Hasta siempre José…
Son las tres de la mañana. Mientras me obligo a escribir, abajo corren algunos autos, y el lavarropas muestra un leve quejido por la sobrecarga. Hace unas pocas horas mi vieja llamaba para comentarnos de la partida de José. Habló mi hermano. “Pobre viejo“-dijo y me miró. Quién era el desafortunado pregunté al instante.“Gozza… se murió”. Silencio.
José Gozza era amigo de la familia y me llevó tiempo entender por qué sino éramos parientes, José se comportaba como si lo fuera. Mi vieja también lo trataba raro, como con confianza y respeto, como que se conocían de hace mucho y había cosas que podían decirse. Así, José aparecía pasadas las doce en todos los años nuevos, y cada 3 de febrero caía a casa o llamaba por teléfono a mi madre, por el día de su cumpleaños. Nunca falló, y si lo hizo, debió haberse disculpado. Mi Madre me ha contado muchas historias sobre José, pero esas historias son de ella. Contaré la mía.
La última vez que fui a Guatraché no fue hace tanto, un par de meses, quizás menos. Creo haberlo visto. Ahora que me acuerdo si, hasta lo saludé. Estaba en la pizzería. Me levantó la mano desde la mesa y me llamó como solo él lo hacía (y no sé porqué) “Lautarín”. En viajes anteriores habíamos charlado ratos más largos. En uno de los últimos me contó su entrada al campo de juego en la final del mundial ´78, y también de algo que comenzábamos a tener en común: el periodismo.
“Yo soy periodista” me confió serio, aquella vez. Ante tal revelación, lo miré como desconfiando. Él que se dio cuenta, volvió hacia atrás: “Eh…bueno… fui periodista” y nos reímos. La curiosidad era un factor común entre los dos, así que José comenzó a relatar y yo a preguntarle. Era extraordinario escuchar como hacía para entrar, para no pagar, para llegar hasta tal pueblo o ciudad, sin chapa, ni dinero. José no conocía el miedo y hace mucho tiempo le habían arrebatado la vergüenza, creo que esa combinación era su gran secreto. Me dijo que había trabajado como corresponsal para dos diarios, uno de Buenos Aires y otro de Bahía Blanca, y que además de la fotografía, él escribía. “Cuando pasaba algo acá yo lo anotaba y salía para Bahía Blanca. Ahí me daban una máquina de escribir, me decían que tenía tanto tiempo, y yo armaba la nota. Pero imagínate que acá, mucho no había para hacer”. Ahí se me ocurrió que, a lo mejor, a falta de cosas por contar de Guatraché, José haya decidido viajar.
Recuerdo haberlo visto no hace tantos años haciendo dedo en alguna caminera, viniendo de Santa Rosa o Bahía Blanca. “Yo me conozco casi todo el país, y a Buenos Aires te lo camino de punta a punta” decía el viejo orgulloso. Lo cierto es que no era raro cruzarse a Gozza en los lugares más inesperados. Hay múltiples historias que pueden dar fe de esto. Anécdotas de vacaciones en la playa o lunas de miel alejadas en las sierras, en las que aparecía, mágicamente, justo y por allí, Gozza.
Ahora bien, volviendo al José reportero gráfico/fotógrafo, es curioso, que si bien su producción es basta, nadie sepa o conozca, si es que existen, las arcas con el material que él ha guardado durante todos estos años. Luego de haber retratado a más de 10 presidentes, de haber congelado los festejos del fútbol local y nacional, y haber presenciado quién sabe cuánto acto, desfile o cumpleaños se le presentara, la obra de José nunca fue expuesta como se lo merece. Probablemente, como buen periodista, haya preferido reservarse alguna información. “Tengo que ordenarlas, después si quieren armamos algo”, le oí decir, una vez que alguien le recriminaba sus celos por las fotos.
A veces pienso, que la obra de Gozza está en la gente. Que fue más astuto de lo que creo, y que se encargó de repartir la obra. Así, en la sumatoria de imágenes particulares, en esa foto movida y de prepo en algún festín de jubilados, en ese partido amistoso contra Sportivo en el verano del 74, y en el bautismo de quién sabe qué angelito, está parte de su vida.
No sé si llamarlo personaje, no me gusta. El personaje es en teatro, otro en la piel de uno, y José, fue José en la piel de José. Me gusta más protagonista, es decir, el que estuvo ahí, el que vio, el que participó. Protagonizó asados de unidad básica, campeonatos de Pampero y Huracán, y desfiles con autoridades provinciales. Protagonizó fiestas privadas, eclesiásticas, y eventos históricos como el 17 de octubre de 1955 en la mismísima plaza. Protagonista y punto.
