Hilda Fittipaldi y Carlos Trabucco. Como vecinos y militantes hablaron y respondieron algunas de las críticas vertidas en la carta de la polémica.
“No hay peor ciego que el que no quiere ver, porque el que está políticamente inducido a hacer esto, por más que se le demuestren las cosas que se han hecho y se están haciendo, siempre va a querer encontrar algo”, expresó el secretario de la Producción de la comuna, Carlos Trabucco, al responder a las críticas efectuadas por vecinos de San Miguel Arcángel en una dura carta elevada al Concejo Deliberante y publicada la semana pasada en el Semanario Cambio 2000.
“Nosotros no hablamos como funcionarios, sino como vecinos de San Miguel y como militantes”, expresó Carlos Trabucco, quien se acercó a esta redacción para responder lo vertido en esa carta, que tiene la firma de más de 150 vecinos de la localidad.
“Es una carta contestataria, porque más que una intención constructiva tiene resabios reaccionarios ante una circunstancia”, agregó Carlos Trabucco, al referirse a la nota en la que los firmantes consideran que San Miguel es un pueblo abandonado.
“Podemos convenir en que algunos puntos son mejorables y en que hay que trabajar mucho en San Miguel, pero esto no es nuevo, se trata de problemas históricos y estructurales que tiene el pueblo”, apuntó Hilda Fittipaldi quien, además, opinó que la carta está politizada, considerando que estamos en un año electoral.
“La única verdad es la realidad, pero las realidades son subjetivas”, apuntó Trabucco. “El que hable en nombre de la gente se equivoca, porque tiene que estar hablando en nombre de una subjetividad. Lo que existe son culturas. Y en San Miguel, como en todos los pueblos rurales, están presionando para lograr una desculturización de la problemática rural. San Miguel no escapa a esto”, señaló el secretario de la Producción.
“Aparece alguien con dos luces más, hace una nota y como todos somos reactivos, utilizan a personas para que firmen, entonces la firma no es un acto demostrativo de una voluntad, es un acto demostrativo de una reacción. Y no es que no le doy identidad a las firmas, solo quiero plantear que nosotros vemos una realidad distinta”, sostuvo.
“Si uno no quiere ver una cosa, por más que se la metan en la cabeza, no la ve. Esto está dirigido a generar una cara distinta de la realidad, vista no por un dirigente político o un funcionario sino por dos habitantes de San Miguel que son dos militantes societarios”, dijo.
“La población general no se expresa en esa carta”
“No comparto cuando se dice en la carta que ‘la población en general considera un abandono total de pueblo’. Primero, no es verdad que la población general se esté expresando acá, es una cosa subjetiva del que hizo o de quienes hicieron la nota. Segundo, San Miguel Arcángel es un encuadre poblacional dentro de un territorio que es el cuartel IX, que ha tenido un desarrollo importantísimo. Tal es así que el cuartel IX dentro del distrito de Adolfo Alsina es el que más casas habitadas tiene por kilómetro cuadrado, o sea, es el sector más poblado del campo”, puntualizó.
“Y cuando la nota refiere a que ‘estamos sin atención médica permanente o diaria’ y a que el ‘Dr. Bellido Nuñez hace patria con su presencia semanal’, tengo que decir que el doctor Bellido Nuñez no va a San Miguel a hacer patria, sino por una cuestión de trabajo y por un peculio”, resaltó Trabucco.
Y aclaró que el doctor Bellido Nuñez renunció a su cargo de director de la Sala de Primeros Auxilios “por una mejor ocupación en otro lugar y no porque se fue expulsado de San Miguel Arcángel. Tampoco se fue afuera del partido. Entonces la situación del doctor Bellido Núñez no está en consideración porque no se fue del pueblo eligiendo otra alternativa, sino por otro trabajo que le convenía más. Por eso renunció”.
“Con respecto a la doctora -continuó-, Hilda y yo a través de una conexión con la doctora Paula Cuco, tuvimos conocimiento de que una doctora tucumana, cuñada de Ahmad, tenía intenciones de emigrar de Tucumán, por lo que nos contactamos y generamos todas las condiciones para que la doctora viniera a San Miguel”, relató Trabucco.
