Cooperativa de Jacinto Arauz: versiones y silencios

A casi tres semanas de la publicación de LA ARENA sobre el desplazamiento del gerente y el jefe de redes de la cooperativa de servicios públicos de Jacinto Arauz, el consejo de administración de la entidad sigue en silencio y rechaza a través de su presidente, Eduardo Sliaga, la posibilidad de informar a sus socios y la opinión pública sobre lo sucedido.

No obstante ese hermetismo, y de fuentes internas, se pudo conocer que el tercero beneficiado con una entrega de postes hecha de forma irregular con un trabajador de la cooperativa, se apersonó a la entidad y pagó por ellos. Una clara muestra de reconocimiento de la irregularidad, que no pasaría a mayores si el hecho no terminara sembrando sospechas sobre los desplazados.

Además, la entidad habría dispuesto una sanción para el trabajador en cuestión, pero mantiene su decisión de no informar ni denunciar la irregularidad.

Las fuentes aseguraron también que los dos jerarquizados empleados que fueron desplazados a otras funciones están pidiendo una declaración oficial que los desligue del hecho. Siempre en “off”, desde la conducción deslizaron que los dos movimientos no se produjeron como consecuencia de aquella irregularidad, pero se niegan a dar precisiones públicas, algo que aparece como una insensatez dada la responsabilidad que les cabe como administradores de una entidad de estas características.

Si esa medida de cambios en importantes cargos dentro de la estructura nada tiene que ver con la entrega de material de la cooperativa a un tercero, sin el conocimiento y autorización de las autoridades, es por lo menos inoportuna ya que permite un sinfín de interpretaciones y sospechas que recaen sobre los desplazados.

Investigación.

Estos, según las fuentes, estarían evaluando pedir en la Justicia una investigación que permita esclarecer la confusa situación para dejar a salvo su honor y, eventualmente, reclamar frente al daño que sienten están sufriendo a causa de decisión.

Como ya ha sucedido en otros casos, los directivos han mostrado signos de enojo por la difusión de todo el asunto, especialmente con este medio.

La cooperativa es una entidad cuya propiedad es del pueblo de Jacinto Arauz y forma parte -aunque su participación es escasa- de un movimiento cooperativo sólido y ampliamente reconocido en el país y fuera de sus fronteras. Quienes circunstancialmente están al frente de su administración y gestión deben hacerlo con transparencia y rindiendo cuentas en forma permanente a sus dueños, los socios. Y este reclamo debería ser tomado en serio por los araucenses, no sólo como parte de una comidilla, dimes y diretes que circulan a causa de que el consejo de administración no les pone el coto que se impone.

 

Fuente La Arena

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