Mundial Sudáfrica 2010: “Prefiero comprarme el álbum y las figuritas”.


Me senté a mirar un poco de fútbol, calenté el agua y preparé el mate.  Juegan Inglaterra y Argelia a la hora de la siesta.  Gana Inglaterra fácil –pensé– aunque mi corazón estaba firme con las “Langostas” de Argelia, país revolucionario si los hay en el continente africano. 

Pasé una hora y media adelante del televisor, el agua del mate se me había enfriado apenas pitó el árbitro el inicio.  Un bodrio a la siesta, en Santiago del Estero la pasaron mejor –pensé-.  Los Ingleses parecían en estado de ebriedad y los argelinos era como si recién hubieran visto el sol luego de la peste en Orán.

Fue la gota que colmó el vaso.  Me revelé contra el fútbol-producto de la FIFA, cansado de este Mundial de almas en pena dónde no se si los jugadores están aterrados porque sienten que pesa sobre ellos el futuro político y económico de cada Nación o si fueron a Sudáfrica a sacarle fotos a los leones durmiendo. 

Empecé a repasar a los jugadores que me vendieron como superstars.  Cristiano Ronaldo, wing derecho de Portugal, se inyecta perfume en las venas y se pone un clavel rojo en la oreja antes de entrar a la cancha.  Por la derecha del ataque portugués deja granizo en el pasto sudafricano de 1 centímetro.  Creo que José Saramago vio lo mismo que yo y no estaría mal acusarlo a Cristiano de su muerte.  Antes que a “PerfumitoRonaldo prefiero mirar a Narda Lepez en el Gourmet.

Cara de Whisky Rooney, el Tanque Inglés, máximo goleador de la Liga, es la versión imperialista del Turco Asad.  Se retrasa un poco para pivotear, toca a un lado, al otro, el resto no acompaña, la pelota sale al lateral.  Lateral para los otros –suenan las vuvuzuelas-.  “Emodesesperante cada intervención del (Es)Tanque-Whisky-Rooney.

Francia, La France, los gallos son once pollitos con hormonas sufriendo los 5 grados de Sudáfrica.  Se nota que extrañan el verano europeo.  Parece que ya tenían los pasajes reservados para irse de vacaciones y justo llegó el Mundial y fueron, pero con la condición de entrar a la cancha tres partidos y volverse a París.  La cara de Anelka su goleador lo dice todo, cuando lo filman las cámaras high definition hasta se ven las ovejitas que está contando en su pensamiento.

Otro plantel de restaurante es el Español.  “Mozo: Traigame un Xabi a la Naranja y a mi señora un Iniesta con crema de jamón”.  Una rica comida que no llena nada, muy vistoso plato, decorado con hojitas de menta pero que te deja con hambre.  Toquecito acá y allá del máximo creador del fútbol mundial: Xabi Hernández, flashes y caras de asombro en la tribuna diciendo “Oh! Coño que gran pase le a dado al lateral derecho ese chaval”.  La primera fecha no le dieron cuerda al reloj.

No todo ha sido como los regalos del pesebre de enfrente de la Municipalidad. 

Holanda jugó lindo pero hay que ver si siguen apostando a ese fútbol de free-shop-todo-legal.  Se mueven como adentro de un bar a las cuatro de la mañana, van-vienen-entran-salen-suben-bajan-miran-juegan-corren-bailan.  Para ellos los partidos del Mundial son como ir a un baile aunque nunca llegan a hasta las 6 de la mañana.  Vuelcan la carreta tempranito.  Suelen irse de los mundiales antes de que las velas ardan.

El único que hasta el momento salió del Pro-Evolucion y se hizo carne y hueso fue el enano Messi, que anda con dos alitas en cada botín y tiene movimientos de cuerpo parecidos a los de un ratón.  Ayer parecía que los coreanos estaban barriendo el patio y el “ratón Messi” andaba entre los malvones y se subía a la camelia y bajaba y se le metía en el jazmín del hermoso y bien cuidado patio coreano. 

Messi es el único jugador de este Mundial que prefiero verlo en la cancha a tenerlo en el álbum de figuritas.  Un caso especial que va camino a merecer un análisis genético en el mismo laboratorio dónde enfrascaron a Pelé y a D10s.

Por JS.

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