Por Mario A. Higonet
Como una extensión natural de los sucesos cotidianos y generales, la oscura Violencia se ha instalado en la mayoría de los escenarios futbolísticos, generando zozobra e inseguridad a quienes se identifican con distintas instituciones: los “hinchas”.
Cuando recurro a ese término, me estoy refiriendo al grueso del componente aficionado e identificado con “los colores del club”, quienes acompañan como locales o visitantes al equipo cuyas posibilidades son las de ganar, empatar o perder. Cualquiera sea el resultado, estarán presentes en la cancha alentando al equipo, gozando o sufriendo de las posibilidades del juego; con su aporte además sosteniendo la continuidad institucional y de este juego con fuerte Identidad Argentina.
Pero hay un porcentaje minúsculo, oscuro y peligroso, reconocido en el vulgo popular como “barras bravas”, con algunos líderes identificados como jefes de esos personajes, y son quienes han llevado a ese elemento la Violencia a las canchas. Muchos de ellos extienden el poder político de algunos dirigentes y están conectados con espacios comerciales ilegales, como la venta de armas y drogas. Eso explica los altos tenores y escenas de violencia que solemos ver en las distintas y regulares coberturas periodísticas –a veces generando diversas polémicas-, finalizando varias veces con muertes de inocentes hinchas.
Este último fin de semana futbolístico, estuvo interrumpido y suspendido por varios sucesos con estas características, algunos justificados por el presente inestable de clubes históricos como Independiente. Pero los sucesos más violentos tuvieron que ver con manifestaciones de esos personajes que tienen luchas intestinas, por querer mostrarse como los mejores del club, mientras ponen en riesgo la vida de los hinchas verdaderos y la continuidad institucional.
Siempre propongo además de exponer: si hay decisión política se puede cambiar y terminar con esta situación lamentable; también doy el ejemplo de una situación parecida en el futbol inglés con los “hooligans” quienes fueron identificados prohibiendo su acceso a los estadios donde eran habituales. Se ha decidido en la provincia de Bs. As. prohibir el ingreso de los visitantes, una determinación algo apurada y que trata de bajar los niveles de tensión. A mi entender sigue perjudicando a la gente buena, porque aquellos personajes podrán seguir “haciendo de las suyas”.
Para finalizar y coincidiendo con ese factor de la decisión política, quienes tienen el poder en esos ámbitos deben romper esas redes de delincuencia –es cierto, involucra a algunos dirigentes- para que podamos volver a las canchas y a disfrutar del “fútbol nuestro de cada día”.-