Los únicos representantes del kirchnerismo para octubre

Los únicos representantes del kirchnerismo para octubre

El FpV pampeano: los “molestos” de las elecciones 2015
Será la única lista kirchnerista en octubre y esperan ingresar el primer diputado provincial del espacio. Será la voluntad contra el aparato del PJ. Afirman que hay un electorado que apoyó a la lista K en las primarias que ahora no es representado por el justicialismo.

Norberto G. Asquini

El Frente Pampeano para la Victoria (FpV) será la alianza que representará al kirchnerismo en las próximas elecciones. Conformado por el sabbatellista Encuentro y el Partido Humanista, el FpV se convertirá en el último reducto del proyecto nacional que encabeza la presidenta Cristina Fernández en las elecciones del 25 de octubre en La Pampa.

Derrotada la jorgista Compromiso Peronista en las internas del 5 de julio y la boleta K del FpV nacional -que ellos también representaron- en las primarias del 9 de agosto por el vernismo-marinismo, solamente queda el FpV pampeano para enfrentarse al PJ disidente al gobierno nacional. El kirchnerismo, de esta manera, estará ubicado esta vez por afuera del justicialismo pampeano.

Panorama.

Hoy el FpV pampeano comparte la boleta presidencial de Daniel Scioli con el PJ. Y también, aunque no les resulte cómodo, las de legisladores nacionales del vernismo-marinismo. Pero llevarán todos los símbolos del FpV nacional. El resto es voluntad y optimismo. Con pocos recursos económicos y humanos, los kirchneristas no justicialistas enfrentarán al aparato del justicialismo. Tarea nada fácil. Solamente tienen candidatos municipales en cuatro localidades: Santa Rosa, General Pico, 25 de Mayo y Guatraché. Poco poder territorial, sobre todo cuando hubo dirigentes que optaron por integrarse a la lista de Compromiso Peronista para disputar la interna por dentro del PJ y eso le restó cuerpo. Igualmente, en la boleta de diputados provinciales hay 18 localidades representadas.

Romper lo testimonial.

¿Qué esperan del resultado electoral? Romper con la barrera de la fuerza testimonial y poder ingresar -con una Legislatura de 30 diputados- uno, dos o más representantes provinciales a la próxima Cámara. Una encuesta realizada hace más de un mes, la única que midió al espacio, les daba entre un 4 y un 7 por ciento. Esperan que parte de las adhesiones que fueron a la lista K en las primarias se vuelque en su apoyo. Es el voto espontáneo y por convicción del votante que respalda al gobierno nacional y no se siente representado en ese sentido por el PJ pampeano. No solo serán los únicos kirchneristas, sino también -de acuerdo a la actual composición y los votos que se estima puedan llegar a sacar las distintas fuerzas- de los contados posibles legisladores progresistas, que no abundarán en la próxima Cámara, salvo si el socialismo mantiene la banca actual.

Candidatos y números.

El postulante a la gobernación es el abogado Franco Catalani, que participó del histórico juicio a los represores pampeanos en 2010. Eduardo “Tuqui” Tindiglia es el candidato a diputado que está en primer lugar de esa lista, acompañado por la concejal piquense Paola Assone, de destacada actuación en el último período ante la bancada justicialista. Tindiglia, actual titular de la delegación de la Afsca pampeana, es la tercera elección que afronta desde un espacio K no justicialista integrando una lista. En 2007, con el Frente para el Cambio participó como candidato a vicegobernador, apenas se obtuvo 5.655 votos, el 3,3% de los positivos. En 2011, con el gobernador Oscar Jorge como representante de Cristina Fernández y sin la boleta del candidato a presidente, se presentó en su debut Nuevo Encuentro y se lograron 7.399 sufragios, el 4,1%. Ahora esperan obtener en octubre entre esa cifra y los 37.597 votos que apoyaron a la lista K en las primarias de agosto, parte de los cuáles podrían fugarse del justicialismo, según analizan sus dirigentes.

Frente a esas cifras, sus candidatos afirman que esta elección será muy diferente a la de 2011. Principalmente porque el PJ no es referencia del gobierno nacional de Cristina Fernández, como lo era Jorge en su momento. Pero además porque hay sectores K justicialistas y también algunos intendentes identificados con la Presidenta. Aunque no lo hagan manifiesto.

De campaña.

Indican que han cambiado las circunstancias con 2007 cuando hacían campaña y los pocos respaldos que se acercaban eran a través del conocimiento personal que tenían con algunos de los postulantes. Hoy cuando visitan alguna localidad reúnen a un grupo de personas que se aproxima a mostrar su adhesión y hasta salen en la foto de difusión, hay llamados espontáneos cuando se les hace una entrevista en algún medio local y grupos kirchneristas que se acercan para mostrar su respaldo. No es mucho, si se compara con la fortaleza del peronismo, pero suma.

