Bajo el régimen de las cuentas ordenadas
¿Hay una escuela “pampeana” de la administración pública?
Durante 32 años el Ministerio de Hacienda fue ocupado por contadores públicos formados en esa estructura. Una impronta de cuentas ordenadas, deuda nula y reservas anticíclicas, destacada a nivel nacional, aunque ese perfil hoy reciba críticas. La incidencia de los egresados de la UNLPam.
Norberto G. Asquini
Todos los ministros de Hacienda de la provincia desde la recuperación de la democracia en 1983 han sido contadores públicos egresados de la Universidad Nacional de La Pampa, los que han hecho carrera previa dentro de esa estructura administrativa. Oscar Mario Jorge (1983-1989), Osvaldo Dadone (1989-1993), Ernesto Franco (1993-2007), Ariel Rauschenberger (2007-2011) y Sergio Violo (2011 a la fecha) se han sucedido al frente de la cartera económica en las últimas tres décadas. Y con una particularidad: quien asumía el cargo de ministro había sido anteriormente subsecretario, o segundo, del titular saliente. Todos compartieron el área y se “formaron” con su antecesor, haciendo carrera en diferentes cargos políticos. Por ejemplo, Rauschenberger fue tesorero antes de ser subsecretario de Franco y Violo fue secretario de Hacienda de la municipalidad santarroseña con Jorge y subcontador general con Franco. Además, Jorge, Franco y Dadone son, o fueron, docentes de la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas de la UNLPam.
“Escuela pampeana”
Los nombrados tienen un perfil claramente marcado. En ese sentido, podría hablarse de una “escuela pampeana de la administración pública”. Aunque no todos coincidieron temporal y hasta políticamente -Franco nunca trabajó con Jorge y hoy es asesor de Carlos Verna-, sí tuvieron lineamientos generales compartidos de cómo administrar los fondos públicos. Además, esta “escuela” se ha formado dentro de la estructura de Hacienda, más que en las cátedras de la UNLPam, sobre todo con el aporte de empleados de la administración pública.
La cartera económica no es una más. Los gobiernos justicialistas en la provincia basaron su gobernabilidad política, más allá de su capital electoral, en lo que llamamos el “PJ de la normalidad”, la estabilización económica, herramientas para soportar las crisis, con la utilización oportuna de sus reservas como política anticíclica. Salvo en la época de la crisis hiperinflacionaria en tiempos de Néstor Ahuad, no se dejó de pagar los sueldos. Y pese a los casos de corrupción que se sucedieron en otras áreas que escapaban a su control, como ocurrió con Bienestar Social o el IPAV durante el marinismo.
Perfil propio.
En ese sentido, La Pampa ha sido ejemplo a nivel nacional, y así lo destacan especialistas y funcionarios de otras provincias, del manejo económico-financiero de las cuentas públicas por mantenerlas ordenadas con un presupuesto equilibrado. Prueba de ello es que han sido elegidos por sus pares como presidentes de la Comisión Federal de Impuestos -Jorge, Dadone y Franco en tres oportunidades-. En ese sentido, se sostuvieron los fondos anticíclicos -que en otras provincias están determinados mediante una ley- y los resultados positivos -aunque en los últimos años hubo déficits-, y nunca hubo endeudamiento externo salvo para grandes obras de infraestructura.
Por supuesto, ese perfil también ha recibido críticas, hasta de los mismos profesionales y cada vez con mayor insistencia, porque se considera que esa concepción es muy tecnocrática y que la mirada administrativista que prioriza el orden de las cuentas no genera políticas de producción al poner el acento en la restricción de las cuentas. Pero además, porque a pesar de la corrección financiera, esto no ha generado “premios” del gobierno nacional que sigue rescatando a las provincias endeudadas.
Tendencia.
Los contadores siempre estuvieron presentes en los cargos políticos de la provincia -Luis Roldán llegó a ser ministro de Educación y otros ocuparon lugares en Rentas y Contaduría-. Aunque en la última década, con la llegada de Jorge a la gobernación, el primer mandatario que ostenta ese título, pareció que comenzaron a avanzar en otros espacios, sobre todo profesionales de confianza del mandatario. Los titulares del Banco de La Pampa tienen ese título, como ocurrió después de Jorge con Laura Galuccio y Diego Aguirre -ex subsecretario de Hacienda-. Y de hecho, el 15 por ciento de los funcionarios del organigrama provincial -y el 21 por ciento de los que tienen un título universitario- hoy son contadores públicos.
El lugar de la UNLPam.
