Opinión: Un descargo ante alguien dolido.

Por Emanuel Baretto

Estas son las líneas que me sentí en la necesidad de escribir anoche luego de volver de la plaza ante el fallecimiento de Nestor. Es mi sentimiento como joven, como kirchnerista, como estudiante de historia. Estas son la razones de mi congoja:

¡Qué difícil expresar tanto dolor en este momento! Es imposible poner en palabras el sentimiento de alguien que comenzó a vivir la política en 2001, de quien empezó a creer en la política y en el país cuando un presidente allá por el 25 de mayo del 2003 escuchó al pueblo. Si, lo escuchó! Y no sólo eso, sino que lo entendió, lo comprendió y decidió hacer eco de su voluntad. No lejos estaba el “que se vayan todos” y, sin embargo, en poco tiempo devolvió la esperanza, la fe y la sonrisa al pueblo argentino.

Un presidente que asumió la conducción del país en la crisis económica-social más profunda de la historia nacional y con el colapso del sistema partidario.

La pobreza, el hambre acuciaba al 57% de los habitantes y la indigencia rozaba al 30%; se salía de la devaluación, comenzaba la convertibilidad y asechaba el default. El tema del día era cuanto había subido el riesgo país. Mientras tanto la desocupación llegaba al 25%, el PBI caía un 16% y el salario real un 25%. A eso respondió en sólo 4 años con un crecimiento anual del PBI del 9%, la desocupación bajó al 9,5%, la pobreza al 30% y la indigencia al 12%… y pese a esto jamás se cansó de decir que faltaba, por supuesto que faltaba… aun no conforme y en tal contexto se propuso devolver la grandeza a este país: se anularon las leyes de Impunidad, de Obediencia Debida y de Punto Final, se reactivaron los juicios a los militares y responsables de delitos de lesa humanidad, se resignificó la ESMA convirtiéndola en museo de la memoria, se bajó el cuadro de Videla del Colegio Militar, y recientemente el juicio a cómplices civiles como el de Martínez de Hoz. La institucionalización de las organizaciones de derechos humanos es hoy un reconocimiento mundial. No debe olvidarse el enérgico reclamo por las víctimas del atentado a la AMIA.

Qué decir del mundo laboral… en los noventa toda la flexibilización y desestructuración, con la alianza la Banelco; un sector castigado y postergado. A un año de gobierno, Kirchner debió enfrentar 824 conflictos sindicales, fue el más conflictivo desde 1990 (con la hiper), a esto respondió con recompensación salarial y, desde el congreso, con la recuperación de los derechos y protección a los trabajadores. Debe considerarse también la cooperativización de fábricas (fabricas recuperadas y autogestionadas por los trabajadores que habían cerrado por la crisis) que involucró a más de 12 mil familias. Cuando empresas internacionales con apoyo de organismos financieros plantearon subas como el caso de las petroleras Shell y Esso el presidente propuso un boicot, la sumisión ya no era una característica del gobierno nacional.

Ante los conflictos con empresas privatizadas que brindaban servicios públicos respondió a los pocos días de asumir con la no renovación de contratos de concesión de 15 corredores viales por peaje y con que en las nuevas licitaciones no se admitirían empresas que hubiesen iniciado juicios contra el estado, a esto se sumó la reestatización de aguas y cloacas, del Correo Argentino, del ferrocarril San Martin, del espacio radioeléctrico, Aerolíneas y, con Cristina las jubilaciones, con lo que pudo dar una paulatina recuperación salarial a los jubilados, la inclusión de muchos que trabajaron durante toda su vida en negro y que al no tener aporte no recibían nada; brindó también la posibilidad de encarar proyectos como la asignación universal por hijos. No debe olvidarse en este ámbito la intervención del PAMI, gran foco de corrupción de las gestiones anteriores y que generó la oposición de gremialistas como Barrionuevo. Es de recordar la creación (a inicios del gobierno de Néstor) del Ministerio de Ciencia y Tecnología que incluyó la repatriación de gran parte de nuestros científicos emigrados.

En el marco internacional devolvió la dignidad a la Argentina logrando hoy ser modelo: a la semana de asumir le dijo a Köhler que no iba a firmar nada que no podía cumplir, acusó al organismo en la Asamblea de la ONU y en cuanto tuvo oportunidad le pagó la deuda al FMI; a tal política se sumó el exitosísimo Canje (que llevó a una gran reducción de deuda y facilidad de pagos a largo plazo).

Uno de los máximos logros de su gobierno y reconocido por todos fue el cambio de la Corte Suprema, corte que había sido reformada en los noventa ampliando su número para tener un poder adicto y que se caracterizó por sumisión y corrupción; Kirchner la reformó devolviendo su independencia fiel a los preceptos republicanos y la compuso por magistrados reconocidos por sus capacidades, idoneidad profesional e integridad.

El campo internacional fue memorable: el fin de la condena a Cuba, el enérgico reclamo por la soberanía de Malvinas, el fortalecimiento y ampliación del MERCOSUR ante el ALCA, el proyecto de creación del Banco del Sur como contracara al FMI y su reciente presidencia en UNASUR con su histórico accionar ante el intento de golpe en Ecuador. Argentina hoy no reconoce el gobierno que depuso a V.M.Zelaya.

Sin Embargo creo que el mayor logro, el que supera a todos estos es haber vuelto a poner la discusión política sobre la mesa y lo que es más importante aun la revalorización de ésta por parte de la juventud, miles y miles de jóvenes comprometidos por recuperar el proyecto que tantos durante tanto tiempo, décadas, anhelaban: un proyecto nacional y popular con participación del pueblo.

Néstor ya no está pero no nos deja huérfanos, deja un país pujante, democrático y politizado bajo la conducción de una gran presidente. Ante el dolor, fuerza Cristina!

Viva la Patria!

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