Desde la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) sostuvieron que la medida de fuerza fue “contundente”, en relación al bloqueo a la planta de lácteos de Macachín, y que es su manera de intentar actualizar 30 años de atraso en la tarea gremial de esa entidad.
En un parte de prensa, el gremio afirmó que acentuarán su presencia en La Pampa y que esta experiencia les sirvió, entre otras cosas para “estudiar las maniobras y comportamientos del aparato industrial, judicial y policial”.
“La Pampa contaba con un abandono, un silencio institucional, equivalente a los últimos 30 años. No fue sorpresa hallar cierta reticencia de los trabajadores respecto a la actividad sindical. No estaban acostumbrados a la presencia, al respaldo…En cada población se fue, y se está, trabajando de acuerdo a las estructuras propias y a sus vicisitudes, pero por sobre todas las cosas, a partir de las inquietudes, necesidades de los afiliados en lo laboral como en lo social, lo cultural. Nuestros objetivos demandaron cuidadosa planificación y estudiadas estrategias”, añade el mensaje del secretario de prensa, David Ibáñez.
Los dirigentes de Atilra aseguraron que “sin la presencia gremial el aparato industrial y sus vicios de poder oprimen, y degradan realidades. Así fue que se decidió emitir un mensaje de presencia de la mano de una necesidad latente, el despido injusto de un compañero de trabajo de Macachín. Don Felipe no fue azar, es el pez más gordo de La Pampa, y Macachín, la estructura poblacional más cerrada”.
Además afirmaron: “Nuestro mensaje fue contundente y nuestro objetivo cumplido. Una desestructuración demorada 30 años empezó a materializarse”.
Dijeron lo suyo respecto a qué originó la extrema medida de fuerza. “En noviembre, consciente este señor (el titular de la firma, José Bergara) de nuestro trabajo, decidió desvincular a un hombre por el simple hecho de haber tenido contacto con nuestra institución. Este aludía un agravio en redes sociales (Facebook). El trabajador sólo expresaba a su modo de ver la paga injusta de las horas de feriados. Esto evidenciaba dos cosas, las irregularidades de pago por parte de la empresa, y la persecución laboral”.
“Bergara consideró una causa esta manifestación. Pero el trabajador no tenía una mancha en su legajo. Sobre este tema tomamos conocimiento y a la brevedad lo abordamos dialogando con el responsable de la firma. El mostró una irreversible desvinculación en su discurso. Ante la dilatación y la cambiante causa por parte de la firma una vez conscientes de la incursión en el error del despido, y la invariable postura empresarial, decidimos tomar una medida que acorte los tiempos de los plazos legales”, concluyó.
Fuente La Arena