La Pampa y la convergencia anti-K

La Pampa y la convergencia anti-K

 Por Norberto G. Asquini

La oposición al proyecto de CFK permitió que se fuera conformando un acuerdo tácito entre Macri y Verna, aunque con altibajos.

La Pampa fue siempre una provincia refractaria al kirchnerismo. En todo sentido. El 25 de octubre ganó la gobernación Carlos Verna, un peronista disidente a la presidenta Cristina Fernández en el Congreso, tras vencer en la interna del Partido Justicialista a la lista de quienes se habían alineado con la Casa Rosada y en las primarias, a los precandidatos del kirchnerismo.

En una provincia peronista en la que hace 32 años gobierna sin alternancia el PJ (y lo hará por otros cuatro), Daniel Scioli como candidato a presidente por el Frente para la Victoria (FpV) se impuso el año pasado en las primarias de agosto y las generales de octubre. Pero sorpresivamente, y no tanto, Mauricio Macri le ganó en el balotaje del 22 de noviembre. Los departamentos agropecuarios del este provincial volcaron la elección para el candidato de Cambiemos, una zona político-geográfica que fue una continuidad de lo que ocurrió en los partidos del interior bonaerense. Y hasta ganó en General Pico, la segunda ciudad de La Pampa y bastión del vernismo.

Pampeanismo

Este doble resultado no fue una casualidad. Verna fue siempre un dirigente crítico a CFK y su tropa enfrentó al gobernador justicialista Oscar Mario Jorge, alineado con el proyecto K. Cultivó un perfil de peronista autónomo, “alambrando” la provincia a cualquier injerencia nacional y denunciando las políticas centralistas de la Presidenta. Lo podemos considerar, como ocurre en la política de Córdoba, cultor de un “pampeanismo”, que reproduce en el escenario local el clivaje Provincia-Nación por encima del de oficialismo-oposición. Por eso en las elecciones no apoyó a Scioli públicamente, mientas que el gobernador bonaerense esquivó presentarse en la provincia durante su campaña. Después del resultado del 22-N, Verna dijo que no había mandado a votar a Macri, pero los silencios y sus posturas críticas al postulante oficialista fueron el mejor mensaje para sus seguidores.

La convergencia

En La Pampa, a partir del 10 de diciembre se dio el escenario para la convergencia anti-K. La oposición al proyecto de CFK permitió que se fuera conformando un acuerdo tácito entre Macri y Verna, aunque con altibajos. Hay dos facetas: Macri necesita a los legisladores pampeanos para afrontar un Congreso opositor –tiene dos senadores y dos diputados que no están en el FpV–. Y Verna, los fondos nacionales y también el apoyo de los diputados provinciales del PRO en la Legislatura pampeana, donde el PJ tiene 15 sobre 30 y cuenta con el respaldo de los tres del PRO y de otro diputado del massismo.

De esta manera, los diputados nacionales del PJ-La Pampa apoyaron la designación de Pablo Tonelli en el Consejo de la Magistratura, mientras los tres provinciales del PRO le votaron al gobernador la Ley Impositiva para este año.

Macri desplegó como ocurrió con otras provincias una estrategia de seducción para con Verna, lo que no significa que el pampeano no marque la agenda como ya ocurrió con Néstor Kirchner durante su primera gestión (2003-2007). Actualmente le reclama más de 4.000 millones de pesos que le debe Nación a La Pampa desde la era K y también avanza en la devolución del 15% de los impuestos coparticipables, cuyo decreto Macri anuló.  En ese marco es que hubo cruces públicos entre el gobernador y legisladores del PRO luego de que el mandatario acusara a Macri de “unitario”.

En territorio pampeano hay hegemonía del peronismo, pero ahora el escenario político está a la expectativa de un nuevo actor: el PRO y su referente, Javier “Colo” Mac Allister. El ex futbolista conformó una alianza en 2015 con la UCR y otros partidos para enfrentar al PJ, un Cambiemos provincial. El PRO le aportaba al radicalismo los votos necesarios para pelear en mejores condiciones la gobernación con Francisco Torroba como candidato. Mac Allister se candidateó para senador y en la interna cayó ante la boleta radical, pero apenas por 6 puntos contra un partido con representación en casi todas las localidades.

