Son cuatro mujeres y cuatro hombres que estaban desocupados y hoy están fabricando bloques para la construcción, en la bloquera ubicada en calles 21 y 52. Se organizaron en el Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) y apuestan al trabajo colectivo como forma digna de vivir.
En julio inauguraron la bloquera pero lo primeros ladrillos no salieron muy bien. Recién en agosto, la producción fue considerada óptima, con las medidas exactas y el tiempo de fragua justo. Y ya vendieron sus primeros productos.
El desarrollo de la colocación de los ladrillos en el mercado es la pata más floja, aunque según indicaron tienen el precio más bajo y la mejor calidad. Ya tienen unos 3000 ladrillos en stock. Por la mañana trabajan cuatro mujeres y por la tarde cuatro hombres. No hay diferencias a la hora de mover los brazos para ganarse el pan de cada día.
Aún no viven de los ingresos de la bloquera, pero hacia ese camino van. Contaron con la ayuda del municipio local que proveyó maquinarias, pero sobre todo con la voluntad de autogestionarse un trabajo digno que les permita mantener a sus familias.
El MTD tiene además, organizados otros productivos. El primero fue la huerta comunitaria, en el mismo predio donde funciona la bloquera. Luego fue el turno de la panificadora y de la textilera, ambos proyectos gestionados y administrados en forma de economía solidaria. El camino es duro, los avances son lentos, pero de a poco, estos hombres y mujeres se van creando lo que la sociedad les negó: la posibilidad de vivir dignamente de su trabajo.
Fuente InfoPico