El gran desafío es además garantizar la fiscalización el día de la elección. El poder territorial es un factor clave para colocar fiscales en todos los pueblos, y para los partidos chicos es muy difícil cumplir con esto. Es que en las pequeñas localidades, o las mesas que no tienen fiscalización propia, podría no haber boletas disponibles y eso les restaría chances.

Boleta presidencial.

La lista de Nuevo Encuentro, aunque el vernismo-marinismo desestima sus posibilidades, es una molestia para el PJ. Por eso, dirigentes del justicialismo han reclamado al gobernador Scioli que les autorice a llevar la boleta presidencial o que directamente “baje” a los candidatos. Afirman que el FpV de este modo podría conseguir votos que de otra manera irían para el PJ, y colocarían legisladores en la próxima Cámara de Diputados que, a priori, parece que será terreno difícil para Carlos Verna de ganar las elecciones. Es que el PJ tradicional, luego de haber barrido al kirchnerismo por dentro del PJ, quiere hacerlo además por fuera.

Por ahora, el FpV pampeano mantiene la boleta de Scioli a pesar de la presión del PJ provincial. Es que el principal referente del espacio, Martín Sabbatella, es candidato a vicegobernador de Buenos Aires, desde el gobierno nacional no bajaron y mantuvieron la lista K en las primarias y Scioli necesita esta especie de “colectora” para mejorar, aunque sea mínimamente, su perfomance para ganar en primera vuelta.

Desde el FpV pampeano, afirman que además, sería una voz disidente y opositora al actual gobierno provincial. Y que aunque el gobierno del PJ mantenga, de ser Scioli presidente, una llegada fluida con Nación, no sería el único interlocutor ante los funcionarios nacionales.

Los dirigentes de ese espacio además especulan que en 2019 podría volver Cristina Fernández nuevamente a la presidencia, y que en La Pampa de obtener ellos cargos institucionales, ese espacio sería el de la “resistencia” del kirchnerismo en la provincia hasta el próximo cambio de gobierno.

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La campaña pampeana para octubre

La campaña pampeana para octubre

El discurso de Verna: la contundencia y la necesidad
El candidato a gobernador del PJ propone un discurso concreto y casi de restauración frente a las “buenas intenciones” de la oposición. La búsqueda de consensos para aglutinar adhesiones ante la dispersión del voto peronista.

Norberto G. Asquini

 

La campaña para las generales del 25 de octubre ya arrancó y queda poco más de un mes para finalizar este largo año electoral. En ese marco, lo que se ha destacado en los últimos días ha sido el discurso del candidato a gobernador del oficialismo, el senador Carlos Verna. Si para la interna partidaria del 5 de julio su objetivo fue diferenciarse del gobierno jorgista y para las primarias nacionales fue más agresivo como defensor de La Pampa frente al kirchnerismo, ahora, en este tercer momento de campaña, nos encontramos con un contenido que va de la restauración y la contundencia a la necesidad de consolidar su base electoral y a la búsqueda de consensos más amplios que los cosechados hasta el momento.

Contundente.

Verna busca adhesiones detrás de su figura y su discurso apunta al proyecto de gobierno que tiene pensado, pero también a cerrar deudas que ha dejado la administración jorgista en los últimos ocho años. Se diferencia de lo que fue, y avanza en lo que quiere ser.

Y en ese escenario no economiza promesas. Solo nombremos algunos puntos que se han hecho públicos y manifiestos: la profundización en la defensa de los recursos hídricos con nuevos juicios a las provincias de aguas arriba; un plan integral para Santa Rosa para afrontar la crisis de la red cloacal; el posible pase a planta de los empleados monotributistas de la provincia; darle a las cooperativas las columnas que son de su propiedad; una nueva ley para la Policía pampeana y la modernización de su estructura; mayor descentralización para atender a los pueblos y el llamado a la UNLPam para aportar conocimiento en iniciativas gubernamentales.

El discurso es contundente por varias razones, entre las que podemos mencionar por un lado la preparación de un proyecto desde hace tiempo -de hecho la nueva ley para la Policía se está elaborando en estos momentos- de alguien que supo estar al frente de un Ejecutivo. Y por otro, el conocimiento. La dirigencia del PJ tiene a favor dominar lo que ocurre con la gestión de la provincia, a diferencia de la oposición, que no siempre puede acceder a los resortes de la administración provincial y hasta se le ocultan datos.

