Ángel Santarossa triene 17 años y es alumno de la Escuela Normal. Alguna vez ya tuvo difusión un trabajo suyo, que consistió en un proyecto destinado a utilizar energías renovables en la potabilización de agua para su utilización en pequeñas comunidades, iniciativa que lo llevó a Brasil y a Perú y que motivó que también recibiera invitaciones desde Holanda y China.
Esta vez, su inquietud por la investigación lo llevó a ser seleccionado para formar parte de un equipo que durante una semana del pasado mes de junio permaneció en la ciudad Helsinki, capital de Finlandia, donde presentaron el proyecto de una refinería lignocelulósica en condiciones de extraer biomasa de caña de azúcar para, mediante un proceso químico, destinar el producto final a la producción de papel.
“Es un programa que todos los años lanza la Universidad de Helsinki con apoyo de la cadena tecnológica finlandesa y un centro de investigación educativa, además de un grupo numeroso de empresas que financiaron el encuentro, llamado ‘Campamento joven del milenio’. Seleccionaron sesenta estudiantes de distintas partes del mundo; yo me había anotado en el área de recursos naturales renovables y fui seleccionado para integrar un equipo con otros cinco estudiantes de Rumania, Sudáfrica, Italia, Singapur y Tailandia. Después de la selección armaron el grupo y estuvimos trabajando on line seis meses antes del encuentro, con un guía que era doctor en química y una ayudante que era alumna de maestría. Fuimos diseñando el proyecto, y cuando fuimos a Finlandia lo terminamos de delinear y lo expusimos en una gala, a la que asistió el embajador argentino en Finlandia (Roberto Pierini)”, contó Ángel.
“Fue una experiencia muy interesante -afirmó-; además con mucha exigencia previa, durante la selección, ya que se habían inscripto más de mil quinientos estudiantes de distintas partes del mundo. Nos hacían preguntas de distinto tipo, por ejemplo cuál es la materia preferida, qué haría si fuera científico, cuáles eran mis gustos e intereses personales, por qué me interesaba participar del programa, y por supuesto nos pedían antecedentes en trabajos previos. Encima era todo en inglés, que era obligatorio, así que me vino bien el hecho de que empecé a estudiarlo hace unos cuantos años”, añadió.
En cuanto al encuentro desarrollado en Helsinki, el estudiante contó que “el propósito es ver qué ideas nuevas podemos aportar los estudiantes a todo lo que ellos ya tienen desarrollado en materia de utilización de recursos naturales en industrias como, por ejemplo, la papelera, en la que son líderes, y su vinculación con la cuestión ética. Y además les interesaba que planteáramos qué tipo de biorrefinería utilizaríamos en nuestros países. Nosotros trabajamos sobre la caña de azúcar, pero les interesa avanzar en la utilización de distintos tipo de residuos porque están trabajando en nuevos procesos. Incluso, lo que presentamos fue una mezcla de procesos existentes, y que ellos ya han descartado, con distintas materias primas, lo que podría aumentar la eficiencia. Es evidente que están definitivamente adelantados en la materia, pero siguen invirtiendo a futuro, a muy largo plazo, en todo lo relacionado con investigación y posibles avances técnológicos y científicos. Es algo que pueden hacer porque da la impresión de que lo tienen todo, que su economía y su sociedad tienen resuelto absolutamente, entonces se permiten invertir a muy largo plazo en este tipo de cosas”, opinó.
Ángel no tiene dudas en cuando a qué carrera universitaria quiere seguir. “Física; después veremos. Supongo que iré a estudiar a Santa Rosa, porque el aspecto económico incide mucho. En Finlandia me dieron un formulario para que llenara, como paso previo a la inscripción para estudiar allá, pero es algo muy difícil de concretar. Por lo que hemos averiguado, hay cierto apoyo para posgrados en el exterior, aunque para cursar carreras al parecer no es tan sencillo. Pero bueno, empezaré a estudiar Física y más adelante veré qué hago”, concluyó.
Fuente LA REFORMA