Un cruce andino

Un cruce andino

Por Mario Higonet

Sabemos los integrantes del mundo futbolero mañana sábado cuando el horario vespertino empieza a consumirse, dará comienzo la final de esta edición 2015 de la Copa América en la que se medirán con el mismo objetivo los locales Chilenos con sus trasandinos subrayados candidatos, los Argentinos. Ambas selecciones formadas con los mejores jugadores de su país, muchos de ellos actuando en escenarios europeos, fueron superando con diversas dificultades la primera etapa como integrantes de grupos sorteados para la formación de un cuadro general. Quedaron como líderes y luego eliminaron a los rivales de turno para poder acceder a esa deseable final y además lograr el título de campeón. El partido se jugará en el Estadio Nacional de Santiago de Chile al control arbitral del colombiano Wilmar Roldán, con un marco de público en su gran mayoría chilenos colmados de expectativas por “dar la vuelta” pero algo dubitativos porque saben se mide con el gran candidato –en el historial de este torneo nunca pudieron derrotar a la Selección Argentina-. La Selección de Chile esta conducida desde lo técnico por el Argentino Jorge Sampaoli, quien ha generado un cambio algo revolucionario en el futbol de ese país lo que puede servir como argumento justificativo del acceso de Chile a esta final. Pero saben sus integrantes que mañana tendrán enfrente a un equipo con ribetes de candidato porque lo forman varias estrellas que transitan por equipos selectos en los cuales son reconocidos como el jugador del equipo. Es inevitable hablar de Messi quien a pesar de no haber convertido un gol –excepto el tiro del penal en la definición frente a Paraguay – se ha mostrado en cada partido como el artífice principal de la ofensiva en la Selección conducida por el Tata Martino, además el rival generador de cercos defensivos para evitar la caída de nuestra valla. No puedo omitir está acompañado por otros integrantes de un equipo que ha exhibido una estrategia táctica y técnica que lo muestran como “el gran candidato”, pero sabe tiene noventa minutos para demostrarlo ante el equipo local que también ha acumulado sueños y esperanzas jugando al fútbol.-

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Una lectura de la visita de CFK a Santa Rosa

Una lectura de la visita de CFK a Santa Rosa

PJ: la pinza nacional, los acorralados y los dos modelos de interna
Menos de una semana para las internas. En el PJ el próximo domingo se cierra un ciclo y se continúa otro: el jorgista o el vernista. El de la llamada “renovación” del peronismo volcado al kirchnerismo o el de la continuidad del PJ convencional.
Norberto G. Asquini

Menos de una semana queda para las internas en el PJ. El 5 de julio será una elección que marcará el comienzo del fin para uno de los dos sectores que disputan la gobernación. El que gana, se queda con el poder dentro del PJ pampeano. Y se cierra así un ciclo y se continúa otro. El jorgista o el vernista. El de la llamada “renovación” del peronismo ya con una filiación K, o el de la continuidad del PJ tradicional con una lógica provincial.

Y decimos el comienzo del fin porque todavía falta ver qué pasará en octubre, cómo se comportará la coalición que quede relegada el domingo cuando lleguen las generales. La confrontación entre Compromiso Peronista y Peronismo Pampeano se ha dado en toda la provincia y va a dejar dolidos y quebrados. La cuestión es cuán profundo ha llegado a calar esa disputa interna, si el peronismo podrá o no cerrar filas después de la compulsa interna. Si el voto desobediente, rebelde o traidor, una tendencia creciente en La Pampa en los últimos comicios, mostrará los dientes en octubre.

Pinzas y acorralados.

Pero no nos adelantemos. Esta columna es la de cierre antes de las internas, y ya no queda tiempo para mucho más análisis. En los últimos días, el hecho más importante, fue el acto encabezado por la presidenta Cristina Fernández en el Club Estudiantes. Para muchos, fue un hecho histórico. No por lo que se dijo, sino por lo que puede llegar a representar.

La visita de la Presidenta fue una demostración de fuerza, la más importante, de la Casa Rosada en territorio pampeano. El vernismo-marinismo quedó de esta manera acorralado con una estrategia de pinzas que pretende barrerlo, o al menos cercarlo desde Nación. Veamos la progresión de las últimas semanas: el PJ nacional bloquea la lista del PJ y crea el FpV en la provincia para llevar candidatos K al Congreso; Carlos Zannini le cierra cualquier puerta a una boleta en conjunto a Rubén Marín y Carlos Verna para legisladores nacionales; viaja CFK para apoyar a Oscar Jorge y Fabián Bruna; pero también lo hace la fórmula presidencial con Daniel Scioli, al que muchos del otro sector consideraban que iba a ser neutral en la contienda, como se les había prometido.

