Las prioridades de cada gestión entre 1996 y 2013


Las prioridades de cada gestión entre 1996 y 2013

¿En qué gastan los gobiernos del PJ pampeano? 

El gasto en la administración general, en su mayoría sueldos, es alto y va en aumento su participación. Marín tuvo que afrontar la recesión con incentivos a la economía y la salud. Verna priorizó el gasto social y la producción y Jorge seguridad y educación. 

Norberto G. Asquini

El Partido Justicialista ha gobernado la provincia desde 1983 a la fecha. Si bien es un mismo signo político, cada gestión tuvo la impronta del gobernador de turno, ya haya sido su formación abogado, ingeniero, médico o contador público. Cada uno dio prioridad en las erogaciones del sector público a determinado servicio o sector de acuerdo a su perfil como gestionador de la administración pública.

¿En qué gastan los gobiernos del PJ pampeano? El gasto en la administración general, en su mayoría sueldos de la planta permanente, es alto y va en aumento su participación. Sobre todo ante los ingresos que hubo durante la administración de Verna con los beneficiarios de planes de empleo subsidiados y los cinco mil nuevos agentes que ingresaron durante la gestión de Oscar Mario Jorge. Rubén Marín tuvo que afrontar la recesión de finales de los años noventa con incentivos a la economía y la salud. Verna priorizó el gasto social y la producción y Jorge seguridad y educación, aunque este último servicio creció por la ley nacional.

 Períodos y comparaciones.

Para tener un panorama analítico sobre la composición del gasto público tomamos año a año los guarismos de cada Cuenta de Inversión desde el año 1996 hasta 2013, o sea, los dos últimos gobiernos de Rubén Marín en los años 90, el de Carlos Verna (2003-2007) y los dos de Oscar Mario Jorge (2007 a la fecha). Las series contemplan las erogaciones en determinados servicios por finalidad y función: Administración General, Seguridad, Salud Pública, Bienestar Social, Cultura y Educación, Desarrollo de la Economía y Deuda Pública. Estos guarismos sirven para reflexionar sobre cuáles son los criterios de asignación y desvíos de los fondos públicos.

De esta manera, se analizará las tendencias en cada gestión, teniendo en cuenta no solo la impronta política de cada gobierno, sino en relación a cada coyuntura económica nacional ya que el gasto cambia también de acuerdo al nivel de la actividad económica.

Educación, arriba.

El gasto educativo ha ido en aumento desde 2003, sobre todo con la aplicación de la Ley de Financiamiento Educativo nacional y la nueva Ley de Educación provincial. A partir de 2008, sobre todo, tuvo un salto cuando representó el 25,35 por ciento del total del gasto. Es la principal inversión en servicios sociales desde 2005 a la fecha.

Los fondos destinados a la administración general, en su mayoría sueldos, son el grueso del gasto provincial pampeano, apenas sobrepasados en algunas coyunturas por otras funciones -desarrollo de la economía en 2001, salud en 2002-2003 o educación a partir de 2005-. Fueron bajando desde 1997 con la recesión hasta el año 2001 que tocó su piso. En ese momento se subsidiaba con planes de empleos estatales que no eran de planta. Desde entonces comenzó a crecer con los ingresos, con algunos picos según los años, pero con una tendencia expansiva además por los aumentos salariales anuales que se empezaron a dar desde 2003.

Salud y obras.

Es llamativo el gasto en salud pública. Luego de la crisis de 2001-2002 cuando muchos trabajadores quedaron sin cobertura ya que muchos estaban fuera del sistema de obras sociales, ya fuera por estar “en negro” o desocupados, se incrementaron exponencialmente los fondos destinados a esta área. De hecho, hubo una afluencia importante de usuarios de la salud pública.

Sin embargo, estos números están tergiversados ya que las grandes obras, principalmente el Acueducto del Río Colorado, se incorporó a “saneamiento” dentro del sector salud, en época de poca obra pública.

El gasto en Salud pasó así de 13,41 por ciento en 2001 al 26,52 por ciento en el año siguiente y en 2003 se incrementó al 27,42 por ciento, el mayor porcentaje registrado. Desde entonces decayó durante el gobierno de Verna hasta 2007 cuando llegó al 11,6 por ciento. Desde entonces nuevamente empezó a aumentar, llegando en 2012 al 15,34 por ciento luego de la creación del Ministerio de Salud.

Seguridad.