Igualmente, hay argumentos para contrarrestar el discurso de Verna. Demos uno de los que sostiene la oposición: ¿por qué si tenía mayoría en la Cámara de Diputados durante los últimos cuatro años no solucionó el tema de los monotributistas? Desde el vernismo afirman que cuando el senador estuvo en el gobierno solucionó el problema de los planes de empleo estatales, por lo que habla con sustento.

Limitaciones opositoras.

Una cuestión central para la oposición es cómo confrontar con ese discurso de Verna. Porque más allá de las variables mencionadas, hay otra cuestión que tiene que ver con lo pragmático y lo práctico del candidato peronista. Frente a esta situación tenemos al postulante de Propuesta Frepam, la alianza opositora, Francisco Torroba. En sus discursos ha hecho hincapié en cuestiones como la transparencia institucional y la faceta productiva. Pero deja muchas zonas difusas que solo son un compendio de buenas intenciones. Con las que muchos están de acuerdo, pero que son vagas. En lo concreto, al discurso opositor le ha faltado contundencia para enfrentar a un PJ en el poder. Por ejemplo, en la problemática de los monotributistas o contratados. En un encuentro con empleados de la Salud Pública el candidato opositor directamente dijo que iba a pensar lo del “blanqueo” de esos trabajadores porque había que ver los números. Poco para una campaña cuesta arriba.

Restauración.

La contundencia del discurso de Verna la observamos en su sentido restaurador. El candidato del PJ se presenta como el dirigente que va a revertir algunas políticas críticas y criticadas de su antecesor, Oscar Mario Jorge: la de los empleados precarizados, la inversión en obras en Santa Rosa, la relación con las cooperativas y la universidad, el reclamo de los fondos previsionales de los jubilados provinciales a Nación, el desarrollo del oeste y la necesidad de crear empleo genuino en el sector privado. Son ejes de campaña que se promueven como el cambio en la continuidad del peronismo. Frente a esto, el discurso opositor queda muy deslucido si lo que pretende es imponerse ante la sociedad como el verdadero cambio a un PJ que hace 32 años gobierna la provincia.

Necesidad electoral.

Vayamos ahora a otra cuestión que encierra el discurso de Verna: la necesidad electoral de la coyuntura. Aunque el PJ es el partido predominante del sistema político pampeano y nunca ha sido derrotado en las elecciones gubernamentales, gobierna las dos principales ciudades y la mayoría de los pueblos, esto no significa que no haya alguna incertidumbre en sus filas sobre lo que puede ocurrir en octubre.

Verna está arriba en las adhesiones electorales y ya enfrentó una interna. Pero debe confrontar por un lado con la fragmentación del peronismo y la dispersión de sus votantes. El 5 de julio se impuso por el 56% y en las primarias la boleta vernista perdió en Santa Rosa y Toay. Hay votantes kirchneristas que pueden definir sus apoyos a la lista del Frente Pampeano para la Victoria porque los representaría mejor y otros peronistas que se podrían volcar a la boleta massista. Estas fugas pueden no ser muchas, pero las habrá. Serían votos que descontarían al PJ en la generales frente a Propuesta Frepam y le sacarían algunos diputados para la próxima Legislatura.

Pero además se enfrenta con una elección local en la capital donde el candidato a intendente, Raúl Ortiz, que suplantó al renunciante Jorge, debe afrontar una campaña complicada para hacerse conocer por la sociedad, para derribar las resistencias internas a su postulación dentro del PJ y para competir con un postulante opositor, Leandro Altolaguirre (Propuesta Frepam) que suscita apoyos.

Dos votantes.

En ese sentido, Verna busca consensos detrás de sus propuestas y promesas bajando un discurso concreto al votante, ya no solo al justicialista, sino también al no politizado. Consolida sus apoyos con la unificación -no unidad- del PJ y con esto capta otras voluntades. En este sentido, el peronismo ha sabido construir un sujeto político de base popular que respalda al oficialismo en el poder y lo que representa -un Estado benefactor-, y que es seducido por las propuestas de Verna. Muy distinto al votante medio opositor, que no encuentra identificarse plenamente con un dirigente carismático o ilusionarse con propuestas vagas, y ni siquiera con un discurso que le toque el bolsillo.

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El 65% de los intendentes buscarán la reelección en Octubre

El 65% de los intendentes buscarán la reelección en Octubre

EL 65% DE LOS INTENDENTES BUSCARA LA REELECCION EN OCTUBRE

El peso de losoficialismos en la política pampeana
La reelección, la continuidad de los oficialismos y la falta de alternancia son la norma en la política municipal de La Pampa. Son 51 los actuales jefes comunales que buscarán un nuevo mandato en octubre. En los últimos doce años 50 pueblos, el 63,3%, no cambiaron su signo político.