Del otro lado.

Tras el acto, hubo dos formas de manifestarse desde Peronismo Pampeano sobre la visita: los que prefirieron mantenerse en silencio, sabiendo que las chances se juegan cuerpo a cuerpo en la campaña; y quienes salieron desenfrenados a repudiar la visita y sus implicancias. A los últimos, los más nerviosos y combativos, se los pudo observar a través de las redes sociales. De hecho, el autor pudo leer de uno de sus representantes la palabra “zurdos” para calificar a parte de quienes fueron a apoyar a la mandataria. Tal vez fue solo una postura personal y no hay que generalizarlo, tal vez una demostración del ánimo que embarga a muchos.

Los mensajes.

El mensaje de la presidenta fue contundente: dijo que no se puede votar a “los dirigentes de siempre” y que La Pampa tiene que cambiar definitivamente. Ser parte de su proyecto nacional. La lectura más camporista es que si en la estrategia de polarización del matrimonio Kirchner se enfrentó a los enemigos del modelo -la dictadura, el neoliberalismo de los 90, el duhaldismo o los medios concentrados- en ese paquete está incluido el vernismo-marinismo. Para el jorgismo, la visita de CFK terminó de torcer el voto a favor de Fabián Bruna, ya que el postulante ha crecido en sus adhesiones en los últimos tiempos, quedando a la par de Verna.

Desde el vernismo-marinismo la lectura de lo que puede a ocurrir es otra. Y también de los alcances de la visita. Para el sector la elección tendrá una impronta provincial, como siempre la tuvo, salvo cuando hay que elegir presidente. Marín afirmó que “la sociedad pondrá los límites” frente a la injerencia del gobierno nacional y a eso apuntan. El kirchnerismo puede acorralar, pero no eliminar en el interior las manifestaciones disidentes a su poder.

Sin embargo, esta última semana, el tono de la campaña se profundizó desde lo discursivo. Una muestra de cómo ha escalado la interna y de que no todo está cerrado en esta elección antes de tiempo. Verna, que intentó tener un tono moderado, llegó a señalar el pasado de Jorge como funcionario en los tiempos de la dictadura militar. Todo un signo.

Los dos modelos.

¿Qué tipo de interna se dará el próximo domingo? Vamos al análisis comparativo para sacar algunas conclusiones de lo que puede llegar a ocurrir. El autor de la nota tiene su pronóstico, pero también debe dejar constancia que no es fácil la lectura de lo que sucederá cuando se abran las urnas.

A favor del vernismo-marinismo puede darse una interna “modelo 1983”. Ese año Marín le ganó a las otras líneas con su base electoral en General Pico, donde tenía una estructura armada, pero sobre todo con una construcción política que se fue conformando en el interior de la provincia cercando a Santa Rosa, bastión en ese entonces de la oposición interna. En la capital provincial, donde no podía hacer pie, prefirió que se dividieran los votos para restarle poder a la otra boleta que parecía competirle. Esta vez, Verna, que siempre tuvo difícil Santa Rosa y le fue esquiva, quiere sacarle votos a Bruna con dos precandidatos a intendente aliados, con los que estuvo enfrentado, para sacarle rédito electoral a su favor y neutralizarlo.

El jorgismo quiere repetir el “modelo 2007”. Ese año, el gobernador Verna no fue por la reelección y apoyó a Jorge, un funcionario, como su sucesor. Desde el Estado provincial el vernismo construyó sus apoyos a través de la estructura de los intendentes para enfrentar a Marín. El entonces senador parecía todavía el hombre fuerte en el PJ provincial, más allá de los golpes recibidos por ese entonces, frente a un candidato “débil” como Jorge. Finalmente, se impuso lo “nuevo” sobre lo “viejo” con gran apoyo independiente.

El lector dirá que ahora pesan otras circunstancias. Es cierto, pero también juegan los mismos actores.

Lógicas y aparatos.

Finalmente, está el peso del aparato y de los candidatos. Verna corre con ventaja en su posicionamiento y reconocimiento, Bruna viene de atrás pero ha habido una campaña masiva para instalarlo.

