A 36 años del Golpe de Estado: Comunicado de la Juventud Peronista de Guatraché.


Memoria, Verdad y Justicia: 24 de marzo                              Comunicado de la Juventud Peronista de Guatraché

Memoria, Verdad y Justicia

24 de marzo

Este 24 de marzo se cumplen 36 años del golpe militar más sangriento de la historia argentina, truncando las elecciones que en apenas nueve meses estaban por desarrollarse. De más está decir que lo que se liquidó no fue el gobierno de Isabel Martínez, sino, una vez más, la posibilidad de que el pueblo decidiera a través de un proceso democrático. Dicho sistema,  ya debilitado por las 5 reiteradas interrupciones de las Fuerzas Armadas, se había convertido en “el método” para frenar los aires “populares” de los gobiernos así como a todo movimiento que pretendiera transformar de raíz la sociedad. Desde las Fuerzas Armadas la propuesta fue, por el contrario, instaurar una corriente de ideas e intereses de una autoritaria minoría, la cual fue ejecutada sin vacilaciones.

Un sistema semejante solo pudo y puede imponerse a partir de la prohibición de los partidos políticos y las organizaciones sociales, interviniendo sindicatos, amordazando a la prensa e implantando el terror más profundo que ha vivido nuestro país.

Treinta mil asesinados y desaparecidos, tantos otros detenidos y torturados es el saldo que resulta de tan macabro plan. Para ello se gestaron centros clandestinos de detención, donde no sólo se privaba ilegítimamente de la libertad sino que se llevaban a cabo las torturas más espeluznantes, desintegrando la sustancia humana no solo física sino también espiritual hasta quebrarla y hacerle perder la dignidad que los verdugos mismos habían perdido. Todo bajo el supuesto de “liquidar la guerrilla e infiltración marxista”. Bajo ese pretexto llevaron a cabo las vejaciones más absolutas a trabajadores, estudiantes, niños y mujeres embarazadas, llegando además a la apropiación de sus hijos. Bajo el mismo pretexto se saquearon y apropiaron también viviendas y propiedades sin siquiera tener la seguridad de culpabilidad alguna, demostrando que su corrupción no solo era ideológica.

Como el poder no podía imponerse únicamente por la fuerza, estaba aliado y encarnaba los ideales de poderosos, pero minoritarios, sectores económicos. Por ello el modelo impuesto fue desestructurar al estado y liberalizar la economía; para graficarlo, algunos datos de la brillante “Carta abierta a la Junta Militar” de Rodolfo Walsh: en sólo un año una caída del 40% del salario real y de un 30% en su participación del ingreso nacional (si, los trabajadores tenían justo derecho en participar de las ganancias) elevando así de 6 a 18 la cantidad de horas para cubrir la canasta básica familiar, congelando los salarios a culatazos mientras la inflación anual trepaba al 400%, una baja del 3% del PBI, una caída del 40% en alimentos y 50% en ropa y cifras no cuantificables en el área de medicina pero que sí se expresa en la reducción del presupuesto en medicina a un tercio del militar. En algunos lugares el índice de mortalidad infantil llegó a indicar el 30%. La mitad de las exportaciones argentinas se destinaban a armas, suba de sueldos y creación de nuevos cargos de seguridad. Y el ansiado modelo: un aumento del 722% en los precios de la producción animal define la magnitud oligárquica emprendida por el ministro de economía Martínez de Hoz, junto con la desnacionalización de los bancos que puso el ahorro de los argentinos en manos de la banca extranjera, indemnizando a empresas que estafaron al Estado y rebajando los aranceles aduaneros decretando así la muerte de la industria nacional y con ello cientos de miles de empleos.

El plan sistemático para cambiar de sistema que llevó adelante la Junta Militar tenía varios frentes y este era uno de ellos. Su denominado “Proceso de reorganización nacional” era más bien el cambio de paradigma, era la etapa del neoliberalismo autoritario. Asimismo, en esta etapa también debemos tener presente de las atrocidades del gobierno militar.

Pero la consolidación del modelo neoliberal, que se originó en ese momento en la historia argentina, necesitaba tiempo para transformar, para ejercer presión, para lograr adeptos en la propia sociedad. Por eso permanecieron en el poder durante siete años, intentando generar una nueva idiosincrasia a través de la fuerza y el ocultamiento, y sólo lo abandonaron luego de arrastrar el país a la desventura de Malvinas, al escenario ilógico e impensado de la guerra.  Fue ahí, cuando derrotados en el área de su máxima competencia, la defensa de la soberanía nacional, les llegó el momento de abandonar el gobierno.

La sociedad despertó en 1983 de una pesadilla que fue real y que duró largos años, la herida aún permanece abierta en la memoria colectiva.

Desde la Juventud Peronista de Guatraché creemos que el histórico Juicio a las Juntas llevado a cabo por el gobierno de Raúl Alfonsín, pero repudiamos las leyes de “Obediencia debida” y de “Punto Final”, una forma de indulto que lavó las culpas de quienes “cumplían órdenes”.

Del mismo modo denunciamos los indultos y la nefasta política de Derechos Humanos llevada a cabo durante los ’90 con Carlos Saúl Menem, junto con la profundización del modelo neoliberal impuesto por la dictadura. Políticas continuadas bajo el gobierno de Fernando de la Rúa.

Sin embargo, percibimos y aplaudimos el cambio y la reorientación de la última década, emprendida por Néstor Kirchner, quien: anuló el decreto de Indultos al igual que las leyes de impunidad de Obediencia Debida y de Punto Final, logrando la reactivación de los juicios a los militares y responsables de delitos de lesa humanidad, resignificó la ESMA, la cual pasó de ser un ex centro de tortura a convertirse en un museo de Memoria; bajó el cuadro de Videla y Bignone del Colegio Militar, y más recientemente reinició los juicios a cómplices civiles como el de Martínez de Hoz, abriéndose un intransitado camino de justicia.

Mención especial merecen los juicios que se están llevando a cabo en nuestra provincia, que no fue una isla en el terror. Debemos garantizar mediante la búsqueda pacífica de justicia que los culpables de los crímenes de lesa humanidad sean llevados a juicio sin más dilaciones, amparos ni obstrucciones. Y además que cumplan su condena firme en cárcel común. Sin beneficios para ningún delincuente.

Porque los argentinos tenemos una deuda de justicia con nosotros mismos y hoy estamos empezando a saldarla, porque esta lucha no debemos ni podemos darla divididos: hoy más que nunca debemos estar unidos para garantizar que todos y cada uno de los responsables paguen por sus crímenes. Que cada 24 de marzo demos prueba de nuestra voluntad superadora de las diferencias: es la lucha contra la impunidad y por memoria, verdad y justicia que nos convoca a TODOS a hacerle frente a la derecha genocida. El 24 de marzo nos llama a NO OLVIDAR y también a no permitir jamás que se repita violación alguna contra nuestros derechos.

Por ello exigimos:

                                JUICIO Y CASTIGO A TODOS LOS GENOCIDAS

                                 JUICIO Y CASTIGO A LOS CÓMPLICES CIVILES DEL GENOCIDIO

                                 INICIO DE LOS JUICIOS POR CRÍMENES COMETIDOS POR LA TRIPLE A

                                JUSTICIA POR CARLOS DAVIT

                                APARICIÓN CON VIDA DE JORGE JULIO LÓPEZ

                                30 MIL COMPAÑEROS ASESINADOS DESAPARECIDOS…

PRESENTES!

Juventud Peronista de Guatraché

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