Una Iglesia en recuperación

Por Mario A. Higonet

Coincidiendo con declaraciones de este “algo revolucionario” Papa Francisco, quien expresó “es el dinero quien manda en el mundo, no el hombre”, extiendo mis pensamientos particulares al respecto de este mensaje.

La Iglesia es una institución que en muchos años de la historia relacionada con el hombre, tuvo una destacada participación en el poder, efectuando contratos sociales con quienes ocupaban “el trono”, y expandiendo un mensaje pacificador a la masa social con el justificativo de “porque Dios lo quiso”.

Hoy esta institución ha perdido mucho crédito y número de creyentes seguidores –en especial católicos-, dado este clima “desacralizado” y profano generado desde la mediatización tecnológica. También es influyente el mensaje de ciertas culturas no occidentalizadas, donde aparecen otras figuras rectoras con un mensaje parecido, y contratos sociales similares.

Por eso a mi entender, el arribo al cetro papal de nuestro entonces obispo argentino Jorge Mario Bergoglio, tiene como objetivo primordial recuperar adhesiones perdidas, y emitir junto a las prácticas de rutina otro mensaje con sonidos “realistas” , además efectuar una mirada terrenal a nuestro presente. No es sorprendente el accionar de Francisco, quien se muestra en distintos escenarios “pateando el tablero”, generando con sus fieles un clima cálido mientras que en el Vaticano están “acomodando” su curriculum institucional.

Es positivo a mí entender, también natural dado el origen de este personaje, que alguien ocupando un cargo de dimensiones extraordinarias se muestre en contacto rutinario con quienes sostienen a la institución que representa. Sabe es necesario y creo lo está emitiendo, su mensaje sirva para que ese público advierta donde están las diferencias, y ese elemento dinero sostenido cada vez por menos gente, tenga distribuciones generosas para “achicar la brecha”.

A modo de epílogo de esta modesta expresión –puede generar opiniones diversas y distintas (es mi cometido)-, estoy reconociendo el protagonismo de la Iglesia, hoy encabezada por un Papa con rasgos humanitarios, y que está elevando otro mensaje hacia quienes son los conductores de este mundo monetario. Mientras tanto con ese comportamiento agradable y natural, puede ir recuperando el número de fieles seguidores, quienes deben advertir son el sustento de esa institución, hoy algo desacreditada en un terreno planetario con rasgos más profanos.-

 

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