En la reserva faunística de Punta Bermeja de la provincia de Río Negro, a unos 65 kilómetros de Viedma, nació un lobo marino albino y se convirtió rápidamente en el centro de atención. En dicho espacio habitan unos 6.000 ejemplares de ese mamífero, y por ello es una de las reservas más grandes del mundo.
El pequeño lobo marino es muy saludable. Ya mide unos 80 centímetros de largo, pesa 15 kilos y se alimenta y juega en la playa con normalidad. Sin embargo se diferencia del resto por su color blanco brillante y necesita mayores cuidados.
“Como todos los veranos se registró la parición de unas 800 crías y al hacer nuestras observaciones descubrimos al pequeño albino, caracterizado por la ausencia de pigmentación en su piel, ojos y pelos, como consecuencia de una mutación genética imprevisible”, explicó el biólogo Milton Perelló, responsable de la reserva.
Perello explicó que “todo ejemplar albino del mundo animal, como también ocurre con los mismos casos en los humanos, sufre ante la exposición al sol, y por eso notamos que busca la protección de la sombra del acantilado y de las rocas”.
Según información de los guardafaunas locales, en la última década se registraron seis casos de nacimientos similares. Al respecto Perelló sostuvo que “no hay estudios que permitan establecer si los ejemplares albinos anteriores lograron subsistir; lo concreto es que no se los ha vuelto a ver en esta colonia, después que terminaron su etapa de amamantamiento, que dura unos once meses”.
La reserva de Punta Bermeja está administrada por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Río Negro, y es manejada por la Fundación de Historia Natural Félix de Azara, que la tomó a cargo a principios de enero.
Fuente: Diario Registrado