El MBS anunció que en abril se pondrá en marcha los créditos accesibles para la primera parte de este año con una inversión de 580.000 pesos que llegarán a habitantes de 16 localidades para mejorar sus viviendas.
La directora general de Promoción Comunitaria, Carina Balsa, destacó la importancia del Programa de Mejoramiento Habitacional Rucalhué del Ministerio de Bienestar Social “a través del cual se benefició a más de 1.500 familias desde el año 2008, con una inversión que llegó a los 8.448.125 pesos en la actualidad.
Balsa anunció que “a partir del mes de abril comienza ejecutarse la primer operatoria de 2014 con una inversión de 580.000 pesos en 16 localidades”.
Balsa, cuya dirección depende de la Subsecretaría de Política Social, indicó que habrá 80.000 pesos para General Pico, 60.000 pesos para 25 de Mayo, General Acha y Santa Isabel -para cada una-, 50.000 para Quemú Quemú y Rancul, 30.000 para Colonia Barón, La Adela, Quehué y Colonia Santa Teresa, 20.000 para Catriló y Uriburu, y 15.000 para Cevallos, Gobernador Duval, La Humada y Rucanelo.
En 2013, entre ambas operatorias, se invirtieron 750.000 pesos en 38 localidades que beneficiaron a más de 135 familias.
Los Rucalhué son beneficios para el mejoramiento de la calidad habitacional de la población de escasos recursos, a partir de la implementación de una línea de crédito accesible.
“El objetivo del programa -destacó Balsa- fue crear un sistema de crédito social destinado al mejoramiento habitacional de familias que por su condición económica precaria no puede acceder a créditos convencionales. A la vez, se pretenden, como señala el programa, avanzar en el proceso de descentralización de la política social, recuperando para los municipios el rol que les compete en la problemática habitacional”.
La funcionaria precisó que se apunta a las familias de escasos recursos que se encuentran en emergencia habitacional, que construyeron una vivienda con esfuerzo propio, y que en la actualidad poseen aspiraciones edilicias, mejoramiento o ampliación de viviendas, postergadas por la escasez de los propios recursos.
La metodología, explicó Balsa, es que los municipios solicitan la implementación del programa en cada localidad realizando un relevamiento de casos. Una vez aprobada la operatoria el equipo técnico a cargo de la arquitecta Estela Magarzo visita las viviendas solicitantes para evaluarlas.
Luego con el informe de ambos equipos, el municipal y el provincial, se definen los montos para cada beneficiario, que pueden ser de un mínimo de 1.250 pesos hasta 10.000 pesos. En la mayoría de los casos atienden situaciones de refacción, ampliación y terminación.
Una vez otorgado el crédito el beneficiario tiene un tiempo de gracia de tres meses a partir de los cuales comienza con el pago de las cuotas, que en ningún caso pueden superar los 100 pesos mensuales.
“Conjuntamente con los municipios alentamos a los pobladores que recibieron su crédito a cumplir con este requisito que permite el recupero del programa y la reinversión”, indicó Balsa.