Caso EAG: El titular de la empresa denunciada afirma ser “un perejil que quedó en medio de esto”.

José Rolhaiser, dueño de la constructora que fue denunciada por la Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA), dijo no haber cometido irregularidades o delitos. “Soy un perejil que quedó en medio de esto”, expresó al ser consultado por DiarioTextual.

JR Construcciones estuvo a cargo de las refacciones en la Escuela Agrotécnica de Guatraché. Hizo trabajos de albañilería, cambió revestimiento de los baños y pisos, y reparó grietas y el sistema de agua y de cloacas. Sus trabajos no los terminó porque faltaron colocar unas 25 persianas. Y poco después, colapsó el sistema cloacal.

La diputada Josefina Díaz (Frepam) fue la que impulsó, en abril, una denuncia en la FIA. Ahora, el fiscal Juan Carlos Carola estableció que, además de las irregularidades administrativas, hay posibles delitos en danza. Por eso hizo una denuncia penal. Este diario pudo saber que los denunciados son el director de Inspecciones del Ministerio de Obras Públicas, Luis Alberto Cabrera; el representante técnico de la empresa constructora J.R., Daniel Roque Pinna; y el inspector de la obra, Fabián Pedro Arrigone.

Rolhaiser expresó que “las cosas estaban bien hechas” y negó las imputaciones.
Una de las principales acusaciones tiene que ver con el sistema cloacal. “Por pliego, me pidieron dos pozos ciegos para la escuela y también las instalaciones de las cañerías. Yo les expliqué que no iban a tener capacidad esos pozos cuando se quisieran bañar unos 50 chicos… Así y todo, insistieron en que hiciera sólo dos pozos. Cuando se habilitó la obra, no hicieron mantenimiento, se llenaron, se taparon y colapsó el sistema”, expresó.

– ¿Se llenaron los pozos o se taparon las cañerías?

– No hicieron vaciar los pozos. El mantenimiento lo tenía que hacer la escuela. Además, dentro de las cañerías se encontraron con elementos que arrojaban, desde toallitas, hombreras y hasta fideos. Todo lo tiraban por ahí. Dijeron que podrían haber sido escombros, pero lo niego terminantemente.

– ¿Cada cuánto debía hacerse el vaciado de los pozos para que no colapsaran?

– Yo calculo que todas las semanas o incluso menos. Hay que entender que en la zona todo es piedra; lo que propuse es hacer un lecho lectrificante. Pero me dijeron que no; que hiciera por pliego dos pozos.

– ¿Fue multado por estos hechos por el Ministerio de Obras Públicas?

– Sí, tengo que pagar unos 30 mil pesos.

– ¿Por qué lo multaron?

– Arrigone me generó, después de estar paralizado, cinco órdenes de servicio por atrasos. Pero el problema de atraso no es imputable a mi empresa. Dos meses antes de terminar el plazo, yo debía colocar 25, 26 persianas tipo americanas, de madera. En algún momento, se planteó de ponerlas de aluminio porque requiere menos mantenimiento. El director de la escuela, entonces, pidió el cambio de material. Rietero que ocurrió dos meses antes de entrega de obras. Se me paralizó entonces la obra porque estaba por salir ese cambio. Y al final no salió el expediente de cambio de persianas. Un día llegó Arrigone y me dijo que me abría la obra y que la tenía que cerrar cuatro días después. Me dio cuatro días para hacer 25 persianas. Era imposible. Necesitaba al menos dos o tres meses. No me dieron el plazo y me multaron.

– ¿Usted tenía conocimiento de esta denuncia?

– No, no sabía de esa denuncia.

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