Declaró un testigo del secuestro de Carlos Davit “Lo mataron y lo dejaron colgando de un puente”

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Declaró un testigo del secuestro de Carlos Davit  “Lo mataron y lo dejaron colgando de un puente”

Un testigo del juicio contra la patota de la Triple A que operó entre los años 1974 y 1975 en la ciudad de Bahía Blanca recordó el día que lo secuestraron al estudiante Carlos Alberto Davit, oriundo de Guatraché, una de las víctimas pampeanas del terrorismo de Estado. José Ivo Lloli declaró ayer en el debate oral de la causa en el que están acusados Roberto Aceituno (70 años), Juan Carlos Curzio (76), Héctor Forcelli (71) y Osvaldo Pallero (78) como integrantes de una asociación ilícita a la que se le atribuyen 24 homicidios agravados, entre ellos el de Davit y los de otros dos pampeanos.
Lloli declaró desde la ciudad de Neuquén y a través de videoconferencia transmitida por el canal de audiovisuales de la Universidad Nacional del Sur, el lugar donde previo a la pandemia se realizaron las primeras audiencias presenciales del juicio. «Lo conocí (a Davit) en la pensión de Yrigoyen 228, mi relación fue siempre la clásica de compartir una habitación en pleno centro, el estaba estudiando, era de Guatraché, y tuvimos una relación de vivencias, comidas, salidas… Era todo muy normal», recordó.

«Tenía militancia».
El testigo recordó que entonces tenía 19 años y estudiaba en la ENET 3, a la vez que Davit estudiaba en la UNS y a mediados de año había tenido que buscar un trabajo, de modo que era común verlo con un «ataché con ventas de algunos productos para bebés».
Sobre si el estudiante pampeano tenía militancia política, el testigo dijo que sí: «En dos oportunidades me dice si no quería ir una reunión y me hacía a mí dudar en ir a pesar de que había guitarreadas y comida. Sé que él (Davit) estaba en contra del gobierno de turno (NdR: la presidencia estaba en manos de Estela Martínez de Perón), sé que militaba pero bien en qué línea, con qué gente, no».
«Tampoco hablábamos de temas de política, eran todas cuestiones de estudio», abundó.

«Dejá la política».
«Lloli fue testigo de un primer hecho intimidatorio que sufrió Davit en la pensión que compartían. Indicó que una noche hubo un operativo en la pensión donde ingresaron dos personas de civil con chalecos, granadas, itacas y escopetas grandes. «Apuntan hacia abajo y nos dicen que nos quedemos quietos con los brazos arriba de la cama», relató.
«Aparece un señor como de unos sesenta y pico de años, bien vestido, de saco y corbata y se sienta al costado de la cama de él (Davit) y le dice ‘vos sabés que estoy acá por vos, dedicáte a estudiar, dejá la política, vos sabés muy bien porqué te lo digo’», narró. Ese día solo se trató de una amenaza, ya que luego de ese episodio intimidante los hombres se retiraron de la pensión.
Pero luego llegó la noche terrorífica en la que se llevaron a Davit. «Nos estaban esperando en la entrada, me ponen contra la pared con un arma en la nuca, a él también, le pegaban patadas y en la nuca, y le decían a vos te estábamos buscando», recordó.
Lloli contó que tras esa situación lo ingresaron a la pensión y sintió un portazo. «Nos dimos cuenta que se lo llevan», dijo. Las siguientes noticias sobre el paradero de su amigo las tuvo por una emisora radial. «Escucho en la radio pidiendo a familias que fueran a reconocer un cadáver en la morgue. Después me enteré que tenía 24 balazos en el cuerpo y uno en la cabeza, lo dejaron colgando en un puente», lamentó.

Contador.
Davit había llegado a Bahía Blanca en el año 1971, luego de terminar sus estudios secundarios, para iniciar la carrera de Contador Público en la UNS. Cuando fue asesinado por la Triple A tenía 26 años y trabajaba como vendedor. También se había desempeñado como marinero de segunda en la Base Aeronaval Comandante Espora. Era militante de la Juventud Universitaria Peronista y posteriormente del Partido Auténtico, desde 1973 participó en el ámbito político universitario, siendo elegido presidente del Centro de Estudiantes de Economía.
Davit fue un ferviente opositor al rector interventor de la UNS, Remus Tetu. Vivía en la pensión de Yrigoyen 228, pero en el último período previo a su secuestro se había alojado en distintas casas de sus amistades.
El 19 de noviembre de 1975, por la noche, cuando volvía a la pensión junto a Lloli, fue secuestrado. Horas más tarde, su cadáver fue hallado acribillado y colgando de una pierna del puente ubicado en el kilómetro 679 de la Ruta Nacional 3, a la salida de la ciudad. Desde 2015, ese puente lleva su nombre.

 

Fuente La Arena

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