En materia de Seguridad el gasto público provincial en ese servicio siempre estuvo por debajo del 10 por ciento, manteniéndose razonablemente constante. Durante el último período marinista disminuyó hasta el 5,28 por ciento en el año 1999 y se mantuvo bajo luego hasta 2004 cuando creció al 7,52 por ciento. Durante el gobierno de Jorge se le dio mayor importancia a la inversión en materia de seguridad, elevándose al 7,94 por ciento en el año 2008 y después se mantuvo estable por encima del 7 por ciento, llegando en 2012 al 8,51 por ciento y en 2013 al 8,28 por ciento.

Subsidios y elecciones.

En materia de gasto social, si bien en los gobiernos de Marín se instituyó el sistema de subsidios y asistencia a través del Ministerio de Bienestar Social, parece haber habido un ajuste en el último período. Por supuesto, tuvo una doble finalidad: por un lado subsidiar el desempleo y las consecuencias de la recesión económica, pero por otro solventar la base electoral del justicialismo. Si en 1996 se llegó al 14,98 por ciento, este porcentaje fue disminuyendo hasta que en 2002 tocó el mínimo con 9,28 por ciento. Desde el gobierno de Verna aumentó el gasto social a partir de 2005 con el 13,19 por ciento del total presupuestado. Se elevó hasta tocar en 2007 el 18,79 por ciento para disminuir después durante los gobiernos de Jorge. Sin embargo, hay una tendencia “serrucho” en el comportamiento de estos números: en los años electorales, el gasto aumenta y disminuye en años sin comicios. Esto se observa claramente por ejemplo en 1999, con la re-reelección de Marín; en 2007, con la llegada de Jorge a la gobernación; y después durante el período jorgista hubo picos en 2009, 2011 y 2013.

Economía y cartera irregular.

El ítem denominado “Desarrollo de la Economía” encierra varios rubros y es el que ha registrado significativas modificaciones a lo largo de los años analizados. A pesar de los ajustes en otras áreas, fue una prioridad durante el gobierno de Marín. Seguramente como manera de apuntalar la económica regional en momentos de recesión económica con créditos a la producción industrial y a la agropecuaria. Pero en este rubro incidieron mucho las continuas capitalizaciones que se hicieron en el Banco de La Pampa para sostenerlo. Fue en ese momento que el ministro de Hacienda, Ernesto Franco, definió la compra de la cartera irregular -también llamada desde una mirada crítica a esa decisión “cartera sucia”- para sanear las cuentas de la entidad. Así se creó el fideicomiso que, al no tener que cumplir con las normas prudenciales del Banco Central, permitió a través de mecanismos más flexibles cobrar las deudas que el banco no podía hacer.

En el año 2000 este rubro aumentó al 22,07 y al año siguiente, en 2001, trepó al 32,04 por ciento, un valor que nunca más se daría. Desde entonces se ha mantenido por debajo del 20 por ciento. En 2002 cayó al 14,46 por ciento y volvió a repetirse en 2003. En 2005 aumentó durante el gobierno de Verna hasta el 18,76 por ciento en 2007, su último año, y comenzó a decaer con Jorge por debajo el 17,04 registrado en 2008. En 2012 fue del 13,87 por ciento y en 2013 11,2 por ciento.

Deuda pública y desarrollo.

Finalmente, hay que mencionar a la deuda pública. Los gobiernos del PJ han tenido presupuestos equilibrados y ordenados, por lo que no se tomaron préstamos externos como ocurre con la mayoría de las provincias. La Pampa, destacan sus ministros, es la provincia con menor deuda nominal del país. En otras provincias, muchas veces, los condicionamientos del endeudamiento terminan abortando determinadas políticas.

Los indicadores del gasto son bajos con respecto a otros rubros ya que en la contabilidad presupuestaria, como es una contabilidad de gastos y recursos, y no patrimonial, solo se contabilizan los intereses y ajustes de capital y no el capital.

El criterio que siempre se tuvo en los gobiernos justicialistas fue endeudarse con organismos internacionales y a largo plazo, cuando la obra la debían abonar más de una generación. Por ello los créditos para infraestructura de agua potable y cloacas se tomaron con el Banco Interamericano de Desarrollo. En este rubro incide la deuda con el Banco Hipotecario Nacional por el plan de cinco mil viviendas en la época de Marín que fue la única forma de realizar más de mil viviendas anuales en esa etapa.

De esta manera, el mayor gasto destinado a pagar deuda fue en 2002 cuando representó apenas por encima del 2 por ciento para caer a guarismos inexistentes si se compara con otros gastos en los años siguientes. En este caso, cabe preguntarse si la falta de endeudamiento es una condición para el crecimiento, porqué no hay políticas marcadas en ese sentido en la provincia. O si la estabilidad económica permite una administración sólida, esto limita que los dineros se vuelquen al fomento de determinadas actividades.

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