En la tarde noche de ayer viernes 05 de octubre, regresaba de la ciudad capital de nuestra provincia –donde estoy haciendo un tratamiento kinésico para encontrar soluciones a mi enfermedad neuromotora– y debí padecer el lamentable estado del tramo Macachín-Guatraché de la Ruta Provincial Nº 1. Ha sido dado a conocer esta situación en los medios gráficos y radiales provinciales a consecuencia de manifestaciones de los ciudadanos quienes habitamos los pueblos vinculados con esta vía, mientras que desde el gobierno provincial han respondido se ha efectuado el contrato con una empresa bonaerense para su reparado, hoy aún no comenzado.
Quienes transitamos a diario este camino tan estropeado además de estar en una situación de fragilidad y en peligro de tener un accidente trágico,
nos sentimos burlados por el tiempo de espera utilizado por el ejecutivo provincial en tomar la decisión política necesaria y adecuada. Hace dos años reuní las firmas de muchos habitantes de la zona en una nota que oficiaba como demanda en pos de este reclamo popular justificado en el lamentable estado de la ruta mencionada; llevé personalmente la nota al despacho del gobernador –evitó en octubre del pasado año su tránsito regresando a Santa Rosa en avión- quien en lógica expresión de su perfil no efectuó respuesta alguna.
Ante esta situación y dado que seguimos sujetos y expuestos a la antojadiza y egoísta decisión del gobernador para poder transitar nuestros caminos con el rango útil y lógico de seguridad, muchas veces por razones que obedecen a la continuidad de la estructura institucional de nuestra sociedad, les sugiero a mis conciudadanos eviten la contribución regular impositiva hasta que comience la reparación del tramo afectado.
Cuando puede parecer desatinada o poco ética esta decisión les hago saber que la práctica de atribuciones democráticas contemplan esta posibilidad, sustentada en el respeto que se ha omitido a nosotros habitantes de un sudeste muchas veces “olvidado” desde las esferas de poder.
A modo de epílogo confío no tener que ejercer este derecho y/o tengamos que padecer un trágico accidente para quienes nos deben oír nos oigan.
Mario Alejandro Higonet
