosto, pero la Cámara Nacional Electoral puede prohibirla. Es casi una “proscripción” al peronismo pampeano, al que no dejaron competir o elegir sus representantes.
Para ese sector, muestra la avanzada del kirchnerismo contra el peronismo provincial y reafirma su postura de reclamar autonomía contra la intromisión nacional. El gobernador rionegrino Alberto Weretilneck fue uno de los que promovió en su campaña el conflicto provincia-Nación con el eje en la independencia económica y le resultó, según analiza la politóloga María Esperanza Casullo. Allí había un clima favorable: el gobierno nacional no había refinanciado la deuda y no había cumplido las demandas de los fruticultores del Alto Valle que estaban movilizados.
Bajo esta visión, más allá de las fotos y los discursos, afirman que el votante pampeano se vuelca por Verna por sentido de “pampeanidad”, por ser considerado más capaz para afrontar una gestión gubernamental, por conocimiento o simplemente por la aplicación del sentido práctico del voto útil al que está mejor posicionado.
Escenario futuro.
En este escenario, se analiza además qué pasará a futuro. Si como indican las encuestas, el próximo presidente es Scioli, de ganar Bruna tendría abiertas las puertas de la Casa Rosada, indican los jorgistas. Y bajo esta mirada, de llegar Verna, habría sanciones para un gobernador que no esté alineado con el proyecto nacional.
El vernismo lo observa con una mirada práctica. Si Scioli es presidente y Verna gobernador, la relación se afianzará en la campaña electoral de cara a octubre y el vínculo será independiente a la cuestión K, priorizando acuerdos políticos o lo institucional por sobre cualquier diferencia. Scioli y Verna, en ese sentido, son más pragmáticos.
Inferencias y procesos.
¿Cómo están los candidatos hoy a menos de dos semanas de las internas? Cada sector tiene su pálpito, más o menos, lógico, más o menos racional, más o menos emocional. Uno afirma seguir fuerte, el otro asegura que ha crecido. Pero ninguno muestra encuestas.
Más allá de la tendencia nacional o la lógica provincial, está el poder territorial. Las adhesiones de cada candidato, el aparato montado, la estructura de intendentes y la militancia barrial. Pero también el votante independiente que, como en 2007, puede hacer diferencia en una interna abierta.
Finalmente, una cuestión anexa a lo analizado es que bajo la centralidad política de CFK, el kirchnerismo está reconfigurando el poder de cara a lo que vendrá, en torno al próximo presidente. Estar en esa corriente o no, parece una decisión crucial para muchos dirigentes actuales. ¿Tendrá este proceso consecuencias para la política, y el peronismo, pampeanos? Y si es así, ¿en qué medida?
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