La movilización de las estructuras será importante. La lógica, en la política argentina, es que quien tiene el gobierno, vuelca la interna, a fuerza de recursos. En esta oportunidad, con los jefes comunales repartidos, será importante cómo jugará cada uno de ellos en sus localidades, ya que es relevante el peso de la comuna y las adhesiones personales que cosecha cada intendente.

Santa Rosa y General Pico son medulares. Verna quiere “quebrar” a Jorge en la capital y Compromiso Peronista descontarle al vernismo en su propio bastión. En ese juego de contrapesos está parte de la clave de esta elección.

Pero hay también un voto espontáneo, que ya se manifestó en los comicios de 2007, y que puede neutralizar al cautivo. El jorgismo busca un apoyo independiente que simpatiza con la renovación de la dirigencia pampeana. El vernismo-marinismo la adhesión del votante peronista identificado con el PJ tradicional. Son generalizaciones, pero ese parece que será el perfil de cada sector. El resto, queda en manos del votante.

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La balanza electoral de la interna del 5 de Julio

La balanza electoral de la interna del 5 de Julio

PJ pampeano: ¿tendencia nacional o lógica provincial?
Bruna nacionaliza, Verna intenta provincializarla. El clima de época marcado por la popularidad de la Presidenta muestra cómo el proyecto K se impone y favorece al jorgismo, pero hay lógicas locales que sustentan el voto vernista.

Norberto G. Asquini

 

Faltan menos de dos semanas para las internas del PJ pampeano del 5 de julio. Las cartas parecen estar echadas, para unos y para otros. Ambos sectores enfrentados, Compromiso Peronista y Peronismo Pampeano, afirman que ganan. No hay encuestas de esta última etapa de la campaña, pero para el vernismo-marinismo, la adhesión a la candidatura del senador Carlos Verna no será descontada por su oponente; mientras que para el jorgismo, Fabián Bruna habría empardado a su oponente. Para los primeros, la diferencia sería 70-30; para los segundos ya hay una paridad 50-50.

Ganan los oficialismos.

¿Podemos hacer algún pronóstico? ¿Alguna inferencia de lo que pueda ocurrir en base a lo sucedido en otras provincias? Cada jurisdicción tiene una historia propia, aunque se pueden rastrear características comunes, como liderazgos e identidades políticas.

Una primera cuestión es que en todas las elecciones adelantadas, han ganado los oficialismos. Ocurrió en Salta, las primarias de Chaco, la Ciudad de Buenos Aires, Río Negro y parece que sucederá en Santa Fe. Esto puede significar que en las internas del 5 de julio gane el sector del PJ que representa el oficialismo, o que triunfe el PJ en octubre, como parece que sucederá. Como en 2011, hay una interpretación: cuando la situación económica es estable, las mayorías eligen la continuidad. Interpretación que parece convincente, pero es errónea. Hay ventajas de los oficialismos que son independientes de la situación económica.

Cristina arriba.

Vamos a otra interpretación más palpable. Hay una tendencia nacional, analiza Artemio López, consultor cercano a la Casa Rosada, que se observa en este 2015. El kirchnerismo está fortalecido, a pesar de doce años en el gobierno, la presidenta Cristina Fernández tiene alta, e inédita para un fin de mandato, imagen positiva y hace valer su popularidad, la situación socioeconómica es estable y la oposición, nuevamente, parece no encontrar su rumbo. De hecho, el Pro no ha podido hacer pie en el interior como pretendía.

En ese marco, CFK mantiene su liderazgo y la centralidad política del FpV. El vuelco de Daniel Scioli a identificarse plenamente con el kirchnerismo y la conformación de una fórmula con alguien del riñón de la mandataria como Carlos Zannini así lo muestran. El cierre de listas nacionales, con profusión de candidatos ultra-K, está en esa sintonía. El proyecto nacional obliga a la polarización entre quienes apoyan y quienes no.

Las dos estrategias.

Las estrategias de ambos sectores del PJ han sido divergentes, pero coinciden en un punto. El jorgismo la ha nacionalizado, proponiéndose Bruna como la continuidad del proyecto K en la provincia frente a los disidentes y opositores. Una nueva generación de dirigentes contra lo “viejo” del peronismo. Verna intentó, como siempre, provincializar las internas, mostrándose como un postulante que tiene un plan de gobierno frente a la falta de acción del actual. Quiera o no, en algún punto converge con sus competidores: en su postura, si La Pampa no creció, es porque se alineó, o subordinó, a Nación, perdiendo su autonomía.