Entre 1964, con la primera promoción de contadores públicos de la UNLPam hace cincuenta años, y los que están previsto que lo hagan este año, egresaron 1.816 profesionales de esa casa de estudios -de estos 183 en la etapa en que era provincial-. Una carrera tradicional que siempre tuvo afluencia de estudiantes, pero que también siguió las tendencias del mercado laboral de la provincia. Actualmente, un contador público, Sergio Baudino, es rector de la universidad en su segundo período.
En la década de 1970 hubo 300 egresados; en la de 1980 fueron 387; y en la de 1990, 313. En la década de 2000 aumentaron a 494 y entre 2010 y 2014 ya suman 259. En el año 2010 se dio la mayor cantidad anual de graduados con 82. La carrera se caracterizó por su nivel de exigencia, si bien en los últimos años comenzaron a flexibilizarse algunas cuestiones académicas.
En tanto, hay actualmente 1.034 matriculados en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de La Pampa, y el 80,5% son graduados de la UNLPam. La mayoría están geográficamente distribuidos en Santa Rosa y Toay, donde se encuentra el 62,4% de los miembros, el 15,2% ejerce en General Pico y el 22,3% en el resto de la provincia y jurisdicciones vecinas. Además, el 57,3% son varones y el 42,7% mujeres.
¿Sector público o privado?
Desde la casa de estudios se indica que los contadores públicos salidos de la UNLPam en su mayoría se insertan en el sector privado, ya sea en empresas o en estudios propios o no, y algunos llegaron a tener cargos a nivel internacional -como el caso de una asesora de la ONU en Suiza-. De hecho, la mayoría de las empresas tiene profesionales egresados de la UNLPam, como ocurre con las cooperativas. Otros consultados no comparten esta visión, y titulares de estudios afirman que no hay tanta disponibilidad en los últimos años ya que muchos prefieren ingresar al ámbito público.
La administración pública se nutrió con el aporte de cuarenta promociones. En la década del 90 empezó a ingresar una nueva camada, ya que en los años previos hubo un bache de profesionales en lugares técnicos ya que muchos elegían la Justicia o al Banco de La Pampa. Ese desfasaje se fue cubriendo a fines de los años 90 y la década de 2000, cuando muchos estudiantes comenzaron a ser contratados por cuatro años por el gobierno mediante pasantías y muchos después quedaron en planta. El caso del titular del BLP, Aguirre, es emblemático en ese sentido: fue contratado, se recibió e ingresó como empleado, fue nombrado luego subdirector y llegó a subsecretario de Hacienda. Esto se discontinuó en los últimos tiempos, ya que desde 2010 los contratos por pasantías no pueden ser superiores a un año. De hecho, la tendencia en la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas en los últimos años es el ingreso de abogados a la Justicia, más que de contadores a la esfera pública.
Un poco de historia.
En 1955 fueron incorporados a la administración pública los primeros contadores públicos nacionales con títulos universitarios: Leopoldo Casal y Carlos Sáez, llegados desde Bahía Blanca, y Eduardo Insausti, de Buenos Aires. En 1957, un relevamiento de profesionales en la provincia indicaba que había solo seis contadores públicos en el territorio. Cuando asumió el gobierno el entonces radical intransigente Ismael Amit, nombró como ministro de Economía y Asuntos Agrarios a Eduardo Cazenave, el primer contador que ocupó esa cartera. Poco después, el mandatario separaría de sus cargos por diferencias políticas al contador general Casal, al titular del Tribunal de Cuentas Insausti y a Sáez.
En 1958 se creó la Universidad de La Pampa, entonces provincial, y comenzaron a llegar docentes y profesionales, y algunos de ellos se instalaron en la provincia. Varios tendrían una carrera en la administración pública y otros ámbitos, como Ricardo Telleriarte, que llegaría a ser decano de la Facultad de Ciencias Económicas y gobernador de facto en 1982.
Escuela de formación.
Recuerda la historiadora Silvia Crochetti que la idea de la creación de la UNLPam fue hacer un centro universitario de carácter regional cuya finalidad era, en tiempos de políticas desarrollistas, el desarrollo de la ciencia para asegurar el progreso y la independencia económica. Por un lado, formar profesionales idóneos en materia contable para el sector privado y sobre todo para la administración pública; y por otra, técnicos e investigadores en las disciplinas agropecuarias.
Varios empleados de la administración pública comenzaron a cursar la carrera entonces y otros que ingresaron a la universidad después fueron incorporados al Estado cuya planta aumentaba de a poco. Entre los primeros egresados en la casa de estudios provincial en 1964 estuvieron Oscar Jorge y Roberto Vassia. Ambos fueron parte de quienes hicieron la carrera administrativa desde abajo, tanto en gobiernos democráticos como de facto, llegando luego a puestos políticos. De hecho, Vassia sería el primer ministro de Hacienda egresado de la UNLPam que tuvo La Pampa en 1971, durante el gobierno de Angel Trapaglia.