“No vienen por mí, vienen por ustedes, los trabajadores” advertía Cristina Fernández en uno de sus memorables discursos durante el último año de presidencia, hace menos de un año y ya parece un siglo.
Es que realmente vinieron por todo, por nuestros salarios, por nuestros derechos, por nuestra dignidad, por nuestra libertad. Si, por nuestra libertad también.
En RTA SE (Radio y Televisión Argentina Sociedad del Estado) se aplica fuerte esa premisa que anunciaba CFK. El plan de vaciamiento que el gobierno de Mauricio Macri tiene pensado llevar adelante, no tiene escrúpulos.
A todas las “radios nacionales” del país les pidieron desde el directorio de RTA SE que “cedan” una frecuencia. Hace tiempo que las radios nacionales adquirieron también una licencia para explotar las FM. El gobierno de Macri, que tanto criticó las cadenas nacionales, quiere que cada una de las 23 provincias que conforman Argentina le ceda una de sus frecuencias para retransmitir las 24 hs LRA 1, o sea, el discurso oficial. Quieren una cadena amarilla constante y sonante en todo el país para no dar lugar al disenso, para que las y los que piensan distinto piensen a solas, y para que vos no te enteres de nada, excepto lo que la alianza Cambiemos autorice.
En La Pampa se vivió una clara muestra de este plan comunicacional PRO, en la mañana del lunes 31 de octubre se desencadenó una historia de persecución ideológica repudiable. El periodista local Javier Urban fue notificado que la emisora va a prescindir de sus servicios.
Javier Urban es periodista y militante peronista. Lo era antes de Kirchnerismo, lo sigue siendo ahora. La alianza Cambiemos no le perdona sus palabras sinceras, no le perdona que aún diga verdades frente al micrófono y lo corrió, lo echó, de la peor manera.
Previo al telegrama de despido, Urban (que también es trabajador de prensa en la legislatura provincial) fue intimado por RTA SE, para que opte entre unos de sus trabajos, ya que el estado no podía pagarle “dos sueldos”. El periodista respondió esa intimación mediante sus abogados, dejando en claro que ninguna ley lo obligaba a tal elección. Días más tarde, decidieron por él.
La situación de Javier Urban es similar a la de varios compañeros de la emisora y del país, trabajadoras y trabajadores que se desempeñan en otras funciones. La pesada herencia que permitía tener más de una opción laboral. En LRA 3 sólo se intimó a Urban a elegir por una fuente de empleo, eso se define como persecución ideológica.
El despido de Urban desató en sus compañeros, compañeras y colegas una cadena de solidaridad y repudio por el accionar del macrismo. Inmediatamente los medios locales dieron cuenta de la injusticia de la que es protagonista este trabajador de prensa, y el PRO redobló su apuesta, comenzó a investigar a todos los trabajadores de la emisora y anunció dos despidos más.
La desvinculación de este periodista con la emisora se da en el marco de una serie de irregularidades tales como la falta de un sumario previo, la oficina anticorrupción no investigó esta supuesta incompatibilidad y el antecedente que en 2012 lo habían intentado despedir con la misma figura, la respuesta del trabajador fue similar, pero la intencion del gobierno ahora, es otra.
La alianza Cambiemos quiere silenciar las voces disonantes, pretenden darle una lección a todas/os aquellos periodistas que desde su poderosa arma, el micrófono, pretendan contar las verdades de este presente. La alianza Cambiemos quiere implementar el miedo en las y los trabajadores, quiere coartar la libertad de expresión y de acción política, el retroceso es inmenso.
Cambiemos atenta contra los derechos de las y los argentinos, desafía al pueblo argentino metiendo la mano en la mesa de las familias, quitándoles las fuentes de empleo, poniendo en riesgo el plato de comida.
Nuevo Encuentro, repudia el despido de Javier Urban y de todas y todos los trabajadores de prensa de nuestro país que están siendo violentados con el objetivo de silenciarlos. Exigimos su inmediata incorporación y señalamos como responsable político de este hecho al jefe de estado Mauricio Macri y el Secretario de Deportes de la Nación Carlos Javier Mac Allister, hombre de Macri en La Pampa.