La bisagra.

Con la elección nacional en el horizonte inmediato, el jorgismo observa que la adhesión a la gestión de la Presidenta empuja sus posibilidades de ganarle a la coalición vernista-marinista. Ese sector observa como una bisagra lo ocurrido en los últimos días, lo que parece dar un vuelco de la opinión pública a su favor y en la mejora de sus chances electorales. CFK se metió de lleno en la interna pampeana. Se sacó la foto con Bruna y el gobernador Jorge y esta semana tiene prevista una visita a la provincia para respaldar a su candidato. Desde el jorgismo sueñan que también Scioli manifieste su apoyo. En esas filas afirman que una palabra de CFK sobre Verna durante su discurso volcaría definitivamente la balanza.

El capítulo de las boletas nacionales fue también otra señal. La conformación del FpV en La Pampa con anuencia de Jorge que llevará candidatos K y la impugnación del PJ provincial por el partido nacional, muestra de qué lado está la Presidenta.

Desde Compromiso Peronista indican que estas demostraciones de poder y respaldo van a influir en las últimas dos semanas en el electorado provincial. Se va a votar a un postulante que está a tono con esos tiempos, o se hará por otro que se opone.

De ahí también las discusiones, implícitas o explicitas, entre el vernismo y el marinismo. Entre sostener una postura crítica a CFK como ocurre con los primeros, o una moderada, pensando en lo que vendrá, entre los segundos.

Lógica provincial.

Pero hay otro análisis y que involucra a cuestiones más locales, como son las lógicas políticas provinciales. A pesar de ese clima nacional, cada provincia tiene sus particularidades. En Neuquén, Santa Fe y sobre todo Río Negro, los votantes eligieron a los gobiernos locales por sobre los identificados con el FpV.

El vernismo-marinismo, contra la orden política nacional, intentó mantener el bastión PJ con una boleta propia para cargos nacionales. Fue presentada a la Justicia Electoral para competir el 9 de agosto, pero la Cámara Nacional Electoral puede prohibirla. Es casi una “proscripción” al peronismo pampeano, al que no dejaron competir o elegir sus representantes.

Para ese sector, muestra la avanzada del kirchnerismo contra el peronismo provincial y reafirma su postura de reclamar autonomía contra la intromisión nacional. El gobernador rionegrino Alberto Weretilneck fue uno de los que promovió en su campaña el conflicto provincia-Nación con el eje en la independencia económica y le resultó, según analiza la politóloga María Esperanza Casullo. Allí había un clima favorable: el gobierno nacional no había refinanciado la deuda y no había cumplido las demandas de los fruticultores del Alto Valle que estaban movilizados.

Bajo esta visión, más allá de las fotos y los discursos, afirman que el votante pampeano se vuelca por Verna por sentido de “pampeanidad”, por ser considerado más capaz para afrontar una gestión gubernamental, por conocimiento o simplemente por la aplicación del sentido práctico del voto útil al que está mejor posicionado.

Escenario futuro.

En este escenario, se analiza además qué pasará a futuro. Si como indican las encuestas, el próximo presidente es Scioli, de ganar Bruna tendría abiertas las puertas de la Casa Rosada, indican los jorgistas. Y bajo esta mirada, de llegar Verna, habría sanciones para un gobernador que no esté alineado con el proyecto nacional.

El vernismo lo observa con una mirada práctica. Si Scioli es presidente y Verna gobernador, la relación se afianzará en la campaña electoral de cara a octubre y el vínculo será independiente a la cuestión K, priorizando acuerdos políticos o lo institucional por sobre cualquier diferencia. Scioli y Verna, en ese sentido, son más pragmáticos.

Inferencias y procesos.

¿Cómo están los candidatos hoy a menos de dos semanas de las internas? Cada sector tiene su pálpito, más o menos, lógico, más o menos racional, más o menos emocional. Uno afirma seguir fuerte, el otro asegura que ha crecido. Pero ninguno muestra encuestas.

Más allá de la tendencia nacional o la lógica provincial, está el poder territorial. Las adhesiones de cada candidato, el aparato montado, la estructura de intendentes y la militancia barrial. Pero también el votante independiente que, como en 2007, puede hacer diferencia en una interna abierta.

