Eduardo Ferreyra le aplicara un inyectable (botox). El 12 de agosto del año pasado la mencionada mujer fue atendida por el imputado en el domicilio de calle 27 entre 20 y 22 donde supuestamente ejercía ilegalmente la medicina, tras recibir una aplicación su salud desmejoró notablemente y debió ser internada en una establecimiento de salud privado, en grave estado. Se radicó la correspondiente denuncia y al día siguiente se realizó un allanamiento en el inmueble antes indicado.
En el procedimiento ordenado por el fiscal Alejandro Gilardenghi se secuestraron diferentes elementos de importancia para la causa, en tanto que Ferreyra quedó en calidad de detenido.
Mientras se fueron realizando distintas medidas judiciales, Llopis permanecía internada en terapia intensiva. Con el correr de los días hubo leves mejorías que permitieron que la mujer pudiera retirarse de la clínica privada y se fue a vivir con su hija a Jesús María, Córdoba. Ciudad esta en la que falleció a raíz de diferentes complicaciones que sufrió en los últimos días, las que habrá que determinar si son producto de la práctica a la que fue sometida por Eduardo Ferreyra, quien en principio estaba acusado de lesiones gravísimas.
Según fuentes confiables consultadas por este medio, Llopis no recuperó la movilidad de los miembros inferiores, quedó con una sordera absoluta y requería de atención casi permanente. En las últimas semanas se desató una inconveniente intestinal, sumándose otras complicaciones lo que derivaron en el deceso de la mujer de 71 años.
Hasta dónde había avanzado la Justicia
El 14 de agosto de 2013 en oportunidad de la audiencia de formalización de la investigación el fiscal Alejandro Gilardenghi dijo que Ferreyra fue condenado por “ejercicio ilegal de la medicina” en el año 2001 y que el acusado prestó declaración en las primeras horas de la tarde de ayer, indicando que posee título universitario de médico”, pero que no tiene el documento porque lo extravió.
En relación a los hechos que se le imputaron. el fiscal señaló que tienen que ver con “ejercer ilegalmente la medicina” al atender a personas en su vivienda de calle 27, entre 20 y 22, donde brindó tratamiento médico, prescribiendo medicina y aplicando inyecciones.
Concretamente se acusa a Ferreyra de haberle causado “lesiones gravísimas” a Mercedes Llopis, en el marco de un tratamiento que habría alcanzado el rostro de la femenina y también masajes en la espalda y pies por una tendinitis en uno de sus brazos.
Lo cierto es que en la jornada del lunes 12 de agosto Llopis se descompensó en la vivienda de Ferreyra y debió ser trasladada por el Servicio de Emergencias Médicas (SEM) hasta la Clínica Argentina de esta ciudad, donde fue internada “en terapia intensiva, con respirador artificial”.
En el tramo final de su alegato Gilardenghi insistió que el imputado dice ser médico, con título otorgado por la Universidad Nacional de Cuyo (San Luis), pero “falta corroborar” tal situación; y marcó que existen “contradicciones” entre la declaración del imputado y de los familiares de la damnificada en relación a una supuesta aplicación de inyecciones en el rostro.
Más adelante, justificó el pedido de “preventiva hasta la finalización del proceso” entendiendo que existe un claro peligro de fuga (por la pena en expectativa) y de obstaculización (hacia los testigos que debe convocar la Fiscalía). Finalmente el juez Marcelo Pagano dictó la prisión preventiva por el término de 15 días, dispuso su arresto domiciliario y finalizado dicho periodo el acusado recuperó la libertad.
Título sí, título no
El “médico” Eduardo Ferreyra a través de su defensor, doctor Armando Agüero, presentó una certificación que lo acreditaría como profesional de la medicina, asegurando que el mismo había sido expedido hace varios años por la Universidad Nacional de Cuyo. El Ministerio Público Fiscal de la II Circunscripción local, recibió la contestación a un oficio cursado a dicha casa de estudios donde se informa que el acusado no se encuentra en los registros de la Escuela de Medicina dependiente de esa institución académica. La respuesta fue rubricada por el actual decano de la Universidad, Roberto Valles.
Mientras tanto Ferreyra continuó afirmando que era médico pero que en la década del 70 habían robado todas las documentaciones de la Universidad de Cuyo y por tal motivo no había registros.
La autopsia determinará si cambia o no la carátula
Hace unos días el Ministerio Público Fiscal y la defensa de Eduardo Ferreyra, habían recibido oficios médicos que ameritaban que Mercedes Llopis podría prestar declaración en la causa contra el hombre que ejercía ilegalmente la medicina en calle 27 entre 20 y 22. Fuentes confiables confiaron a La Reforma que ambas partes desconocían que la mujer había perdido ciento por ciento la audición, aunque habían sido informados de que se encontraba postrada en una silla de ruedas. La Justicia había decidido que en poco tiempo se trasladarían a Jesús María para realizar la actividad judicial antes indicada.
Ayer los sorprendió el deceso de Llopis, quien desde hacía días venía con un progresivo deterioro de su salud. Al tomar conocimiento de la lamentable noticia, la Fiscalía solicitó que se le practicara la autopsia. Del resultado de la autopsia dependerá si se complica o no la situación judicial de Ferreyra. Hoy está acusado de lesiones gravísimas, si se llega a determinar que la muerte es consecuencia de la aplicación que realizara en agosto del año pasado, la Justicia seguramente le imputará “homicidio simple”. Mientras tanto el hombre que protagonizó en La Pampa distintos casos de ejercicio ilegal de la medicina, continúa en libertad.
Fuente La Reforma
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