Pero la relación de fuerzas, en lo político, comenzó a cambiar a partir del 22 de noviembre. Macri ganó el balotaje y Mac Allister fue designado como secretario de Deportes de la Nación. El PRO en La Pampa decidió abrirse de la UCR y conformó bloques propios en la Legislatura provincial y en los concejos deliberantes en los que habían ingresado sus representantes locales, como General Pico y General Acha. También ayuda a este marco la llegada de funcionarios propios a los organismos nacionales con asiento en la provincia, que son más de una treintena, en reemplazo de los actuales representantes kirchneristas.

Su ingreso al gabinete y la exposición nacional de su figura, colocó a Mac Allister como un dirigente expectable para pelear la gobernación en 2019. En ese marco tendió redes con Verna y hubo en los hechos una especie de alianza que empujaban los nuevos aires consensualistas, hasta que llegaron los primeros nubarrones con los cruces públicos entre ambos por distintas medidas de la gestión macrista. Algunos directamente señalan al ex futbolista como “la próxima María Eugenia Vidal”, que de a poco fue avanzando en territorio peronista para convertirse finalmente en gobernadora. Y si antes una victoria en Buenos Aires era una utopía, el caso de la gobernadora del PRO ahora crea expectativas más allá del Meridiano quinto.

Sus chances dependerán de cómo le vaya a la gestión de Mauricio Macri y de su incursión territorial en lugares donde no tiene estructura propia.

Oposición en veremos

El avance del PRO dejó a la segunda fuerza en La Pampa, el Frepam (UCR y Partido Socialista), en una postura expectante sobre lo que vendrá. Ya no son aliados en la provincia, pero hay vasos comunicantes entre ambas fuerzas. Hay radicales que tienen vínculos con el gobierno de Macri pero disputan a Mac Allister en lo local; algunos enfrentados directamente con el PRO; y otros que se acercan a esa nueva fuerza casi para dar el salto.

A su vez, la UCR pampeana está ante un dilema que modificará su lugar como oposición al peronismo: a nivel nacional está aliado a Macri en el marco de Cambiemos y a nivel provincial,  Verna promovió una política que algunos consideran consensualista, que incluyó la convocatoria a representantes radicales a los directorios del Banco de La Pampa y otros organismos públicos.

Bajo la presidencia de Macri, se está asistiendo en La Pampa a una reconfiguración de la relación entre Nación y Provincia y lo mismo ocurre hacia dentro del espacio político no peronista. Sus repercusiones y consecuencias las observaremos en los próximos meses.

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El nuevo mapa legislativo en La Pampa

El nuevo mapa legislativo en La Pampa

Más mujeres, mayor fragmentación interna y los “atornillados”.
La próxima Legislatura tendrá una mayor representación de género, una renovación relativa con una baja tasa de reelección inmediata y una mayor fragmentación entre los bloques. También otra dinámica entre oficialismo y oposición donde no faltará la búsqueda de acuerdos.

Norberto G. Asquini

La nueva Legislatura tendrá características especiales. Por primera vez desde el primer período de la democracia (1983-1987), el oficialismo no tendrá quórum propio, aunque sí mayoría. El PJ estará condicionado, pero eso no significa que continúe su hegemonía. En ese sentido, habrá mayor espacio para los acuerdos y las negociaciones para sostener la agenda oficialista, tanto internamente como con otras fuerzas.

Pero además, la Cámara tendrá otras particularidades: hay una renovación, pero relativa; las mujeres están más representadas que en otras oportunidades; y habrá desde el vamos una mayor fragmentación interna que en otros períodos.

Fragmentados.

Vamos en primer lugar a la composición. Habrá cinco bancadas: el PJ con quince, el Frepam con nueve, el PRO con tres, Pueblo Nuevo con dos y el Frente Pampeano para la Victoria con una. Es notorio el incremento en los niveles de fragmentación legislativa, medida en número de bloques en comparación con otros períodos. Solamente en 2003-2007 se iniciaron las sesiones con cinco bloques. En la mayoría de los períodos, habían comenzado con tres o cuatro bancadas, para luego dividirse con el transcurso del tiempo entre cuatro a seis. Esta vez no esperaron mucho los legisladores para mostrar sus diferencias: ya en el inicio, un frente electoral, Propuesta Frepam, se partió entre el Frepam (UCR+socialismo) y el PRO. Esta vez, además, ya se anunciaron posibles inter-bloques -eufemismo para la ruptura- y hasta un sub-bloque en el PJ -anuncio de una postura crítica hacia el oficialismo-.