Finalmente, una cuestión anexa a lo analizado es que bajo la centralidad política de CFK, el kirchnerismo está reconfigurando el poder de cara a lo que vendrá, en torno al próximo presidente. Estar en esa corriente o no, parece una decisión crucial para muchos dirigentes actuales. ¿Tendrá este proceso consecuencias para la política, y el peronismo, pampeanos? Y si es así, ¿en qué medida?

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¿Rebelde o Verticalista? ¿Alineado o Autonomo?

¿Rebelde o Verticalista? ¿Alineado o Autonomo?

PJ pampeano: el bastión, el proyecto y los dos peronismos.
Las implicancias del avance del FpV sobre el distrito pampeano. La caída del “bastión” PJ en La Pampa y la “intromisión” nacional. Los dos peronismos, el leal y el disidente a CFK, uno alineado y el otro autónomo. ¿Cuál será el rostro que prevalezca entre ambos?

Norberto G. Asquini

Volvamos, una y otra vez, como Marty McFly y su DeLorean, a una cuestión central en la política de los últimos años en La Pampa: los dos peronismos que coexisten y el avance K en la provincia. La semana pasada se produjo una jugada política, cuyo desarrollo continuará en los próximos días, cuando el PJ nacional, en manos del kirchnerismo, intervino en la decisión del PJ provincial de convocar a postulantes para las primarias del 9 de agosto, trató de apartarlo vía jurídica por no acatar la orden emanada del congreso nacional partidario y, por primera vez en la provincia, conformó el Frente para la Victoria nacional con dos fuerzas aliadas menores (Encuentro y humanismo). Es que desde Nación se quiere imponer la lista de candidatos para el Congreso y el Parlasur que sean representativos del proyecto nacional que encabeza la presidenta Cristina Fernández. La medida fue resistida por el núcleo vernista-marinista en el Consejo Provincial, que quiere presentarse como PJ La Pampa y que no les digiten los candidatos. Para unos es alineamiento y selección de candidatos, para otros es disciplinamiento y digitación. La polarización es la marca de las próximas elecciones.

¿Foto o película?

La decisión del PJ nacional de intervenir en el distrito pampeano podemos verlo como una foto o como una película. La foto es el momento de CKF, que debe dejar la presidencia con una alta popularidad -cosa que no consiguió ningún presidente- y pretende conformar un escenario en el que el kirchnerismo se mantenga en el poder en la siguiente etapa. La película muestra cómo finalmente se plasmó el avance del FpV en el territorio provincial. En 2011, la intervención de CFK en las elecciones pampeanas -coyuntura en la que la mandataria contó con un alto respaldo y disputaba su reelección en el cargo-, hizo que el PJ bajara sus precandidatos a diputados nacionales y apoyara a los postulantes K en la lista del Humanismo. Fue el atajo electoral que encontraron desde la Casa Rosada para imponer los nombres, por fuera de la estructura del PJ. Esta vez, la avanzada fue mucho más allá y emitió una orden desde el Congreso nacional partidario para anular cualquier decisión distrital que se contrapusiera a la Casa Rosada.

Historia del FpV.

El justicialismo pampeano y el kirchnerismo tienen una historia que se tejió durante doce años de convivencia, que tiene su desarrollo y sus vaivenes según fuera el escenario político para los Kirchner, y que tiene su capítulo actual con la conformación del FpV nacional en La Pampa y la caída del “bastión” PJ -La Pampa era el único distrito donde no estaba creado-, lo que era un orgullo para los vernistas.

El kirchnerismo reconfiguró la política nacional y el poder en el peronismo, y La Pampa no estuvo exenta a ese proceso. Es la primera vez que el FpV nacional se conforma en la provincia. En 2003 hubo un FpV, el de Néstor Ahuad, pero fue provincial. En ese momento, con Carlos Verna en el gobierno y un Néstor Kirchner que buscaba respaldos, la relación fue de autonomía para el peronismo pampeano. En 2007, el PJ llevó a CKF para presidenta, y se le retiró el apoyo al FpV local, ya disminuido, que desapareció. La relación con la Rosada fue de acercamiento por parte del gobernador Jorge, pero de una postura disidente por parte del vernismo. En 2011, con la reelección de CFK, terminó por partirse el justicialismo pampeano. Jorge se alineó al kirchnerismo en 2012, los intendentes pasaron a respaldar el proyecto nacional y La Cámpora tuvo su expresión institucional legislativa. Del otro lado, creció la disidencia del vernismo. Junto con el marinismo, siempre consideraron que los legisladores K llegaron a donde están “de prestado”.

