Liberaron a Hellman, uno de los acusados por el crimen de Cruse en General San Martín


Liberaron a Hellman, uno de los acusados por el crimen de Cruse en General San Martín

Andrés Alejandro Hellman, el detenido por el crimen liberado el martes pasado. Por ahora se desconoce qué pasará con los otros dos involucrados: Franco Gabriel González y Luciano Suazo. Fuerte hermetismo judicial en la causa.

El resultado de las pruebas de ADN relacionadas con los tres acusados por el crimen del kiosquero Gerardo Alberto Cruse en General San Martín ya tuvo su primer coletazo: ahora la Justicia dispuso la liberación de Andrés Alejando Hellman (32).

De todos modos, según pudo saber El Diario, a Hellman se le aplicó una medida coercitiva: deberá permanecer en la ciudad de Bahía Blanca donde reside con su grupo familiar y no podrá regresar a la sureña localidad pampeana ni tampoco tomar contacto con familiares de la víctima y los otros acusados.

La decisión la tomó el pasado martes el juez Héctor Freigedo durante una audiencia de reconsideración, pero recién trascendió ayer tal como informa El Diario en la edición impresa de este jueves.

Por ahora se desconoce qué pasará con los otros dos involucrados: Franco Gabriel González (32) y Luciano Suazo (18). El primero permanece detenido en la comisaría de Bernasconi y el segundo está con prisión domiciliaria en la casa de sus abuelos en la localidad de Abramo.

Tal como informó este diario el jueves de la semana pasada, las manchas de sangre en las ropas que halló la Policía en una cueva de peludos durante un rastrillaje por la zona rural de San Martín dieron como resultado que correspondían a la víctima, pero no hay rastros genéticos en ellas de los acusados por el crimen.

La causa está en manos del fiscal achense, Máximo Paulucci. El juez de control interviniente es Héctor Freigedo.

Incertidumbre

Ahora, la investigación entró en una etapa de incertidumbre que retrotrae la situación al minuto cero: establecer a quién pertenecen las prendas y el resto de los elementos robados el día del homicidio y hallados en una cueva de peludos.

Un par de semanas posteriores al crimen de Cruse, la Policía encontró varios elementos que habrían sido parte del botín que el supuesto asesino se llevó del kiosco, propiedad de la víctima, después de cometer el crimen que conmociona a la localidad de General San Martín.

En un rastrillaje en el camino paralelo a las vías férreas que conducen a Bernasconi y a un par de kilómetros al oeste de San Martín, en el interior de una cueva de peludos, la Policía encontró un par de pantalones con manchas de sangre, un par de zapatillas, paquetes de masitas y golosinas y tarjetas para celulares (unas veinte en total) ya cargadas al o los móviles telefónicos.

El hecho

Gerardo Alberto Cruse era dueño de un pequeño kiosco ubicado sobre la calle Juan Celman, frente al hospital de General San Martín. Su cuerpo fue encontrado entre las 11 y las 12 horas, el lunes 26 de agosto pasado, por un sobrino mayor de edad.

De acuerdo con algunos testimonios que recabó la Policía, Cruse no atendía el kiosco desde el mediodía del domingo. La autopsia practicada por el médico forense Juan Carlos Toulouse al cuerpo de la víctima arrojó que murió como consecuencia de varios golpes en la cabeza.

Además, reveló como dato que la víctima tenía algunos puntazos de arma blanca, un brazo quebrado y que el deceso se produjo entre las 20 y las 21 horas del domingo.

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