Norberto G. Asquini

La permanencia del peronismo en el poder en La Pampa se puede explicar por diferentes razones -desde ser la “garantía de gobernabilidad” hasta el uso de los recursos y el empleo del Estado, pasando por la tradición histórica de la provincia-. Pero el poder territorial del Partido Justicialista es uno de los factores que ayudan a esta “ventaja del oficialismo” -la “cancha inclinada”- o al sistema de partido predominante en la política provincial. Ese despliegue y la continuidad de los oficialismos locales es cada vez más condicionante para la reproducción del poder local, que a su vez está acompañado por otro fenómeno que lo acompaña: la alternancia es cada vez más limitada y la reelección es la norma. El status quo se mantiene en las localidades y le da además estabilidad al sistema político provincial. Y a pesar de la fragmentación y dispersión del PJ en la provincia y en la capital provincial, esta base partidaria es parte del “cemento” de la estructura partidaria.

Actualmente hay 56 intendentes justicialistas -y presidentes de comisiones de fomento- en las 79 poblaciones pampeanas (el 70,9% del total de jefes comunales) por sobre 16 del Frepam (20,2% del total) y 6 de juntas o alianzas vecinales (7,6%), si bien algunos de estos últimos apoyan al gobierno provincial. Este predominio del peronismo se ha ido incrementando en los últimos años: en 1999 y 2003 el PJ gobernaba en el 48,1% de las localidades (38) y en 2007 en el 65,8% (52).

Falta de alternancia.

En la última “década larga” de los gobiernos de los Kirchner además se acrecentó una tendencia que habíamos calificado en su momento como la “política congelada”: los intendentes que se perpetúan en el cargo y la continuidad de los oficialismos. Los números lo evidencian. En los últimos doce años 50 de las 79 localidades, el 63,3%, no cambiaron su signo político. De éstas, 34 (68% de los casos) fueron del PJ, 13 del radicalismo y tres de partidos vecinales.

La Pampa tiene dos de los jefes comunales más antiguos: en Gobernador Duval y en Sarah gobiernan desde hace 32 años -y pueden estar otros cuatro años más- los mismos. Dos intendentes están hace 24 años en el puesto y otros tres hace veinte años. Pero en 23 localidades (el 29%) gobierna el mismo color político desde 1995 y en 12 (15,1%) lo hace desde 1983.

Tasa de reelección.

En las elecciones del 25 de octubre 51 (el 64,6%) de los actuales jefes comunales, dos de cada tres, buscarán un nuevo mandato. La mayoría de éstos, 38 (el 74,5% de los casos), son del PJ, 10 radicales y tres de partidos vecinales. Y algunos de los que no disputarán otra reelección será porque “saltaron” a listas provinciales (son cinco los casos este año). O porque perdieron en las internas del 5 de julio. Y acá también se hace notar el peso de los jefes comunales. Hubo 41 intendentes justicialistas que buscaban la reelección y debieron disputar una interna por el cargo. De éstos 31 (el 81,65%) la ganaron y solo 7 la perdieron.

La tasa de reelección ha ido creciendo en los últimos comicios provinciales. Esto no significa que no haya también recambio al frente de las comunas, tanto de nombres como de partidos. En 1999 hubo varias alternancias locales por las victorias de la Alianza (UCR + Fregen) en los pueblos, en 2003 por el cambio gubernamental de Rubén Marín a Carlos Verna que promovió la confrontación en los peronismos locales y en 2007 por la interna entre Oscar Jorge y Marín. En 2007 el 45,6% de los intendentes logró su reelección (36 casos sobre 79) y en 2011 aumentó el 72,1% (57 casos). Este año será más baja producto de la nueva interna en el PJ.

Otro dato.

El poder territorial del PJ se observa en otra cuestión: es gobierno en las dos principales ciudades, donde se aglutina el 50% del electorado. En General Pico gestiona desde hace 32 años y en Santa Rosa la única alternancia se dio en 2008 después de una crisis institucional de proporciones y el cambio ocurrió tras una intervención que desalojó del cargo al intendente electo. Otro dato: en 14 de las 23 capitales provinciales gobierna un intendente de diferente partido al gobernador. No es el caso de La Pampa.

La falta de alternancia y el peso de los intendentes también llevan a la baja competitividad de las elecciones porque éstas se vuelven menos desafiantes para el oficialismo y su preeminencia condiciona la visualización de la oposición como alternativa de poder.

El peso de los locales.

Cabe señalar que es una constante de las últimas décadas que los votantes se hayan inclinado por sus intendentes actuales en todo el país, y esta tendencia a la “municipalización” de la política se da a nivel mundial, indica el periodista Facundo Matos. Por ejemplo, en Buenos Aires, 95 de los 135 intendentes actuales, el 70,3%, tienen altas chances de retener el cargo tras los resultados de las primarias del 9 de agosto.

