Elecciones 2015: del desdoblamiento a la desnacionalización


Elecciones 2015: del desdoblamiento a la desnacionalización

Por ahora habrá un desdoblamiento de hecho entre la votación nacional y la provincial por los menores de 18 años, pero algunos piensan en llevarlo más allá con el desacople de listas. Cómo influyen la situación económica y política y los intereses de cada sector.

Norberto G. Asquini

Pasó el Mundial de fútbol y la política se despereza de a poco. Si bien todavía no hay lugar para grandes movimientos, quienes están al frente de los principales espacios hacen sus cuentas pensando en 2015. Y como en toda elección presidencial, el marco nacional pesará en lo que hagan los referentes locales, si bien la lógica política provincial se despliega en paralelo a cualquier influencia externa.

El escenario nacional por ahora no parece muy certero, tanto por cuestiones políticas como económicas. Aunque hay tendencias y pronósticos. Se observa que el peronismo irá dividido. El disidente Sergio Massa mide bien en las encuestas que se hacen por estos días. Pero el gobierno nacional tiene su piso propio y sus candidatos. Daniel Scioli encabeza las preferencias y hay otros que se posicionan para competirle en la primaria. De a poco van marcando la cancha, más allá de que no lleguen a postularse, y de hecho, hasta se formó una agrupación pampeana en torno a la candidatura del ministro Florencio Randazzo, un dato no sustancial pero que muestra lo que vendrá.

Ante esta división hay otros dos sectores no peronistas que hacen cuentas: el Frente Ampio Unen y el macrismo. Ambos esperan ser favorecidos por esa fractura en el justicialismo.

La cuestión económica es central en cualquier análisis, desde los consecuencias de los “fondos buitre” a la caída en el consumo y la inflación, hay factores que enturbian el futuro en el último tramo de la transición de gobiernos. Lo político y lo económico, además, condicionan el margen de maniobra de la presidenta Cristina Fernández. Ante su sucesión, hay un clima de cambio que también incide en el panorama.

 Acá nomás.

El espacio político pampeano se mantiene bajo los efectos de un clima de distensión, sin grandes movimientos. El justicialismo pampeano está cerrando las listas consensuadas de la interna y solo hay puja de nombres. El resto mide sus posibilidades, con la hipótesis agregada de una alianza entre la UCR y el PRO, apenas delineada en algunas reuniones informales entre el torrobismo y Javier Mac Allister.

Hay análisis generales de escenarios y prospectivas de lo que puede llegar a venir. Y un dato no menor es cómo se harán las elecciones nacionales y las provinciales.

Desnacionalización.

Ante el panorama nacional descripto anteriormente, algunos dirigentes pensaron en el desdoblamiento de las elecciones. O sea, separar las elecciones para cargos provinciales de las nacionales. Hasta ahora, salvo en 2003, en medio de la debacle social y económica, las dos fechas han coincidido a fines de octubre. Mantener el calendario electoral inalterable ha sido una muestra de la fortaleza del PJ pampeano y lo ha ayudado, en parte, con el arrastre de la boleta presidencial.

Aunque esa tendencia apenas se ha observado en La Pampa, en otras provincias se ha profundizado lo que algunos politólogos llaman la desnacionalización o la territorialización de la política local. Y el “desenganche” de las votaciones locales y nacionales, para que no coincidan las fechas, ha sido la estrategia central en esto. Algunas provincias tienen el desdoblamiento en su constitución o establecido mediante una ley, caso de Tierra del Fuego, mientas otras lo han impuesto de manera coyuntural. El cambio de fechas tiene tanto argumentos de conveniencia política -para que la nacional no influya en la local ni para bien ni para mal- como institucional -centrar la elección en los temas provinciales y evitar el “arrastre” nacional que pueda distorsionar lo local-.

Desdoblamiento de hecho.

En La Pampa actualmente hay en los papeles un desdoblamiento “de facto”. Las internas provinciales y las primarias nacionales no coinciden en sus fechas, pero sí las generales, si se mantiene el criterio de siempre. Pero en 2015 habrá dos padrones en octubre: el nacional con los mayores de 16 años incorporados y el provincial, sin este cambio. Los menores no podrán votar por los cargos locales, pero compartirán el cuarto oscuro. Las boletas nacionales y provinciales deberían ir separadas. Un dilema electoral que debería saldarse con una ley pampeana para sumar a los menores a los comicios locales. Actualmente, hay un proyecto en ese sentido en la Cámara de Diputados y necesita mayoría especial para que prospere.