Me pregunto cómo surgen los personajes, como se construye el consenso que les otorga esa cualidad. Pienso en los demás personajes, y en como los cuidamos o los soslayamos. Llego a la conclusión de que, estos tipos son productos de la cultura popular, del amontonamiento y el baile, de los discursos políticos y los males nuestros de cada día, del fútbol y los santos sacramentos, de las noches más que de los días, de los bares más de las cenas aniversario.
Cada guatrachense tendrá una anécdota distinta con José para contarse, entretenerse y recordarlo ahora que no está. Yo elegí contarme esta, la del periodista clásico, del corresponsal olvidado, del fotógrafo aventurero, del familiar que no era, del peronista leal.
Su vida puertas adentro, estuvo siempre cargada de cierto misterio y misticismo, no creo que alguien haya logrado desentrañarlo. La otra vida, la del Gozza público, la del hombre de ambo marrón gastado y boina, del viejito de cámara y bolsas de nylon en la mano, la armamos nosotros, los que quedamos acá.
No había distancias imposibles para José Gozza, de 83 años, fotógrafo ilustre de Guatraché. Es por eso que en su último viaje, no le hizo dedo a nadie, no rezongó, y a las tres y media de la tarde, cuando nadie lo estaba mirando, miró hacia el techo y se dijo: “el cielo no debe quedar tan lejos”- dejó la cámara y se fue.
Hasta siempre José…
Lautaro Bentivegna
Guatraché llora a Gozza. Un testigo presencial de la vida del pueblo, siempre paradito a un costado de la historia. Chau José! Saludos a Vicente!
FE DE ERRATAS: Donde dice 1955, debería decir 1945. Día de la lealtad justicialista. Disculpas!
Hermosa nota Lautaro, que bueno ver que un joven tenga tan lindo sentimientos.
Muy linda memoria. Gracias!!! Y mi adiós para don Gozza quien se convertirá en un recuerdo imborrable para todos los que de alguna manera lo conocimos, los guatrachenses. Fue y será para siempre una partecita de la historia del pueblo.
Me gusto todo lo que dijo Lautaro, es un buen reconocimiento.
guillermo sanchez
Felicitaciones, Lautaro. Tu nota me pareció excelente, creo que llegaste al alma
Cuánta razón tenés Lautaro! Don Gozza no fue un personaje…fue un verdadero protagonista que vivió su vida con la libertad como bandera, con una brújula descompuesta pues cualquier lugar era su norte y le venia bien y con un ancla bien pesado llamado Guatraché!
Entre la nota de Lautaro, la presentación brillante de la presidenta… hoy ha sido un dia para marcar en el calendario…. Renovar la esperanza y la alegría… Sí, que se puede
MARIELA
JOSE TE VOY A EXTRAÑAR, PARA MI , SIEMRE FUE UN PLACER LLEVARTE EN EL AUTO O SALUDARTE CON UN BESO, COINCIDO CON LAUTARO EN QUE LO LLAMEMOS PROTAGONISTA Y NO PERSONAJE, ME ENCANTO TU NOTA LAUTARO. A PESAR DE NO SE NATIVA DE GUATRACHE ME ENCARIÑE MUCHO CON GOZZA.
ADIOS JOSE!!! UN BESO PARA LAUTARO
Brillante tu nota Lautaro.- Te felicito . Y el recuerdo y un adiós para José.-
BRILLANTE…
ESPERANZADOR…
Desde muy chica conocí a LOS HERMANOS GOZZA, ya que vivíamos en la misma cuadra,las fotos de mis 15 años me las sacó él, se imaginan el lío que se armaba hasta que nos acomodaba a todos quietecitos!!!! sino no gatillaba.
Cuando me casé seguí viviendo en el mismo barrio, y con mi esposo habíamos comprado una bici “aurorita usada”, en las noches de verano salíamos los dos a andar por el pueblo, ¿con quien nos encontrabamos?… con los hermanos Gozza, allí charlabamos porque siempre tenían alguna anécdota risueña y nos gustaba escucharlos.
Ambos fueron protagonistas de sentimientos encontrados:irradiaban miedo (a algunos niños se les decía: si te portas mal te va a llevar V. Gozza), ternura, respeto, rabia, pobreza, metiche, etc. pero hay algo que no me cabe duda es que ellos vivieron la vida que quisieron, y a su manera.
El pueblo de Guatraché los aceptó porque fueron “AUTENTICOS Y CONSECUENTES”.