En La Pampa, el poder local de los intendentes se ha acrecentado con el tiempo. Más allá de la proximidad con el vecino-votante y la personalización de la política o el sistema de reelección indefinida que desalienta la competencia, el predominio de los jefes comunales y su permanencia en el poder se ha basado en gran medida en los recursos económicos que ingresaron en los últimos años a las arcas comunales. Esto permitió mejores gestiones y apuntaló el rol de los intendentes en la política provincial y sobre todo en la estructura del PJ. Esto fue producto del vernismo a través de la descentralización, y los fondos que llegaron a las comunas desde Nación (fondo sojero) o desde la Provincia (fondo petrolero). Esto los ha llevado a ser un foco de poder y un factor de peso dentro del PJ. De hecho, más allá de los liderazgos de las líneas, las dos listas internas que disputaron las internas del justicialismo el 5 de julio los tuvieron como actores centrales.

Los que van por la reelección

Los jefes comunales del PJ que buscan un nuevo mandato en octubre son por el PJ Luis Muñoz de Agustoni; Oscar Gatica de Algarrobo del Aguila; Enzo Sosa de Arata; Néstor Tríbolo de Larroude; Jorge Riera de Bernasconi; Oscar Barras de Caleufú; Ariel Mauna de Chacharramendi; Serafín Eberhardt de Colonia Santa María; Angel Ré de Conhelo; Norberto Rodríguez de Hilario Lagos; Natalia Hollman de Dorila; Julio César González de Eduardo Castex; Juan José Rainone de General Pico; Carlos Grazide de Gobernador Duval; Roberto Cincunegui de Cuchillo Co; Oscar Beilman de Jacinto Arauz; Juan Barrionuevo de La Adela; Oscar Pereyra de La Humada; Gustavo Cein de La Maruja; Hugo Colado de La Reforma; Angel Gutiérrez de Limay Mahuida; Luis Rogers de Lonquimay; Oscar Martínez de Loventué; Mónica Valor de Luan Toro; Jorge Cabak de Macachín; Rosa Eleno de Miguel Cané; Federico Ortiz de Miguel Riglos; Roberto Kronemberger de Perú; Julio Gerez de Puelches; Carlos Llanos de Puelén; Luciano Beloqui de Quehué; Horacio Castro de Rancul; José Ferreyra de Rolón; Carlos Lázaro de Rucanelo; José Rodríguez de Santa Isabel; Daniel Frencia de Sarah; Luis Fredes de Speluzzi; Ariel Rojas de Toay; Juan Antonio Silva de Trenel; Roberto Gómez de Uriburu; Manuel Costoya de Unanue.

Por el radicalismo son Oscar Flores de Alta Italia; Héctor Delahaye de Anguil; Mario Roth de Campos; Celestino Folmer de Mauricio Mayer; Luis Bertero de Maisonnave; Rubén Marcantonio de Parera; Néstor González de Relmo; Sergio Arrese de Guatraché; Roberto Holgado de Anchorena; y Emilio Soncini de Villa Mirasol. Por juntas vecinales se presentan Oscar Canonero de Falucho; Aldo Fernández de Pichi Huinca; y Hugo Kenny de Victorica.

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Dilemas de la oposición en La Pampa

Dilemas de la oposición en La Pampa

La UCR pampeana y la instalación del “votante complejo”
Las PASO pusieron a la boleta de la UCR en las generales de octubre, pero con una performance muy baja. Cuáles son las posibilidades que se abren para el radicalismo y para Torroba y su situación en el marco nacional.

Norberto G. Asquini

La oposición en la Argentina es quien ha sufrido más la crisis del sistema de partidos. Y la que es la principal fuerza de ese arco, el radicalismo, ha quedado sumida en una situación muy delicada. Nada salió como pensaban los dirigentes que impusieron en la convención de Gualeguaychú la alianza con el PRO, salvo lo de conservar cargos en el Congreso. El frente con Mauricio Macri dejó a la UCR sin candidato presidencial en las generales y salvo en Mendoza, no consiguió las gobernaciones que pensaban obtener fruto de esa sociedad.

En ese marco, La Pampa parece Tucumán para la UCR. Más allá de la cuestión de las dudosas denuncias por fraude, el candidato tucumano José Cano parecía tener muchas chances para ganarle al FpV y había reunido a toda la oposición en una alianza, hasta a los massistas. Pero el peronismo dio el golpe de realidad a través de las urnas. En nuestra provincia también hay un candidato que demostró ser competitivo en una legislativa y al que se apostó para afrontar esta elección como candidato a gobernador, Francisco Torroba. Y que también consiguió que la mayoría del arco opositor cerrara filas detrás de esa postulación, de derecha a izquierda. Pero la alianza, Propuesta Frepam, debe afrontar al peronismo, ahora unido después de la interna.