Pero también hubo algunas voces que han propuesto el desdoblamiento de listas para que la votación sea en diferente fecha. Los que impulsan son apenas unas pocas voces, pero esa idea no tiene suficiente consenso ni hay clima para su debate. Los intereses cruzados de cada sector frenan cualquier discusión. Un diputado provincial vernista y uno radical ya hablaron de la posibilidad del desenganche.

PJ pensando.

Hay ventajas y desventajas en que se vote por separado las listas nacionales de las provinciales, según lo mire cada sector político.

El PJ observa que tanto la división del peronismo nacional, la interna de los postulantes del gobierno de Cristina Fernández y la impronta de Massa pueden influir en lo local. Tanto por la fragmentación que se generará entre sus filas cuando haya que apoyar a algún candidato presidencial de distinta lista como en la suma electoral para la boleta justicialista.

Para una parte del vernismo y el marinismo, separar ambas elecciones, “provincializar” las locales, sería una solución. El jorgismo, hoy alineado a la Casa Rosada, y las agrupaciones kirchneristas tienen como horizonte político la votación en la misma fecha, tanto por decisión local como por pretensiones de la Casa Rosada. En ese sentido, muchos advierten que el “efecto arrastre” de la boleta presidencial en 2015 podría ser menor que en otras oportunidades.

Igualmente, cuando el peronismo ha ido dividido en las elecciones -en 2003 a nivel nacional con Menem, Kirchner y Rodríguez Saá, y a nivel provincial con Verna y Ahuad- la división ha garantizado que haya más competencia entre sus listas y el voto no se vuelque hacia opciones no peronistas, y también la continuidad del PJ al consolidar su predominio.

Desde la oposición.

En el radicalismo, que se mantenga la coincidencia de las elecciones como ha sido la norma podría ayudar a que el candidato a presidente del FA-Unen sume al Frepam provincial. Es muy relativo, ya que no hay un postulante actual de peso, y en La Pampa ni en la mejor elección de la oposición, cuando ganó la Alianza en 1999, la lista provincial se acercó a la del peronismo. Algunos dirigentes afirman que la división entre el kirchnerismo y Massa podría afectar los números del PJ provincial y entonces tendrían más posibilidades. En el paquete está la idea, todavía muy en la nebulosa pero tomando cuerpo, de sumar al PRO de Mac Allister en un frente más amplio. Lo piensa el torrobismo y lo resiste el radicalismo más auténtico.

Para otros, el desdoblamiento no vendría mal tampoco a sus posibilidades. Separar las presidenciales de las locales podría lograr un acuerdo más fácil con el PRO, que a nivel nacional es una cuestión saldada que irán por separado, ya que este fuerza no tendría que ir con boleta propia apoyando a Macri en La Pampa.

Se enfrentaría igualmente con el “desacople” a un PJ dividido por la propia interna provincial, la carta fuerte que manejan los dirigentes radicales para intentar imponerse por primera vez en la provincia. No es un dato menor que la fragmentación a raíz de la interna entre el marinismo-vernismo y el vernismo-jorgismo en la última década se ha hecho sentir electoralmente con la volatilidad del voto oficialista, ya sea a través de la desobediencia partidaria apoyando a un candidato opositor -como las legislativas del año pasado- hasta las estrategias de disidencia con listas por fuera del PJ -como fue el experimento de Comunidad Organizada-.

Desde el poder mismo.

La legislación electoral está hecha a la medida de quienes detentan el poder. Si hay modificaciones, si se implementara el desdoblamiento en La Pampa, sería una decisión que le convenga al PJ provincial, o a un sector mayoritario del partido, para sostenerse en el poder. No hay otra lógica ni interés en su modificación. En la provincia, no hubo cambios importantes desde la reelección de gobernador y el cupo femenino, salvo con las primarias nacionales y cuando se forzó la institucionalidad para sostener la permanencia del PJ, como ocurrió con Marín y su segunda reelección en 1999 y con Jorge ingresando por la ventana como candidato en 2011 cuando Verna se bajó de la postulación.

Si hay desdoblamiento o no, dependerá de lo que le convenga al peronismo. El resto seguirá mirando la función y haciendo cuentas. Igualmente, por más que se sopesen ventajas y desventajas, en política todo es relativo.

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