Por supuesto, con el cambio de diseño institucional en 2011 cuando aumentó el número de legisladores de 26 a 30, hubo también otras reglas, y ahora ingresan más cantidad de partidos que antes. De ahí también que haya incrementado la fragmentación. Y la presencia de un monobloque o bloque unipersonal del FPV.

Pero además, esa heterogeneidad en su composición se observa al interior del bloque del PJ, más que en otras oportunidades. Esta vez estarán representados seis sectores diferentes: cinco diputados serán del vernismo (Alicia Mayoral, Raúl Zurbrigk, María Soledad Sciu -esposa del intendente de Eduardo Castex- Stella Maris Colla; y José Calvo -hijo del intendente de Quemú Quemú); cuatro del jorgismo (Facundo Sola, Claudia Godoy, Ariel Rauschenberger y María Lucrecia Barruti); tres del marinismo (Espartaco Marín, Carina Pereyra y Alicia Re); uno del tiernismo (Sandra Fonseca) y se suman Jorge Lezcano y Roberto Robledo, ambos con corrientes propias. De ahí la importancia para tejer acuerdos al interior del bloque.

Más renovación.

En cuanto a la renovación, se observa un incremento, aunque es relativa. La tasa de reelección inmediata este año será baja: apenas el 20 por ciento de los diputados del período precedente repitieron su banca. Son Sandra Fonseca del PJ, Luis Solana, Martín Berhongaray y Carlos Bruno del Frepam y Darío Hernández y Daniel Robledo de Pueblo Nuevo. En la elección de 1999 la tasa había sido del 42,3% (11 sobre 26), en la de 2003 y 2007 del 26,9% (7 sobre 26) y en 2011 del 36,6% (11 sobre 30). En La Pampa es alta la tasa de reelección de sus legisladores provinciales, si la comparamos con las nacionales. La de Argentina es una de las más altas de América latina, pero a niveles menores a la pampeana. En la Cámara de Diputados fue, durante los gobiernos kirchneristas, de entre el 15 y el 19 por ciento. Mientras que en la de Senadores, aunque es más difícil de calcular, rondó el 17 por ciento.

Los atornillados.

Esta vez hay dos cuestiones que se han manifestados y que tenían pocos antecedentes: hubo tres casos en los que los legisladores que fueron reelectos el 25 de octubre repitieron por tercera vez el cargo de manera sucesiva, “atornillándose” a sus bancas. Son los casos de los radicales Bruno y Berhongaray y la peronista Fonseca. Antes apenas se había dado en un solo caso desde 1983. Y por otro, el regreso de cinco ex legisladores que vuelven a ocupar una banca, como Lezcano, Re y Robledo en el PJ, Consiglio en el Frepam y Díaz en el PRO. En ese sentido es que podemos indicar que la renovación es relativa. Estos representan el 16% del total de diputados.

Más mujeres.

También la cuestión del género es de observar. Habrá una mayor representación de mujeres en la próxima Legislatura de las anteriores, desde que se inició el período democrático en 1983. Esta vez son once las diputadas sobre 30 bancas, llegando al 36,6%. Y superando al período anterior de 2011-2015 cuando fueron 10 (33,3%). En las primeras composiciones, las mujeres eran muy contadas, casi un elemento fuera de lo común: en 1983 hubo una en 21 (4,7%) y en 1987 y 1991 fueron 2 en 21 (9,5%). Con la Ley de Cupo Femenino de 1991 se incrementó su presencia en los poderes legislativos, pero nunca más allá del tercio asignado por la normativa. En 1995 y 1999 fueron 8 representantes del género sobre 26 diputados (30,7%), en 2003 aumentó a 9 sobre 26 (34,6%) y en 2007 volvió a 8 sobre 26.

