Se dice que la curiosidad es la mejor amiga de las mujeres y la más fiel amiga porque también es mujer, y no pocas veces las mujeres del mundo han tenido que aceptar obligadamente la etiqueta que les han colgado gratuitamente desde tiempos muy remotos.
No será el objetivo de este artículo desmentir lo anterior, si no al menos reconocer que el instinto natural de la curiosidad es algo normal que nos sucede a la humanidad en su totalidad incluyendo por supuesto a los hombres.
Vaya lo anterior a colación de que como en la mayoría de los casos en que se registran accidentes o algún incendio, un sinnúmero de curiosos -principalmente hombres- se acerca al lugar, su curiosidad en casi todos los casos molesta y dificulta el trabajo de bomberos y policías.
Los últimos incendios registrados en nuestra localidad no fueron la excepción y un gran número de curiosos que nada tenían que ver con los siniestros se juntaron para ver lo que ocurría, dificultando el trabajo de los servidores públicos.
En su muro de Facebook, el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Guatraché pide que no se reitere esta situación, expresada a traves del siguiente comunicado:
“Buenos días a todos… quizás este no sea el medio mas indicado para hacer alusión a un tema que en verdad nos preocupa y lo tenemos siempre en consideración…nos es muy grato ver que la población se interesa por nuestra actividad y se preocupa en muchos casos por la “desgracia” ajena…pero queremos desde nuestro humilde lugar pedirles encarecidamente a cada ciudadano de la localidad de Guatraché que por favor no nos sigan ante un llamado de sirena…es realmente una situación muy crítica para aquel que le toca vivir en propia persona un siniestro…sea de la índole que sea…insistimos que sabemos de la buena predisposición…pero realmente se nos dificulta llegar a destino de manera tranquila y previendo que no suceda algún accidente a la par y que no deseamos…por favor llamamos a la solidaridad de cada uno de ustedes y entre todos contribuyamos a la seguridad. Muchas Gracias”.
Como sabemos también que “la curiosidad se atreve más contra lo que más se prohíbe”, y que “una de las principales enfermedades del hombre es su inquieta curiosidad por conocer lo que no puede llegar a saber”, nos animamos desde esta página a invitarlo a que cuando escuche la sirena de los servidores públicos no salga despavorido corriendo detrás de la autobomba. A los pocos minutos conocerá por este -u otro- medio, ¿donde fue?, ¿cómo ocurrió?, ¿cuando?, ¿con quien?, ¿por que?, ¿quienes?, ¿cuantos?, ¿cuales?. Las respuestas llegaran en cuestión de minutos, tal vez horas, no sea impaciente, pues de persistir en sus manías sepa que ya no tendrá derecho de tratar de “chusma” a nadie.