ESTAS SI QUE SON MUJERES…
Un toque femenino en un área exclusiva de hombres
El jueves 3, la darregueirense Vanesa Stremel, de 27 años, se convirtió en la primera ingeniera mecánica recibida en la UNS. Próxima a casarse, habla de motores y de turbinas a gas como si tal cosa, pero también se define como una muy buena cocinera.
En el minúsculo departamento de la calle 12 de Octubre donde Vanesa Stremel pasó sus últimos días como universitaria, todavía se respira aire de estudio.
Los libros se amontonan donde encuentran un lugar y conviven con apuntes, carpetas y fotocopias, además de rompecabezas, la otra gran pasión de esta nativa de Darregueira, de 27 años, que hace pocos días se convirtió en la primera egresada (mujer) de la carrera de ingeniería mecánica en la Universidad Nacional del Sur (UNS), desde que fue instituida como tal hace poco más de una década.
Menuda y femenina –vale la aclaración para quienes creen que elegir esta profesión supone contar con ciertos rasgos masculinos–, Vanesa habla de motores y de turbinas a gas como si tal cosa, pero luego compensa al definirse como una muy buena cocinera, fanática de lo dulce y de todo tipo de platos caseros.
Un viaje de estudios a Cataratas del Iguazú, cuando cursaba la secundaria, la ayudó a tomar la decisión de seguir ingeniería.
“De pasada nos detuvimos en Establecimientos Las Marías y quedé impresionada con el proceso de elaboración de la yerba mate. Ya no tuve más dudas sobre mi futuro”, rememora, entre mate y mate, bajo la atenta mirada de su novio Federico.
La carrera de ingeniería industrial la cobijó los primeros tres años, hasta que se dio cuenta de su inclinación hacia la mecánica. No tardó en cambiarse y fue allí cuando, al menos en las aulas de la universidad, empezó a convivir exclusivamente con el sexo opuesto.
“Me llevo bárbaro con los varones y, de hecho, me resulta mucho más sencillo relacionarme con ellos que con las mujeres. No por casualidad, de mis pocos amigos verdaderos, la mayoría son hombres”, advierte.
Reconoce que en algunos momentos de su carrera se sintió algo desplazada y que costó que algunos compañeros entendieran no sólo que estaba convencida de lo que había elegido, sino que en algunos casos tenía conocimientos extra, tal vez por ser hija de un camionero y haberse criado entre fierros.
Claro que más tarde la cosa se fue aceitando, explica, y si bien estudió casi siempre sola, en el tramo final fue inseparable con 14 futuros ingenieros. Todos hombres, claro.
“El día que me recibí, después de tirarme huevos, muchos de ellos confesaron que extrañarán mis tortas fritas en el laboratorio”, relata.
“Me habrán mirado mal alguna vez, pero nunca me mandaron a lavar los platos”, completa, mientras ríe.
El jueves 3 Vanesa rindió la última mitad de su materia final (Máquinas Térmicas II) y, si bien aprobó –de hecho, nunca desaprobó un final–, dice que le resultó algo complicado.
“Creo que la nota es importante porque marca el esfuerzo, pero la práctica, una vez que uno tiene el título, es fundamental”, opina y agrega que, entre los requisitos para los estudiantes que están por egresar, la universidad requiere una tesis final o bien el antecedente de haberse desempeñado en una empresa.
No por casualidad, entonces, buscó anotarse en una pasantía poco antes de terminar de cursar y fue así como pudo ingresar a Dow Chemical, donde está por culminar su experiencia en análisis de inspección basada en riesgos para extensión de vida de recipientes a presión.
“La ingeniería mecánica es muy diversa. Cuando me inicié me gustaba mucho la parte de automatización –es decir, todo el proceso automático de producción–, pero luego empezó a interesarme mucho más esto de recipientes a presión y definitivamente espero dedicarme a eso”, anticipa.
“Aprendí y me sirvió muchísimo lo que hice en Dow, donde, a su vez, cumplí otro curso sobre el tema. Espero poder rendir esa especialización, pero antes debo contar con dos años de experiencia. Sólo hay cuatro o cinco personas en la Argentina que se dedican a esa parte de la ingeniería”, agrega.
Sobre la UNS, no tiene más que palabras de gratitud.
“Es exigente y me parece bien que existan filtros, porque de ese modo provoca que el alumno se esfuerze”, señala.
Todo queda entre ingenieros…
Podrían haberse cruzado en la universidad. De hecho, seguramente lo hicieron, pero jamás se registraron.
Vanesa y Federico Pérez Servello, ingeniero industrial (UNS), se conocieron en un instituto de inglés bahiense, pero sólo eran compañeros.
Recién tiempo después ella lo invitó a tomar mate mientras, como miembro del voluntariado universitario, elaboraba alfajores de maizena para llevar a un grupo de chicos que concurría a las clases de apoyo escolar.
Nunca más se separaron.
Un vez recibido, él se radicó en Quilmes, donde trabaja en la Verificación Técnica Vehicular (VTV).
“Termino la pasantía y nos vamos a vivir juntos allá”, anticipa Vanesa, quien, con tranquilidad, ya empezó a mandar currículums.
“Por un lado, tengo una base y eso es bueno, pero por el otro hay que reconocer que la orientación que elegí es muy específica. Veremos qué pasa”, suspira.
El 15 de octubre próximo, en Darregueira, Vanesa y Federico se convertirán en marido y mujer.
“Casada y todo, no creo que tenga impedimentos para conseguir empleo, siempre dependiendo de lo que pretenda la empresa que me tome”, reflexiona y destaca que la convicción es lo más importante.
Vanesa guarda en su corazón un lugar importante para su pueblo y su familia, que siempre la apoyó para que hiciera lo que le eligiera.
“De chica era `marimacho’: siempre jugando con varones al fútbol y entre los camiones, con mi papá. Ya en la secundaria me acomodé un poco”, recuerda y concluye: “Como quiera que sea, el pasado valió la pena y el presente me está tratando bien”.
Perfil
* Hija de Juan Horacio Stremel, transportista, y de Luisa Sánchez, oriunda de Sierra Colorada (Río Negro), Vanesa nació el 30 de agosto de 1984.
* Tiene un hermano, Enzo, de 24 años, que trabaja con su padre.
* Nacida y criada en Darregueira, cuando cursaba la secundaria la familia se radicó durante seis meses en la ciudad de La Plata, para luego regresar a su pueblo de origen.
* Está de novia desde hace un año y medio con Federico Pérez Servello, ingeniero industrial, también egresado de la UNS.
(La Nueva)
Felicitaciones a la primer ingeniera mecanica de la zona
Aparte parece estár fuerte como la mayoria de las darreguenses…
Felicidades!! Que se cumplan todos tus sueños…
Felicitaciones prima!!! un orgullo enorme para la familia… además una gran persona!!! Te queremos Vane