Perder terreno o ganarlo.

¿Cuál es el radicalismo pampeano? ¿El de los 69 mil votos que logró Torroba en 2013 para diputado nacional o el de las últimas primarias del 9 de agosto en las que Juan Carlos Marino alcanzó 38 mil sufragios para postularse para senador? No son comparables ambos comicios, pero se pueden sacar algunas conclusiones.

La UCR pampeana continúa siendo el principal partido de la oposición en La Pampa, pero a pesar de que muchos sectores internos impulsan volver a las tradicional Lista 3, hoy le es muy difícil afrontar una elección a gobernador de manera competitiva si no es en el marco de un frente. Las primarias así lo demostraron. A nivel nacional, los votantes confían en los radicales la responsabilidad de controlar, pero no la de gestionar. En La Pampa, la UCR y sus aliados tienen buenas performances en las legislativas, pero decaen en las ejecutivas.

Como ocurre a nivel nacional, ha ido perdiendo posiciones elección tras elección. Esta vez confían en la figura de Torroba para enfrentar la continuidad de 32 años de oficialismo justicialista. Es la apuesta a la personalización de la política que sume adhesiones frente a la pérdida de apoyos. El mejor candidato que se tiene para el votante opositor, pero con un perfil que no cierra para todos hacia adentro del radicalismo y de Propuesta Frepam por sus manejos internos. Y que no despierta muchas pasiones.

Voto a voto.

Las primarias del 9 de agosto mostraron los desafíos que tiene la UCR hacia las generales del 25 de octubre. Dieron apenas un indicio, pero sirven para algunas conclusiones. Los votos del peronismo en el FpV en cargos para el Congreso sumaron el 47,2% del total sobre los de la oposición de Pro-Frepam (UCR + PRO) con el 38,2%. En octubre se considera que va a haber cambios porque el candidato será Torroba, que tiene más adhesiones, pero enfrente estará Verna y un peronismo que en su interna sumó 102 mil votos.

La performance de la lista nacional en las primarias de la UCR fue muy floja. A nivel presidencial, Ernesto Sanz puede estar “contento” con La Pampa. Si en todo el país logró apenas el 11,4% en la interna de Cambiemos -el 3,4% del total de positivos-, en la provincia alcanzó el 17,3% -el 6,4% del total de positivos-. Unos 12 mil votos que muestran un votante fiel, pero no toda la estructura de la UCR. Muchos radicales, como ocurrió en otras oportunidades, votaron por Macri, y otros candidatos.

Pero la confrontación entre la UCR y el PRO para los cargos en el Congreso mostraron otras cuestiones. Por un lado, el crecimiento de Javier “Colo” Mac Allister. Fue solo -la única fotografía en la lista local era la suya-, con una boleta presidencial de Macri compartida con Marino y sin el votante peronista que se volcó a la interna de su partido. Lo separaron de Marino, senador en dos oportunidades y ex candidato a gobernador, apenas 4.434 sufragios. Fueron 38 mil sufragios a 34 mil. Pero ganó en Santa Rosa y General Pico, las dos principales ciudades.

El votante “complejo”.

Quedó de manifiesto la baja performance del radicalismo. Muy pobre, apenas superada por coyunturas muy malas como en 1995 tras el Pacto de Olivos donde alcanzó 34 mil votos para diputados nacionales o en 2001, en la debacle de la Alianza, con 29 mil para senadores.

Hubo varias interpretaciones sobre esto. Por un lado, el “votante complejo”, tendencia que muestran las últimas elecciones. El politólogo Facundo Matos analiza que las PASO pusieron en evidencia el peso del arrastre de la boleta presidencial, y también la preparación del electorado a la hora de diferenciar elecciones nacionales de las provinciales. Los votantes argentinos están muy informados y saben que demandan distintas cosas para cargos legislativos que ejecutivos, para el Estado nacional que para el provincial.

En ese marco, hubo un votante que siguió a la figura novedosa y popular de Mac Allister, y también el que votó a Macri para presidente y que consideró, y supo discernir, que el ex futbolista era el referente de Macri en La Pampa. O que consideró que Macri y su lista local tenían más perfil opositor que sus aliados radicales.

