Cambiemos, y el temor al sálvese quien pueda en los pueblos de La Pampa


Cambiemos, y el temor  al sálvese quien pueda  en los pueblos de La Pampa

Por Norberto G. Asquini

Entre los dirigentes provinciales de Cambiemos hay una preocupación que surgió en las últimas semanas: el desdoblamiento del desdoblamiento. La posibilidad de que en los pueblos se conformen juntas vecinales del mismo espacio para neutralizar en lo local la influencia de la elección provincial y que se retraiga así votos a la lista para gobernador y diputados provinciales.

Estrategias defensivas: pros y contras

Por ahora son temores de la dirigencia provincial ante cierta especulación de algunos actores locales frente al actual escenario tanto provincial como nacional. Todo el espacio opositor al PJ está en estado deliberativo frente al vértigo político y económico de las últimas semanas. El dólar, las tarifas, los cuadernos K, todo hace más difícil cualquier decisión. El malestar es moneda corriente y se estiran los tiempos de las definiciones.

En algunas localidades, hubo radicales que comenzaron a analizar la posibilidad de conformar juntas vecinales para enfrentar al PJ por los cargos municipales. Una estrategia defensiva y de preservación. Estos partidos municipales tienen la ventaja local de separar las lógicas locales de la confrontación provincial y del escenario nacional, y evitar así dividir votos propios. Sobre todo cuando puede haber una interna en Cambiemos en lo provincial. Es una manera de resguardarse de los vaivenes nacionales y de las acciones por ahora en baja de una lista no peronista en la Provincia.

Pero a la vez, una decisión de este tipo le quita votos a Cambiemos al no tener el empuje de lo local y debilita la lista a gobernador y diputados provinciales, y permite además que se potencie el voto al PJ al dejarle el campo libre.

La neutralidad sirve en lo local, y dispara al corazón mismo de Cambiemos al quitarle competitividad en lo provincial. Esta posibilidad se analiza en intendencias gobernadas por radicales, que quieren retener el gobierno local y observan que podrían perderlo ante la situación económica, una lista debilitada de Cambiemos en la provincial y un PJ unido. Es la lógica del “sálvese quien pueda”. No es nuevo que los intendentes no quieran internas en sus propias filas y que no pongan tanto énfasis en apoyar las listas propias nacionales y provinciales, si con eso mantienen a sus votantes.

Lugares en los que se analiza

Para algunos dirigentes radicales, la conformación de juntas vecinales es un temor fundado y se los ve preocupados. En una interna de Cambiemos, la UCR perdería votos con ese escenario local de neutralidad. Para otros referentes del mismo partido, estas manifestaciones separatistas son apenas contadas y muestras de una disconformidad que no tendrán efecto en la realidad. Por supuesto, los radicales apuntan a que desde el PJ se está alentando esta estrategia para reducir el caudal opositor provincial y sacar diferencia en 2019. Esta idea de las juntas vecinales, ¿muestra una rebelión de las bases de la UCR? Para algún dirigente no, ya que la realidad política pueblo por pueblo es muy variopinta. Pero esto no logra esconder el dilema de la dirigencia radical de cómo contener a esos descontentos.

Los radicales de Guatraché lanzaron la advertencia más seria. No quieren a Cambiemos y prefieren una junta municipal. Desde la dirigencia provincial afirman que es una cuestión muy localista y específica: la UCR se ve amenazada por el Pro (ese Departamento ha sido un bastión amarillo en las últimas elecciones) y temen perder la intendencia. No es ninguna novedad que algunos radicales del interior no quieren abrir las listas a los macristas, y menos luego de las performances locales de 2017, en las que fueron superados por el candidato amarillo Martín Maquieyra.

Las conversaciones para ver la posibilidad de juntas vecinales se han dado en lugares como Eduardo Castex o Jacinto Arauz, lo que no significa que vayan a constituirse. Y desde el PJ un alto funcionario deslizó al autor que podrían llegar a conformarse en Embajador Martini, Larroudé, Monte Nievas o Quehué. Todas intendencias radicales. El justicialismo no es inocente en esto.

Cambiemos quiere la marca nacional

Por su parte, desde Cambiemos-Pro han sido enfáticos: quieren la marca Cambiemos en todos los lugares posibles. Un alto dirigente de ese sector afirmó al autor que no se va a autorizar a ninguno de los partidos que integran esa coalición (los de Propuesta Federal) a firmar para dar el aval de conformar juntas vecinales. Saben que es una estrategia “destructiva” hacia adentro y que fortalece al PJ: todavía apuntan a la “traición” del intendente Hugo Kenny en 2017, ya que en esa localidad cayó Cambiemos, y los votos perdidos en esa apretada elección dejaron afuera del Congreso a la segunda de la lista, precisamente una radical oriunda de Victorica.

El dilema Cambiemos también se mete de lleno en las juntas vecinales que gobiernan localidades grandes de la provincia. En Victorica se quiere conformar Cambiemos para competirle a la Alianza, aunque el radicalismo local se resista. En Intendente Alvear está la disputa interna en el Frente Vecinal Alvearense entre el intendente Francisco Traverso, del radicalismo, y el ex Eduardo Pepa, del macrismo. El primero quiere repetir y el segundo piensa en un posible regreso al cargo. ¿Se mantendrá el Frente o directamente se llamará Cambiemos? En General Acha la Unión Vecinal llega con las acciones en baja y podría haber un solo candidato de Cambiemos para enfrentar las elecciones de 2019.

Por ahora, todo es teoría. Los dirigentes locales de la oposición al PJ hacen números, y observan que estos no les dan en su localidad mientras la economía macrista no repunte. Todos esperan que el país mejore a fin de año. Si no, cualquier decisión electoral va a ser más que complicada.

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