En ese sentido, con el 36,6% de representación de género, la Legislatura pampeana se pone a tono con el Congreso. En 2011, por ejemplo, en la Cámara de Diputados fue del 39% y en la de senadores del 35%.

Otra lógica legislativa.

Esta legislatura tendrá un cambio de lógica legislativa. Volverá la cooperación con el Ejecutivo, en vez de la confrontación, como fue la dinámica entre 2012 y 2015, cuando el bloque vernista enfrentó al gobernador Oscar Mario Jorge por su alineamiento con la presidenta Cristina Fernández. La conformación de esta Cámara parece que posibilitará la sanción de leyes sin mayores problemas. Es cierto que el oficialismo no tiene quórum propio, y tampoco garantiza la mayoría per se, ya que la composición del bloque es muy heterogénea y hasta hay disidencias o posturas críticas manifiestas al menos en un legislador, Lezcano. Diez están alineados por conformar la coalición electoral que le dio la victoria a Verna (vernistas, marinistas, tiernistas y robledistas).

Pero también se debe observar la alta dispersión opositora en cuatro bancadas que no permitirá adoptar posturas heterogéneas, al menos no sin acuerdos. Y que no todos estarán divididos por la dimensión oficialismo/oposición. De hecho, Hernández del Pueblo Nuevo ya dijo que su rumbo político podría continuar en el PJ, y el PRO podría llegar a acordar si debe “cambiar” favores con el apoyo de Verna en el Congreso al gobierno nacional de Mauricio Macri.

En el Frepam parece que se dará una dinámica de mayor oposición, esta vez sin la “alianza” con el vernismo en algunos temas enfrentando a Jorge. Con Consiglio como presidente de bloque, la posición tendrá un rol con un perfil más opositor que las autoridades anteriores, más “acuerdistas” con el PJ, como cuando se respaldó y saludó la aprobación de la Ley de Promoción Económica sin cambios sustanciales y dejando abierta la normativa a la discrecionalidad del Ejecutivo.

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Análisis sobre la gestión que viene

Análisis sobre la gestión que viene

Del Cambiemos al Volvemos: el gabinete vernista por dentro
Verna designó un gabinete con repetición de nombres de su primera gestión, pero que también expresa muy tibiamente a la coalición interna del PJ que lo llevó al poder. Las áreas prioritarias y un nombre controvertido. La descentralización y las innovaciones.

Norberto G. Asquini

El próximo gobernador de La Pampa, Carlos Verna, parece haberse tomado al pie de la letra su slogan de campaña “Vuelve Verna”. Anunciado su próximo gabinete, se pudo observar que en su conformación van a estar seis de los ocho funcionarios -eran 5 ministros y tres secretarios- con los que inició su primera gestión en 2003, hace doce años, más un subsecretario de entonces. Son estos los de Obras Públicas, Julio Bargero; de Hacienda, Ernesto Franco; de Salud, Rubén Ojuez; de Producción, Ricardo Moralejo; de Seguridad, Juan Carlos Tierno; de Asuntos Municipales, Rodolfo Calvo; y la secretaría general en manos de Juan Garay. Ahora, con 16 cargos en la primera línea -9 ministerios y 7 secretarías- éstos representan casi el 40% de sus integrantes en puestos claves. En su mayoría dirigentes que son de su consulta y que permanecieron en los años siguientes como asesores, o probados en la gestión.

Esa primera lectura indicaría que todo está como cuando se inició el primer gobierno de Verna, con funcionarios de su “entorno” o del vernismo, sumados en este grupo a los “nuevos” como Fernanda Alonso en Bienestar Social; Pablo Bensusan en Gobierno y Justicia; o de Desarrollo Territorial, Martín Borthiry. Pero también podemos observar en un segundo plano con la extensión en el número de cargos del gabinete cómo se expresa también tibiamente, la coalición interna del PJ que lo llevó al poder con un marinista en Derechos Humanos y una robledista en el área de la Mujer. La renovación planteada en su momento parece estar presente, pero no es central: 5 funcionarios sobre 15 tienen menos de 50 años. Por lo pronto, también parece hacer algunos gestos de “apertura y consenso”, como anunció, con la oposición, ofreciéndole algunos cargos en organismos descentralizados y de control.