El “votante complejo” también se observó en el FpV. Hubo un voto de apoyo al gobierno nacional de Cristina Fernández con la boleta kirchnerista, y que ganó en Santa Rosa y Toay al peronismo tradicional. La lista vernista-marinista la superó ampliamente en la provincia por el 58,1% al 41,8%, pero el kirchnerismo logró 37 mil votos, muchos más de lo que pensaban sus opositores. Daniel Scioli sacó 10 mil votos menos que en la interna local del FpV, seguramente “cortado” por quienes desde el vernismo-marinismo se sintieron molestos por el apoyo que tuvo hacia el gobierno de Oscar Jorge en la interna. Y la boleta de UNA, las de Massa y De la Sota sumadas, logró 11 mil votos más que sus representantes locales. El ciudadano pampeano, como ocurre en otros lugares, es cada vez más sofisticado y sabe discernir lo que demanda en cada oportunidad electoral, indica Matos.

¿Qué pasó?

En el radicalismo la estructura del interior pesó para dar vuelta los números de Mac Allister en las dos principales ciudades, pero no hubo todo el compromiso esperado por parte de la dirigencia. Algunos referentes prefirieron no acompañar en la campaña y dejar liberados a los afiliados y simpatizantes de su sector en una elección para cargos legislativos en la que sus votantes estaban divididos entre Marino y Mac Allister. No quisieron heridos a futuro, solo por una primaria. Hubo quienes, como los azules en Santa Rosa, le “sacaron el cuerpo”. También especulación en algunas localidades pensando en competir por las intendencias en octubre, y también algo del infaltable internismo radical donde los dos principales cargos en juego iban a quedar, nuevamente, en manos de postulantes de la Línea Blanca. Por supuesto, también pesó seguramente el desgaste de dos legisladores radicales que se presentaban por la reelección a sus bancas, Marino y Daniel Kroneberger, y que ya llevan dos períodos en el Congreso.

Hacia adelante.

Se puede agregar al análisis que una elección legislativa no es lo mismo que una primaria, y que Marino no es lo mismo que Torroba, por las expectativas que ha generado su postulación. Pero hay cuestiones que hacen al todo de un frente opositor. Torroba debe capitalizar para octubre y superar los 72 mil votos que lograron en las PASO las dos boletas de Propuesta Frepam para enfrentar con chances al PJ. Un desenlace que parece por ahora complicado para la oposición. Recién entonces, se podrá juzgar con los resultados en mano los beneficios y las desventajas que trajo aparejada la alianza tejida en La Pampa entre el Frepam y Propuesta Federal, entre la UCR y el PRO, como ocurrió a nivel nacional.

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Unidad arriba, dispersión abajo

Unidad arriba, dispersión abajo

Santa Rosa: los candidatos incómodos y los estados alterados
Verna necesita la unidad y Jorge da muestras de reconciliación. Pero las internas y las primarias dejaron heridos y un territorio inhóspito en Santa Rosa. Hay revanchismo y resentimiento en algunos sectores, pero el PJ se va reacomodando.

Norberto G. Asquini

Pasaron las internas del 5 de julio y las primarias del 9 de agosto, pero el peronismo pampeano continúa convulsionado. Hay que especificar: el epicentro de este escenario es Santa Rosa, la ciudad que parece “tierra de nadie” para el PJ. Es que hubo quienes ganaron elecciones, o que quedaron en una situación de primacía, pero no hay un sector que predomine territorialmente. Carlos Verna ganó las internas para gobernador, pero su sector perdió en las primarias frente a la lista K. Oscar Mario Jorge se impuso en los comicios para intendente, pero deberá compartir boleta con Verna.

La coalición de Peronismo Pampeano -vernistas, marinistas, tiernistas, larrañaguistas, robledistas- perdió en la primaria con los kirchneristas y jorgistas, pero éstos quedaron afuera del reparto de cargos. En ese encastre de líneas, sectores, agrupaciones y dirigentes se asienta el peronismo. Un veterano dirigente del PJ que sabe estar presente en los pliegues de los acuerdos afirma sobre este escenario que la verdad está siempre muy repartida, cada cual tiene un pedacito de verdad y el resto es ficción.

Recomponer relaciones.

El PJ comenzó una etapa de reacomodamiento hacia octubre, con candidatos a intendentes que se alinean a la boleta de Verna. Pero esto no significa unidad o reconciliación en todo sentido. Los consensos en torno al nuevo statu quo empieza a tomar forma y empiezan a hacerlo desde el vértice para derramarse: Verna acalló su diatriba apenas terminada la interna, Jorge bajó el tono y comenzó a apaciguar las aguas. Verna y Marín se reunieron para afrontar la campaña, restablecer relaciones con el candidato a presidente Daniel Scioli y recomponer la situación con el gobernador Jorge, aunque esto no siempre es fácil. Se prepara el escenario apropiado para confrontar a la oposición, polarizada en Propuesta Frepam.

Por supuesto, no es fácil el proceso para llegar juntos al 25 de octubre.

Boletas incómodas.

