Análisis sobre la gestión que viene

Del Cambiemos al Volvemos: el gabinete vernista por dentro
Verna designó un gabinete con repetición de nombres de su primera gestión, pero que también expresa muy tibiamente a la coalición interna del PJ que lo llevó al poder. Las áreas prioritarias y un nombre controvertido. La descentralización y las innovaciones.

Norberto G. Asquini

El próximo gobernador de La Pampa, Carlos Verna, parece haberse tomado al pie de la letra su slogan de campaña “Vuelve Verna”. Anunciado su próximo gabinete, se pudo observar que en su conformación van a estar seis de los ocho funcionarios -eran 5 ministros y tres secretarios- con los que inició su primera gestión en 2003, hace doce años, más un subsecretario de entonces. Son estos los de Obras Públicas, Julio Bargero; de Hacienda, Ernesto Franco; de Salud, Rubén Ojuez; de Producción, Ricardo Moralejo; de Seguridad, Juan Carlos Tierno; de Asuntos Municipales, Rodolfo Calvo; y la secretaría general en manos de Juan Garay. Ahora, con 16 cargos en la primera línea -9 ministerios y 7 secretarías- éstos representan casi el 40% de sus integrantes en puestos claves. En su mayoría dirigentes que son de su consulta y que permanecieron en los años siguientes como asesores, o probados en la gestión.

Esa primera lectura indicaría que todo está como cuando se inició el primer gobierno de Verna, con funcionarios de su “entorno” o del vernismo, sumados en este grupo a los “nuevos” como Fernanda Alonso en Bienestar Social; Pablo Bensusan en Gobierno y Justicia; o de Desarrollo Territorial, Martín Borthiry. Pero también podemos observar en un segundo plano con la extensión en el número de cargos del gabinete cómo se expresa también tibiamente, la coalición interna del PJ que lo llevó al poder con un marinista en Derechos Humanos y una robledista en el área de la Mujer. La renovación planteada en su momento parece estar presente, pero no es central: 5 funcionarios sobre 15 tienen menos de 50 años. Por lo pronto, también parece hacer algunos gestos de “apertura y consenso”, como anunció, con la oposición, ofreciéndole algunos cargos en organismos descentralizados y de control.

Arquitectura propia.

El periodista Fernando Straface en un artículo sobre los ministros de Mauricio Macri indica que la conformación del gabinete es la primera decisión estratégica para perfilar y dotar de identidad política y de gestión a un gobierno electo. El gabinete importa en primer término para señalizar ante la sociedad y el sistema político el perfil político del gobierno que comienza. A través del gabinete, el Presidente les habla a la sociedad y al sistema político sobre la vocación coalicional de su gobierno, sus alianzas territoriales y la representación de sectores sindicales, sociales o empresariales que espera incorporar en su administración.

En segundo lugar, la arquitectura del gabinete habla sobre las prioridades presidenciales. La creación de nuevos ministerios supone la jerarquización de un tema.

Esto último se pudo observar en los dos ministerios que se crearon como desprendimientos de otros: el de Seguridad y el de Desarrollo Territorial. Durante la campaña, dos cuestiones en las que el gobernador electo hizo hincapié fueron por un lado la problemática de la seguridad y la lucha contra el narcotráfico y poner en marcha la producción para la creación de empleo en el sector privado.

Nombres controvertidos.

Desarrollo Territorial, que tendrá relación con los municipios, quedó en manos del diputado provincial Borthiry. Más allá de su faceta productivista, queda latente la cuestión del cariz político que tendrá ese área con el disciplinamiento de intendentes, sobre todo con un funcionario que durante la campaña para la interna del PJ llegó a amenazar a un jefe comunal de que le iban a “arar” su pueblo.

Más controversial es la figura, resistida por varios sectores, de Tierno en Seguridad. Se indicó que su incorporación al gabinete fue para “pagar” su apoyo en la interna del PJ. Pero no fue esa la razón principal, ya que ese respaldo representaría en votos el 10% de los electores santarroseños. Verna buscó alguien que impusiera la visión que tiene sobre la materia y hubo consultas en ese sentido en algunos cuadros de la policía. Por su parte, la designación de Roberto Ayala como jefe de Policía y de Héctor Lara como subjefe, dos ex comisarios que colaboraron y asesoraron a Verna en el tema y tienen su ascendiente sobre la fuerza, parece ser un contrafuego para la figura del ministro.

Hay dos cuestiones en esta designación que hacen ruido: por un lado, desde lo ético, que se haya nombrado a un condenado por la Justicia por “abuso de poder”, si bien no está firme la pena. Y sobre todo, que sea para un área tan sensible como es la de seguridad.

Y por otro, desde lo político la resistencia que tiene por sus manejos autoritarios mientras fue ministro de Gobierno (2003-2006) y el perfil que le quiso imponer al manejo de la Policía pampeana con una política de “mano dura”; y su breve pero turbulento paso por la intendencia de Santa Rosa. En los últimos tiempos, Tierno bajó su perfil y limó su faceta provocadora, tal vez asesorado o conminado por el mismo Verna. Y prometió que no “irá tan rápido” como en su gestión anterior. Muchos prefieren prevenir cualquier posibilidad de que vuelva a ponerse en marcha esa política de “mano dura” con su alejamiento del cargo. A pesar de las promesas, todos advierten que es cuestión de tiempo para que el funcionario manifieste su verdadera esencia.

Verna promovió este nombre y “lo banca” porque no hace lugar a las presiones. Esto se funda, por un lado, en su legitimidad conseguida con una elección casi histórica; y por otro, parece tener en cuenta que las manifestaciones en contra del funcionario ocurren en Santa Rosa, una ciudad que le ha sido esquiva y a la que no le debe votos.

Innovación y profundización.

Finalmente, hay que considerar algunos cambios e innovaciones que apuntan a jerarquizar algunas áreas con respecto a la gestión actual. Por un lado, Verna parece querer profundizar su política de descentralización. No solo con el Ministerio de Desarrollo Territorial, sino con la Secretaría de Asuntos Municipales, donde Calvo tendrá una estructura más amplia y se quiere imponer una mayor presencia de funcionarios recorriendo el interior de la provincia.

También con un área que estuvo siempre relegada como la de Cultura, a la que convirtieron en Secretaría, y la de la Mujer, también jerarquizada, una temática sensible y actual que necesita de políticas concretas.

Y por supuesto, aunque no sea un lugar central del gobierno, el nombramiento de Mario Ziaurriz como director de Canal 3, una emisora que se cae a pedazos literalmente. El designado es un trabajador y representante de sus compañeros, de vasta y reconocida trayectoria, conocedor del medio y sin vinculaciones políticas. Se espera que no ocurra lo que pasó en la primera gestión vernista, cuando fue designado en un primer momento Juan Carlos Gerardo para dar un salto de calidad con un perfil más técnico, y esta experiencia fue abortada para convertir al canal en una pantalla política.

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