Si hay una industria gastronómica que caracteriza a La Pampa, sin dudas, es la de los chacinados. En distintas localidades hay fábricas, negocios y sabores que van derecho a la mesa cotidiana. Pero algunos se destacan sobremanera y decir “El Gallego” es sinónimo de calidad, trayectoria y empuje emprendedor. Desde el corazón de Jacinto Arauz hacia distintos destinos, porque lo que la fábrica de la familia González produce, se vende no solo en la provincia sino en distintos puntos del país.
“Hoy estamos vendiendo en cinco provincias, en realidad el 90 por ciento de lo que producimos sale hacia afuera porque estamos en La Pampa, Buenos Aires, Neuquén, Río Negro y ahora
sumamos el sur de Córdoba, con Huinca Renancó y las localidades de esa zona. En el verano vendimos muchísimo, muy bien sobre todo en la costa bonaerense como Pehuen Có, Monte Hermoso y Claromencó”, grafica Cristian González (44), el mayor de los hermanos porque “El Gallego” hoy también está a cargo de Mariela (43) y Paola (41).
“Mi viejo, Orlando, junto a mi mamá Cristina, fueron los pioneros y desde el ’95 me sumé con mis hermanas a trabajar en la fábrica porque ninguno quería seguir estudiando así que había que trabajar. En principio trabajábamos en el campo y solo se hacían chorizos, luego abrimos una carnicería en Arauz pero el gran cambio se dio en 2004 cuando el entonces gobernador Carlos Verna nos impulsó a hacer la traza que impone el Senasa para poder salir fuera de la provincia. Estamos al lado de una ciudad como Bahía Blanca que tiene toda la población de La Pampa entonces ese fue un paso importante porque abrimos puertas mucho más demandantes”, resume Cristian sobre los inicios del proyecto.
La fábrica elabora un promedio de 400 kilos diarios y trabajan unas 10 personas además de la red de 14 distribuidores que transportan los productos de El Gallego hacia distintos puntos
geográficos de la Argentina.