Todo esto estuvo enmarcado en un proceso de creciente centralización política, y económica, por parte del kirchnerismo nacional y los momentos de alto y bajo respaldo popular al gobierno nacional. Según fuera la ola, así se comportaba el PJ provincial. De la resolución 125 al 54% de CFK en las urnas, la marea política empujaba al peronismo pampeano a un lado u otro en cada resurgimiento que tuvo la presidenta después de tiempos desfavorables.

De un lado, y del otro.

Bajo la era K, el peronismo pampeano se dividió en estos últimos años y esto queda plasmado en la interna actual. O para decirlo de otra manera, la fractura local (jorgismo-vernismo) encontró un conflicto mayor en el cual sostenerse (kirchnerismo-disidentes). Bajo la representación de los dos líderes locales, el gobernador Jorge y el senador Verna, los dos sectores que comparten el PJ desde hace años están bien diferenciados, no solo en la cuestión provincial, sino ahora en su postura ante el gobierno nacional. Según cómo se los mire, unos representan al modelo K y los otros al peronismo no alineado. Para el primero hay respaldo a un proyecto nacional que representa al peronismo y los otros son rebeldes o desobedientes. Para los segundos, ellos encarnan el PJ autónomo sin intromisiones nacionales y los otros se han subordinado a las directivas de la presidenta. Unos viven la conformación del FpV como la materialización del proyecto nacional en La Pampa, los otros como la proscripción electoral del PJ provincial.

Avances, resistencias.

Las primarias para cargos nacionales parecen una cuestión menor, anexa o secundaria en este 2015 de cambios, pero es medular. Para el kirchnerismo, el resultado representa sumar un parlamentario del Mercosur, dos senadores y un diputado nacional para la conformación de su bloque legislativo pos-2015, en una de las ocho provincias en las que hay en juego cargos legislativos. Para el vernismo, es la intromisión en territorio pampeano del kirchnerismo que rompe con la autonomía del PJ provincial y condiciona su futuro.

Unos avanzan, los otros resisten. El PJ pampeano logró que la Justicia Federal por ahora suspenda la impugnación del PJ nacional y podrá presentar precandidatos propios, aunque debe definir en última instancia la Cámara Nacional Electoral. Hay posturas distintas en esa coalición vernista-marinista, que entró en rebeldía con el PJ nacional: el vernismo quiere una lista propia que compita contra la boleta K pampeana, el marinismo propondría una unificada en la que estén incluidas todos los sectores, hasta La Cámpora. El jorgismo, como pretenden desde Nación, quiere una lista totalmente kirchnerista que represente a quienes van a defender el proyecto de CFK en los próximos años. Esa boleta se presentaría como el FpV. De esta manera, los precandidatos presidenciales Daniel Scioli y Florencio Randazzo, encabezarían la nómina. Pero no la del PJ, si es que pueden presentarse.

¿Cuál peronismo pampeano?

Las internas provinciales del 5 de julio y las primarias del 9 de agosto son dos reflejos de un mismo conflicto. En esas compulsas, se determinará cómo se quiere situar políticamente el PJ provincial en los próximos cuatro años; pero aún más: cuál será el rostro que tendrá el peronismo pampeano. Si será alineado en defensa del proyecto nacional o crítico; si será autónomo del poder central o subordinado; si lo encontraremos leal o rebelde. Hay otro dilema para la coalición vernista-marinista, en la que reafirman su peronista, pero los precandidatos a presidente del PJ nacional pertenecen al FpV y respaldan el proyecto kirchnerista. Igualmente, la relación con la Casa Rosada, y con quien sea el próximo presidente, se irá tejiendo, como ocurrió en los últimos doce años, de a poco y con novedades.

Más allá del apoyo o la crítica al proyecto nacional de CFK, finalmente el que gane el 5 de julio le dará forma a la nueva representación del peronismo pampeano.

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Las ventajas competitivas del PJ en La Pampa

Las ventajas competitivas del PJ en La Pampa

La judicialización de la política y el uso de la herramienta electoral
La tendencia a resolver los conflictos políticos por vía judicial parece ser parte del escenario nacional al que no le escapa La Pampa. Cómo el oficialismo pampeano en cierta medida ha mantenido reglas electorales sesgadas a su favor.