Arquitectura propia.

El periodista Fernando Straface en un artículo sobre los ministros de Mauricio Macri indica que la conformación del gabinete es la primera decisión estratégica para perfilar y dotar de identidad política y de gestión a un gobierno electo. El gabinete importa en primer término para señalizar ante la sociedad y el sistema político el perfil político del gobierno que comienza. A través del gabinete, el Presidente les habla a la sociedad y al sistema político sobre la vocación coalicional de su gobierno, sus alianzas territoriales y la representación de sectores sindicales, sociales o empresariales que espera incorporar en su administración.

En segundo lugar, la arquitectura del gabinete habla sobre las prioridades presidenciales. La creación de nuevos ministerios supone la jerarquización de un tema.

Esto último se pudo observar en los dos ministerios que se crearon como desprendimientos de otros: el de Seguridad y el de Desarrollo Territorial. Durante la campaña, dos cuestiones en las que el gobernador electo hizo hincapié fueron por un lado la problemática de la seguridad y la lucha contra el narcotráfico y poner en marcha la producción para la creación de empleo en el sector privado.

Nombres controvertidos.

Desarrollo Territorial, que tendrá relación con los municipios, quedó en manos del diputado provincial Borthiry. Más allá de su faceta productivista, queda latente la cuestión del cariz político que tendrá ese área con el disciplinamiento de intendentes, sobre todo con un funcionario que durante la campaña para la interna del PJ llegó a amenazar a un jefe comunal de que le iban a “arar” su pueblo.

Más controversial es la figura, resistida por varios sectores, de Tierno en Seguridad. Se indicó que su incorporación al gabinete fue para “pagar” su apoyo en la interna del PJ. Pero no fue esa la razón principal, ya que ese respaldo representaría en votos el 10% de los electores santarroseños. Verna buscó alguien que impusiera la visión que tiene sobre la materia y hubo consultas en ese sentido en algunos cuadros de la policía. Por su parte, la designación de Roberto Ayala como jefe de Policía y de Héctor Lara como subjefe, dos ex comisarios que colaboraron y asesoraron a Verna en el tema y tienen su ascendiente sobre la fuerza, parece ser un contrafuego para la figura del ministro.

Hay dos cuestiones en esta designación que hacen ruido: por un lado, desde lo ético, que se haya nombrado a un condenado por la Justicia por “abuso de poder”, si bien no está firme la pena. Y sobre todo, que sea para un área tan sensible como es la de seguridad.

Y por otro, desde lo político la resistencia que tiene por sus manejos autoritarios mientras fue ministro de Gobierno (2003-2006) y el perfil que le quiso imponer al manejo de la Policía pampeana con una política de “mano dura”; y su breve pero turbulento paso por la intendencia de Santa Rosa. En los últimos tiempos, Tierno bajó su perfil y limó su faceta provocadora, tal vez asesorado o conminado por el mismo Verna. Y prometió que no “irá tan rápido” como en su gestión anterior. Muchos prefieren prevenir cualquier posibilidad de que vuelva a ponerse en marcha esa política de “mano dura” con su alejamiento del cargo. A pesar de las promesas, todos advierten que es cuestión de tiempo para que el funcionario manifieste su verdadera esencia.

Verna promovió este nombre y “lo banca” porque no hace lugar a las presiones. Esto se funda, por un lado, en su legitimidad conseguida con una elección casi histórica; y por otro, parece tener en cuenta que las manifestaciones en contra del funcionario ocurren en Santa Rosa, una ciudad que le ha sido esquiva y a la que no le debe votos.

Innovación y profundización.

Finalmente, hay que considerar algunos cambios e innovaciones que apuntan a jerarquizar algunas áreas con respecto a la gestión actual. Por un lado, Verna parece querer profundizar su política de descentralización. No solo con el Ministerio de Desarrollo Territorial, sino con la Secretaría de Asuntos Municipales, donde Calvo tendrá una estructura más amplia y se quiere imponer una mayor presencia de funcionarios recorriendo el interior de la provincia.

