Hallan ondas gravitacionales primordiales del Big Bang


Hallan ondas gravitacionales primordiales del Big Bang

Científicos estadounidenses aseguraron hoy haber encontrado signos de “ondas gravitacionales”, primera prueba de la inflación cósmica o expansión del Universo después del Big Bang.
 El científico argentino Carlos Kozameh consideró “sumamente importante” este descubrimiento, ya que “probaría además la Teoría
de la Relatividad anunciada por Albert Einstein hace casi 100 años”.  A través del telescopio “Bicep2”, instalado en el Polo Sur,
los investigadores detectaron esos signos en radiaciones cósmicas de fondo, informó la Universidad de Harvard en Cambridge
(Massachusetts), descubrimiento que según expertos es digno de ganar el Premio Nobel.
 Las ondas gravitacionales “fueron previstas por la Teoría de la Relatividad de Einstein en 1917, pero aún no habían sido detectadas”, explicó a Télam Kozameh, investigador principal del Conicet.  “Esto -dijo- es una evidencia de que existen porque lo que se
ve es el efecto de una onda gravitacional primordial sobre la radiación cósmica de fondo, que es radiación electromagnética emitida cuando el universo tenía tan solo 380.000 años de edad”.
 Kozameh, colaborador en el Observatorio de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales, graficó el hallazgo con un ejemplo.
 “Si tengo aire y explota una bomba -expuso-, la onda expansiva hará que en el aire se vean zonas de mayor y menor presión. Una onda gravitacional sería equivalente a la onda de presión: lo que se observó es que la materia que se puede ver con la radiación cósmica de fondo tiene zonas de mayor y menor temperatura”.
 La radiación cósmica de fondo “se puede detectar con determinados aparatos”, precisó Kozameh y agregó: “al recibir esas radiaciones le estamos sacando una foto al Universo cuando tenía unos 500.000 años, es decir, a cómo era la materia en ese momento,
donde no había aún estrellas ni planetas sino sólo átomos dando vueltas”.
 Esto es “sumamente importante”, enfatizó, ya que Einstein predijo la existencia de las ondas gravitacionales que “nunca habían sido observadas, descubrimiento que se consigue casi 100 años después” de enunciar su teoría.
 El hallazgo de estas pequeñas ondulaciones de energía, que serían imperceptibles para el ojo humano, demostraría además la teoría del período inflacionario forjada en 1980 por el físico teórico Alan Guth, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, reportó la agencia española EFE.
 “Esto se debe a que la inflación permite exponenciar la amplitud de la onda gravitacional e interactuar con la radiación cósmica, produciendo luz polarizada”, agregó Kozameh.  El científico consideró que aunque es prematuro decir que Bicep2 produjo la primera evidencia directa de inflación cósmica, “estamos viviendo tiempos muy importantes para la cosmología”.  “Si la estadística usada en Bicep2 -que será publicada a la brevedad- es correcta, un premio Nobel les va a estar esperando; no cabe la menor duda de que descubrir la polarización de la radiación cósmica de fondo, signo de la presencia de ondas gravitacionales, es de enorme importancia”, apuntó.
 El descubrimiento de este signo “es uno de los objetivos más importantes de la cosmología actual”, afirmó en un comunicado el director científico del “Bicep2”, John Kovac, del centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica, citado por la agencia alemana DPA.
 La inflación cósmica -que se produjo en el primer instante de vida del Universo, cuando tenía 10 elevado a la -37 segundos de edad y una temperatura de 10 elevado a 16 gigaelectronvoltios-,  sería la responsable de que el joven Universo se expandiese diez billones de billones de veces en una fracción de segundo.
 Sólo tras ello adquirió las propiedades que pueden observarse actualmente, pero hasta el momento no había ninguna prueba directa
de ese fenómeno, ya que la teoría dependía de hallar las ondas gravitatorias generadas al tener lugar ese período de expansión
después del Big Bang, hace 13.800 millones de años.

Bicep

El Laboratorio Dark Sector, a un kilómetro del polo sur, aloja el telescopio BICEP2 (izquierda) responsable de la detección del eco del Big Bang en forma de ondas gravitacionales

 

Fuente Télam

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