Norberto G. Asquini

Las reglas electorales están, en buena medida, para garantizar oportunidades y participación en las decisiones, pero también se convierten en parte de las herramientas que tienen los oficialismos para perpetuar, reproducir y acumular poder. Es casi de manual. Y en 2015 se tuvo un ejemplo más que claro, cuando el uso de esas herramientas electorales para conseguir ventajas competitivas se agudizó por la disputa interna y llevó a que se judicializara la cuestión producto del nivel de confrontación.

PJ judicializado.

La tendencia a resolver los conflictos políticos por vía judicial parece ser parte del escenario nacional al que no le escapa La Pampa. Enfrentados dos sectores del PJ pampeano, una de las listas, la que lleva como precandidato a gobernador al senador Carlos Verna, decidió implementar ante su debilidad en Santa Rosa, las listas colectoras, o de adhesión, al considerar que la ley provincial no las prohíbe. Antes de que se oficializara esa intención, el gobernador Oscar Mario Jorge, que impulsa a Fabián Bruna como su sucesor, convocó a elecciones e intentó anular esa posibilidad con un decreto que inhibiera la utilización de ese mecanismo ya que consideraba que no se había legislado.

Lo demás es conocido: la estructura partidaria del PJ en manos del vernismo-marinismo hizo un planteo de inconstitucionalidad ante el Superior Tribunal de Justicia, mientras que el gobernador defendió su postura pero el fiscal de Estado lo contradijo en una presentación paralela. Finalmente, el STJ declaró la inconstitucionalidad de la decisión jorgista. El Ejecutivo insistió durante la semana pasada para que se determine si ese sistema se pueden implementar o no, más allá del fallo sobre el decreto. Un especialista en el tema afirma que la doctrina de “los actos propios” -venire contra factum proprium non valet- impide que ahora se pueda alegar “duda” cuando se hizo un decreto para prohibirlas. La sola lógica indica que dio por hecho que no lo estaban. Por su parte, los jueces del STJ derivaron esa cuestión en el Tribunal Electoral de la provincia. En paralelo, los apoderados de la lista jorgista presentaban ante ese órgano judicial una impugnación contra las boletas identificadas como colectoras del vernismo.

Dos posturas.

No es nueva esta apelación a la Justicia para dirimir cuestiones políticas o lograr ventajas electorales. De hecho, en 2011, luego que Verna bajara su candidatura a gobernador cuando ya se había oficializado, el Congreso del PJ presentó a Jorge para la reelección ingresándolo “por la ventana” a la boleta cuando no tenía los avales. Era la posibilidad de mantener un gobernador de la línea mayoritaria y también colocar un dirigente con apoyo electoral para las generales.

Algo parece haber cambiado entre ambas elecciones: cuando en 2011 el PJ estaba unido y detrás de una misma boleta, la Justicia decidió convalidar su estratagema para conservar el poder forzando la institucionalidad; esta vez, frente a una interna en la que quien detenta el poder pelea para retenerlo y no está en una posición de ventaja, está la posibilidad de un cambio y un PJ dividido, el Poder Judicial parece que no quiere inclinar la balanza, o al menos no tanto, a favor de ningún contendiente. Deja hacer, y que se defina el 5 de julio.

Reglas sesgadas.

Podemos indicar varios factores que hacen a la hegemonía política y electoral del Justicialismo durante 32 años en La Pampa. Esta asimetría tiene múltiples causas. Una que podemos agregar es la sanción de la legislación electoral que ha estado en función del poder en La Pampa. Tanto en lo general como en la misma interna. Y esto influye en parte en la estructura de competencia política a través de un sistema electoral sesgado a favor del oficialismo, aunque esto sea muy sutil.

Hubo manifestaciones explícitas de esta tendencia. Podemos retraernos a 1994 cuando se reformó la Constitución provincial para incorporar la reelección para mantener en el poder a Rubén Marín. O en 1998, cuando se volvió a modificar para que no se contabilizara un primer mandato de Marín y éste pudiera volver a presentarse. Pero hay otros ejemplos que hacen a esta tendencia.

Pequeña reforma local.

No podemos decir que en los últimos años no hubo una dosis de elementos innovadores en las reglas electorales, como la incorporación de los mayores de 16 años como votantes, pero a la vez el peronismo sostiene la estructura que le permite ventajas electorales. De hecho, no hubo grandes cambios en el sistema de votación provincial.