También con un área que estuvo siempre relegada como la de Cultura, a la que convirtieron en Secretaría, y la de la Mujer, también jerarquizada, una temática sensible y actual que necesita de políticas concretas.

Y por supuesto, aunque no sea un lugar central del gobierno, el nombramiento de Mario Ziaurriz como director de Canal 3, una emisora que se cae a pedazos literalmente. El designado es un trabajador y representante de sus compañeros, de vasta y reconocida trayectoria, conocedor del medio y sin vinculaciones políticas. Se espera que no ocurra lo que pasó en la primera gestión vernista, cuando fue designado en un primer momento Juan Carlos Gerardo para dar un salto de calidad con un perfil más técnico, y esta experiencia fue abortada para convertir al canal en una pantalla política.

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Una votación que no es neutra para la política provincial

Una votación que no es neutra para la política provincial

La Pampa de amarillo: el PJ y la oposición tras el triunfo de Macri
A Verna no le cambia mucho su panorama de cara a su asunción, ya que se mantuvo prescindente y apuesta a la autonomía pampeana. Mac Allister legitimado se prepara para avanzar y la UCR para sacar tajada de su aliado. La provincia quedó dividida en dos en sus adhesiones.

Norberto G. Asquini –
El resultado del balotaje no será neutro para el sistema político de La Pampa y tendrá consecuencias tanto para el oficialismo como para la oposición no peronista. Por eso, la lectura del voto pampeano no debe ser tomada de manera lineal, ya que es transversal tanto a un campo como al otro. Para el gobierno provincial la victoria de uno u otro no daba lo mismo, pero tampoco cambiaba tanto. El vernismo y su modelo de peronismo “autónomo”, “provincial” o “disidente” lo colocó en una zona gris. Prescindente. El FpV nacional no lo tenía en sus planes, como a San Luis o Córdoba. Ni Carlos Verna apoyó a Daniel Scioli, ni Scioli buscó a Verna. Que La Pampa haya sido uno de las pocas provincias, o tal vez la única, en la que Scioli no “bajó” a hacer campaña, fue todo un signo. Que Verna dijera mientras votaba que era “el fin de un ciclo”, otro.

El lugar de Verna.

Verna “alambrará” nuevamente La Pampa. Para su concepción el gobierno nacional es un aliado circunstancial o una administración que avanza sobre el federalismo y a la cual hay que enfrentar para evitar la subordinación política y económica. Verna pega y negocia. Mauricio Macri lo va a necesitar más de lo que lo iba a necesitar Scioli y también a sus legisladores, sobre todo a los senadores. Y Verna puede llegar a poner el ojo en los diputados provinciales del PRO para aceitar una legislatura afín.

Ahora con Macri en la presidencia, Verna tendrá otro espacio dentro del peronismo nacional del que le iba a tocar en suerte con Scioli. Habrá sí o sí una reconfiguración en el PJ nacional. Una de las hipótesis es que Cristina Fernández puede convertirse en la figura que podría enfrentar desde una línea más progresista al macrismo en la presidencia. La otra es que el kirchnerismo, en retroceso, dejaría lugar en la renovación a nuevas figuras como Urtubey o Massa, por dar algunos nombres. Y en este marco los gobernadores peronistas parecen tener una lugar preeminente, y hasta se habla de la reedición de la Liga de Gobernadores para agruparse y presionar a Macri.

El votante vernista le quiso dar una lección a Scioli o directamente fue un voto anti-K. El kirchnerismo pampeano, golpeado en las internas y en las primarias, ahora quedará relegado a lugares de resistencia, ya sin cargos institucionales. La movida que esperan muchos es que los organismos nacionales cambien de manos, y de esta manera podría perder su principal base de sustentación. El marinismo apoyó a Scioli y perdió. No cambiará mucho su lugar en la provincia, aliado a la gestión vernista. Habrá que ver qué harán sus legisladores nacionales.

Ganadores locales.

El gran ganador es Javier “Colo” Mac Allister. Sin candidatura durante 2015 al perder en la primaria de agosto cuando se postuló a senador, su figura resurgió con la posibilidad de Macri en el balotaje. Y le dio el visto bueno la dirigencia radical. Mac Allister sería convocado al gabinete nacional macrista y esto seguramente tendrá repercusión en la provincia para su armado personal.