Quienes compartirán boleta se acomodan. Esto no significa que no haya resentimientos y diferencias hacia abajo. Hay candidatos incómodos. Lo fueron los kirchneristas en las primarias para el vernismo-marinismo, a quienes reclamaron una y otra vez que se bajaran. Lo será Jorge como intendente para muchos de Peronismo Pampeano que les resulta molesto votarlo. Otros compartirán la misma boleta como los diputados provinciales, donde ya hay divisiones y se sacan cuentas sobre lo que ocurrirá en la próxima Legislatura. La Cámpora se quedó sin lugares tanto en la Cámara como en el Congreso, y ahora es a Jorge Lezcano -que sí tendrá un lugar- a quienes apuntan los del sector del vernismo-marinismo.

Fue también Daniel Scioli un candidato incómodo para algunos en la boleta presidencial. Hubo vernistas y marinistas que lo votaron como el postulante del PJ a la Casa Rosada, pero otros que cortaron esa boleta. Los 10 mil votos de diferencia entre la lista presidencial y la de senadores no fueron una casualidad, sino una muestra de la molestia con el gobernador por acordar con la Presidenta y de apoyar al jorgismo en la interna. Y era un mensaje del vernismo: tiene que acordar con Verna si asume como presidente.

Pero no solo entre líneas hay diferencias y contradicciones. El ministro de Bienestar Social, Raúl Ortiz, ya había tomado una posición distante de las primarias y le dio la espalda a la lista K, mientras el secretario Fabián Bruna fue el jefe de campaña de ese sector manteniendo su postura de respaldo al proyecto nacional. En el gobierno provincial, hubo y hay dos posturas.

Tal vez una de las causas de su derrota en la interna. Difícil sopesarlo ahora.

La disputa actual.

La disputa en Santa Rosa muestra la fragmentación y dispersión del peronismo local. No es una novedad. Verna nunca pudo hacer pie y tuvo que confiar en los respaldos de Luis Larrañaga y Juan Carlos Tierno como colectoras para jefe comunal, dado que no pudo poner a nadie de su sector. El marinismo jugó finalmente con Larrañaga, que salió tercero. El jorgismo ganó para disputar la intendencia, pero perdió para la gobernación. El kirchnerismo ganó el 9 de agosto, pero se quedó sin espacios institucionales y raleado del PJ.

La confrontación actual es de baja intensidad porque está amainando en la cúpula, pero tiene su repercusión mediática. Mientras las aguas se calman hacia arriba pensando en octubre, el marinismo, La Cámpora y Lezcano se enfrentan por ver quién tiene más poder en Santa Rosa.

Una pelea menor azuzada por el revanchismo -los mismos dirigentes lo admiten- y por quienes no pueden digerir la derrota. Lo que la realidad muestra con estos cruces es el empate de posturas y las debilidades de quienes juegan a quedarse con el cartel. Provocaciones, desprecios, agresiones, descalificaciones son parte de la disputa de espacios de poder mínimos, pero también propio de viejos resentimientos acumulados en estos últimos años. La falta de concejales de un sector y del otro muestra lo inhóspito que ha sido el terreno santarroseño para muchas aspiraciones. Por supuesto, cada uno tendrá su cuota: el marinismo tendrá cargos legislativos en la provincia, el kirchnerismo los organismos nacionales.

Voto fiel y fuga.

Pero el poder pasa por otro lado: Verna apuntando a Casa de Gobierno y Jorge a la municipalidad. El senador necesita la unidad para un triunfo. Ya pasó la confrontación y vienen tiempos de apaciguar. Hasta quienes oficiaron de “jetones” en su momento y fueron acusados de apretar intendentes jorgistas y ahora se han callado, tal vez pensando en preservar el cargo de ministro que han pedido o les ha sido prometido.

Verna parte de 55 mil votos como piso, a los que se sumarán muchos otros que apoyaron a Compromiso Peronista. Apuesta a la fidelización de las adhesiones peronistas por sobre la fuga de votos kirchneristas que se podrían ir al Frente Pampeano para la Victoria. Desde su entorno afirman que eso está controlado y que el peronista votará la boleta del PJ. La tendencia es inequívoca: los comicios para cargos ejecutivos conllevan un voto más conservador, la personalización de la política lo tiene a Verna como uno de sus actores principales por las expectativas y adhesiones que genera, encabezará la lista el presidenciable más votado en las primarias y la legitimidad electoral del justicialismo es casi indiscutida en La Pampa.

Jorge será en octubre el candidato incómodo, pero Verna más allá de los enconos personales supo considerar cuáles eran los mejores medios para sus fines. Si pudo cerrar con Larrañaga y Tierno, después de que ambos dispararan duras agresiones sobre su persona, para ganar una interna, sabrá restaurar una relación con el jorgismo que cimente una victoria en octubre.

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