El último fue en 2003 cuando la Cámara de Diputados votó la ley para incorporar las internas abiertas y simultáneas, la 2042. Ya había ocurrido un año antes a nivel nacional, aunque la normativa votada por el Congreso no fue puesta en práctica por el Ejecutivo. En esa reforma local, que parecía responder a los reclamos de mayor participación y apertura por parte de la ciudadanía, se incluyó la palabra “obligatoria”, pero es engañoso: esa obligatoriedad no es para los votantes, sino solo para los partidos.

En 2009, cuando se realizó la reforma política impulsada por el kirchnerismo, que incorporó a nivel nacional las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), hubo varias provincias que adhirieron a este sistema para implementarlo en lo local. Santa Fe y Mendoza son dos buenos ejemplos. Sin embargo, desde el PJ pampeano no se lo hizo -hubo una presentación de la oposición en la Legislatura que no fue tenida en cuenta-, como manera de limitar la “injerencia” del votante independiente en la interna partidaria. De esta manera, el “aparato” tiene mayor peso en la votación y desanima la competencia.

Barreras.

Una de las reformas a esa ley, tiene que ver con las limitaciones que se ponen a las disidencias, más allá de que en el PJ la salida del partido no tiene penalidades ni condenas los posteriores regresos. En las elecciones de 2003, producto del cambio de gestión ante el impedimento constitucional de Marín a una nueva reelección, hubo disputas locales en el PJ. Algunos postulantes fueron a internas, otros sectores no pudieron competir. Los que quedaron afuera o perdieron en la disputa interna, conformaron juntas vecinales para confrontar en las generales en sus pueblos con la lista “oficial” del justicialismo.

Poco después, en enero de 2005, se reformó la ley provincial 2155, el artículo 9 bis, para impedir que quienes se hubieran presentado en una interna partidaria, no pudieran ser candidatos de otros partidos en la misma elección y para el mismo cargo.

Restricciones en las listas.

Pero también en lo interno se producen estas restricciones en el PJ. Esto ocurre con el sistema de integración de listas, que parece desalentar las internas y a la vez mantener el control del oficialismo sobre las boletas. La carta orgánica establece por un lado un piso alto de votos para poder integrar las nóminas legislativas, que es del 25%. Pero además, no utiliza el sistema D’Hondt para el reparto de los lugares, sino que establece cargos puntuales, uno para los perdedores cada tres del ganador. De esta manera, parecen quedar sub-representadas las minorías.

¿Hay otras manifestaciones de esto? El ingreso de nuevos afiliados parece ser otra forma de controlar internamente al partido, aunque no hay restricción alguna para afiliarse. De unas 55.000 afiliados que hay actualmente, apenas 5.000 tienen menos de 40 años. ¿Esta decisión es producto de la falta de interés de las nuevas generaciones en la política partidaria o una estrategia implícita de manipulación del padrón para controlar la participación? Cabe aclarar algo: más del 40% de los precandidatos actuales son menores de 40 años.

Fiscalizaciones en duda.

Desde el oficialismo hay muchos mecanismos de presión para limitar la capacidad de los opositores y evitar ser desafiado, que se pueden aplicar con mayor o menor éxito. Algunas son imponer postulantes, cooptar o presionar potenciales opositores o negociar acuerdos.

El uso de la estructura partidaria puede condicionar la participación de listas que no estén con el oficialismo cuando las reglas electorales no suponen una barrera para la competencia.

Como ocurrió con los diputados nacionales en 2011, cuando el Congreso “bajó” los postulantes justicialistas para dejar lugar a la lista del Partido Humanista bendecida por la Casa Rosada con postulantes K.

Si vamos a un ejemplo contrario, en 2011, el Consejo Provincial le permitió a Jorge Lezcano presentarse fuera del plazo legal dejando de lado el reglamento, en la interna para intendente de Santa Rosa. Autorizado, finalmente se impuso Luis Larrañaga en esa elección.

Otra herramienta, ya más como trampa que como regla, por quienes detentan el poder o manejan la estructura es la fiscalización del trámite electoral. La interna de 2011 fue muy pareja y Lezcano consideró que hubo procedimientos poco claros en el recuento de los votos en las urnas ya que estaba en manos del vernismo aliado entonces con Larrañaga. Esto mismo había ocurrido en 1999 con el reemplazante de Marín en el Senado, cuando Enrique Martínez Almudévar le ganó a Néstor Ahuad por muy poco, con sospechas de alguna “mano negra” que volcó un puñado de votos a favor del postulante oficialista. Si bien han sido casos puntuales dentro de la política provincial.

 

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