Para la UCR pampeana tampoco es neutro. Leandro Altolaguirre tendrá un aliado en Nación frente a Verna. Francisco Torroba celebra haber sido el impulsor del acuerdo con el PRO en la provincia. El senador Juan Carlos Marino deberá relegar algunas cuestiones en el Senado, pero tendrá llegada a la primera línea del gobierno nacional, sobre todo si Ernesto Sanz es ministro en el próximo gabinete nacional.

Los radicales que resistieron al macrismo quedaron disminuidos con el resultado. La realidad les jugó una mala pasada a sus convicciones y le dieron la razón a los dirigentes acuerdistas. La oposición no peronista en la provincia ya había comenzado a cambiar hacia su lado más conservador. Y esto se va a profundizar. Los aliados progresistas tendrán que ver qué espacios pueden ocupar frente a la renovación del crédito del acuerdo con el PRO que se va a mantener. Pero esta victoria también pone en tensión a ambos términos: la UCR deberá lidiar con la avanzada del PRO, que buscará ser cabeza de lista de cara a 2019.

El voto local.

El voto volvió a mostrar a una provincia dividida en dos en sus adhesiones nacionales. La franja central, la del este pampeano agroganadero o “sojero”, se pintará en los mapas de amarillo. Una continuación de lo que se votó en la zona núcleo, en el espacio pampeano, desde Santa Fe y Buenos Aires hasta Córdoba. Una resistencia del poblador rural al gobierno nacional por sus medidas hacia el sector que considera contraria a sus intereses. La zona central y del oeste pampeano es un voto más peronista tradicional, y fue todo azul para Scioli.

¿Y en las dos grandes ciudades? En General Pico hay una fidelidad peronista en ese voto urbano, pero en el bastión vernista los resultados fueron abiertamente anti-K. El vernista, y no solo ese espacio, votó a modo de castigo. En Santa Rosa hay otro voto urbano, pero a diferencia de grandes ciudades del centro y oeste bonaerense, prevaleció la adhesión a Scioli, por ser el representante del proyecto nacional que llevó adelante Néstor y Cristina Kirchner en los últimos doce años.

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Un Globo ejecutivo

Un Globo ejecutivo

Por Mario Higonet

El hoy destacado equipo de la Zona Sur Huracán, derrotó 3 a 0 en el partido revancha de visitante a Unión de Villa Iris –había vencido en el inicial 1-0-, de esta manera se coronó como Campeón en su zona y ahora se enfrentará con All-Boys, el mejor del norte, para definir el campeón de la Liga Cultural.

El equipo conducido por la dupla Castaño-Schmidt atravesó unos primeros 15’ con un clima de zozobra en el que su arquero Kinder pudo “salvar el arco”, a partir de ese lapso comenzó a manejar con cuidado, prolijidad y sobre todo efectividad la pelota que ingresó en los primeros 45’ tres veces en el arco de enfrente. Abrió el marcador bien habilitado y con un remate cruzado Lautaro Díaz a los 23’, con la ejecución  de un tiro libre penal tras haberle cometido una infracción dentro del área el arquero Schlaps a Franco Barragán, el volante central Emiliano Etchepareborda estableció el 2 a 0. Sobre el minuto 42’ Leandro Ilarregui de volea estiraba las diferencias que fueron decisivas para el triunfo del Globo, jugó tranquilo y atento los segundos 45’ donde pudo haber ampliado el marcador; con el final establecido dio la vuelta y se unió a sus seguidores con quien regresó cantando a Guatraché.

Luego del cierre de los 90’ en las revanchas jugadas para poder clasificar al Torneo Provincial, lograron hacerlo Gimnasia y Esgrima a pesar de perder 3 a 2 con Pampero –había ganado como local 2 a 0-, e Independiente quien venció a Argentino por 2 a 0 –empataron en la ida 2 a 2-. Los goles de la Estrella fueron convertidos por Daviccino, Scalco y Kiroff, para el Lobo los hicieron Haiser y Reyes; los dos goles del Burgues fueron acertados por Leandro Hernández.

 

Foto Rosana Wilberger

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