Unidad arriba, dispersión abajo


Unidad arriba, dispersión abajo

Santa Rosa: los candidatos incómodos y los estados alterados
Verna necesita la unidad y Jorge da muestras de reconciliación. Pero las internas y las primarias dejaron heridos y un territorio inhóspito en Santa Rosa. Hay revanchismo y resentimiento en algunos sectores, pero el PJ se va reacomodando.

Norberto G. Asquini

Pasaron las internas del 5 de julio y las primarias del 9 de agosto, pero el peronismo pampeano continúa convulsionado. Hay que especificar: el epicentro de este escenario es Santa Rosa, la ciudad que parece “tierra de nadie” para el PJ. Es que hubo quienes ganaron elecciones, o que quedaron en una situación de primacía, pero no hay un sector que predomine territorialmente. Carlos Verna ganó las internas para gobernador, pero su sector perdió en las primarias frente a la lista K. Oscar Mario Jorge se impuso en los comicios para intendente, pero deberá compartir boleta con Verna.

La coalición de Peronismo Pampeano -vernistas, marinistas, tiernistas, larrañaguistas, robledistas- perdió en la primaria con los kirchneristas y jorgistas, pero éstos quedaron afuera del reparto de cargos. En ese encastre de líneas, sectores, agrupaciones y dirigentes se asienta el peronismo. Un veterano dirigente del PJ que sabe estar presente en los pliegues de los acuerdos afirma sobre este escenario que la verdad está siempre muy repartida, cada cual tiene un pedacito de verdad y el resto es ficción.

Recomponer relaciones.

El PJ comenzó una etapa de reacomodamiento hacia octubre, con candidatos a intendentes que se alinean a la boleta de Verna. Pero esto no significa unidad o reconciliación en todo sentido. Los consensos en torno al nuevo statu quo empieza a tomar forma y empiezan a hacerlo desde el vértice para derramarse: Verna acalló su diatriba apenas terminada la interna, Jorge bajó el tono y comenzó a apaciguar las aguas. Verna y Marín se reunieron para afrontar la campaña, restablecer relaciones con el candidato a presidente Daniel Scioli y recomponer la situación con el gobernador Jorge, aunque esto no siempre es fácil. Se prepara el escenario apropiado para confrontar a la oposición, polarizada en Propuesta Frepam.

Por supuesto, no es fácil el proceso para llegar juntos al 25 de octubre.

Boletas incómodas.

Quienes compartirán boleta se acomodan. Esto no significa que no haya resentimientos y diferencias hacia abajo. Hay candidatos incómodos. Lo fueron los kirchneristas en las primarias para el vernismo-marinismo, a quienes reclamaron una y otra vez que se bajaran. Lo será Jorge como intendente para muchos de Peronismo Pampeano que les resulta molesto votarlo. Otros compartirán la misma boleta como los diputados provinciales, donde ya hay divisiones y se sacan cuentas sobre lo que ocurrirá en la próxima Legislatura. La Cámpora se quedó sin lugares tanto en la Cámara como en el Congreso, y ahora es a Jorge Lezcano -que sí tendrá un lugar- a quienes apuntan los del sector del vernismo-marinismo.

Fue también Daniel Scioli un candidato incómodo para algunos en la boleta presidencial. Hubo vernistas y marinistas que lo votaron como el postulante del PJ a la Casa Rosada, pero otros que cortaron esa boleta. Los 10 mil votos de diferencia entre la lista presidencial y la de senadores no fueron una casualidad, sino una muestra de la molestia con el gobernador por acordar con la Presidenta y de apoyar al jorgismo en la interna. Y era un mensaje del vernismo: tiene que acordar con Verna si asume como presidente.

Pero no solo entre líneas hay diferencias y contradicciones. El ministro de Bienestar Social, Raúl Ortiz, ya había tomado una posición distante de las primarias y le dio la espalda a la lista K, mientras el secretario Fabián Bruna fue el jefe de campaña de ese sector manteniendo su postura de respaldo al proyecto nacional. En el gobierno provincial, hubo y hay dos posturas.

Tal vez una de las causas de su derrota en la interna. Difícil sopesarlo ahora.

La disputa actual.

La disputa en Santa Rosa muestra la fragmentación y dispersión del peronismo local. No es una novedad. Verna nunca pudo hacer pie y tuvo que confiar en los respaldos de Luis Larrañaga y Juan Carlos Tierno como colectoras para jefe comunal, dado que no pudo poner a nadie de su sector. El marinismo jugó finalmente con Larrañaga, que salió tercero. El jorgismo ganó para disputar la intendencia, pero perdió para la gobernación. El kirchnerismo ganó el 9 de agosto, pero se quedó sin espacios institucionales y raleado del PJ.

La confrontación actual es de baja intensidad porque está amainando en la cúpula, pero tiene su repercusión mediática. Mientras las aguas se calman hacia arriba pensando en octubre, el marinismo, La Cámpora y Lezcano se enfrentan por ver quién tiene más poder en Santa Rosa.

Una pelea menor azuzada por el revanchismo -los mismos dirigentes lo admiten- y por quienes no pueden digerir la derrota. Lo que la realidad muestra con estos cruces es el empate de posturas y las debilidades de quienes juegan a quedarse con el cartel. Provocaciones, desprecios, agresiones, descalificaciones son parte de la disputa de espacios de poder mínimos, pero también propio de viejos resentimientos acumulados en estos últimos años. La falta de concejales de un sector y del otro muestra lo inhóspito que ha sido el terreno santarroseño para muchas aspiraciones. Por supuesto, cada uno tendrá su cuota: el marinismo tendrá cargos legislativos en la provincia, el kirchnerismo los organismos nacionales.

Voto fiel y fuga.

Pero el poder pasa por otro lado: Verna apuntando a Casa de Gobierno y Jorge a la municipalidad. El senador necesita la unidad para un triunfo. Ya pasó la confrontación y vienen tiempos de apaciguar. Hasta quienes oficiaron de “jetones” en su momento y fueron acusados de apretar intendentes jorgistas y ahora se han callado, tal vez pensando en preservar el cargo de ministro que han pedido o les ha sido prometido.

Verna parte de 55 mil votos como piso, a los que se sumarán muchos otros que apoyaron a Compromiso Peronista. Apuesta a la fidelización de las adhesiones peronistas por sobre la fuga de votos kirchneristas que se podrían ir al Frente Pampeano para la Victoria. Desde su entorno afirman que eso está controlado y que el peronista votará la boleta del PJ. La tendencia es inequívoca: los comicios para cargos ejecutivos conllevan un voto más conservador, la personalización de la política lo tiene a Verna como uno de sus actores principales por las expectativas y adhesiones que genera, encabezará la lista el presidenciable más votado en las primarias y la legitimidad electoral del justicialismo es casi indiscutida en La Pampa.

Jorge será en octubre el candidato incómodo, pero Verna más allá de los enconos personales supo considerar cuáles eran los mejores medios para sus fines. Si pudo cerrar con Larrañaga y Tierno, después de que ambos dispararan duras agresiones sobre su persona, para ganar una interna, sabrá restaurar una relación con el jorgismo que cimente una victoria en octubre.

Deje su comentario en Facebook

Acerca del autor

author-avatar
soporte