Contó que la doctora “fue atendida preferencialmente por el Intendente y por la comisión de la Sala de Primeros Auxilios, que le preparó el hábitat, y fundamentalmente por nosotros que la llevamos y le pusimos a disposición un vehículo y el costo de todas las necesidades que tuvo, hasta que se pudo instalar con toda la normativa de la provincia de Buenos Aires en orden, con trámites que debió hacer en Buenos Aires y otros en Bahía Blanca, más la homologación del título, con pasajes pagados por la familia Trabucco, porque el municipio no podía generar un gasto en una persona que no estaba nombrada. Una vez nombrada, el Municipio le reconoció los gastos y nos devolvió el dinero”.
El secretario de la Producción dijo que el planteo de la doctora fue “exclusivamente gremial, porque el municipio estaba dispuesto a abonarle un ingreso de 7.000 pesos de parte de la administración municipal, con la profesión libre, y ella pedía un 50% más”.
“La doctora iba a tener la seguridad de $ 7.000, más la casa y los servicios, como Internet, gas y teléfono. Esas fueron las condiciones. En definitiva ella estuvo un mes y medio y al municipio le costó 12.000 pesos, pero todo se hizo dentro de la normativa y de lo que había convenido con el doctor Fino. Y el Intendente, sin tener absolutamente ningún papel firmado, le reconoció absolutamente todo lo que había hablado con el doctor Fino”, señaló.
“Por lo tanto -añadió- la doctora se fue porque el dinero que cobraba no le alcanzaba y porque supuestamente en Tucumán ganaría más, pero no porque no le hayan cumplido con lo prometido, como dice la carta”.
“Es más, el acuerdo que tenía con Alberto (Gutt), es que iba a venir por tres meses (enero, febrero y marzo) y en esos tres meses de prueba iban a discutir las condiciones. Pero en principio venía ganando 7 mil pesos con el ejercicio de la profesión libre”, apuntó Trabucco. “Y esto de que a uno lo tomen a prueba es una cosa lógica y está amparado por la ley”, agregó.
“Pero es la comunidad la que tendría que haber venido a plantearle al Intendente estas cuestiones en defensa de la doctora cuando ella estaba acá. Entonces, invito a estas 150 personas a que manifiesten si hubo voluntad de alguien para que la doctora se quedara”, subrayó.
“Igualmente, hay que reconocer que la comisión de la Sala de Primeros Auxilios trabajó y mucho para que ella se quedara. Y esto hay que reconocerlo porque es un grupo de gente que trabajo creándole las condiciones para que la doctora tenga un lugar digno para vivir”, destacó por su parte Hilda Fittipaldi.
“Cuesta conseguir médicos”
Siempre hablando de la problemática de la salud, Trabucco dijo que “nadie está exento de pasar por una emergencia en cualquier lugar, pero en San Miguel no hay grado de incidencia como para justificar poner un helicóptero o un avión, como dijeron en un determinado momento”.
Y agregó que “el problema de la falta de médicos en los sectores rurales es fundamentalmente por el grado de complejidad, porque el chico que se recibe busca primero satisfacer una necesidad profesional. Y en San Miguel, como en todos los pueblos rurales, hay pocas posibilidad de satisfacerlas, porque no tienen medios”.
“Este problema no solamente ocurre en San Miguel, sino todo el país. Cuesta conseguir médicos para el interior”, expresó.
“Sin embargo nosotros, como militantes sociales, trajimos dos médicos en el transcurso de dos años, aunque nos salió el tiro por la culata”, agregó.
“Además, tenemos una militancia atrás de la Sala de Primeros Auxilios, y esta nota es una falta de respecto hacia la comisión y hacia el grupo que en el año ‘98 generó 35.000 dólares que sirvieron para pagar el 80% de la sala nueva que hizo la comunidad”, puso de relieve.
En cuanto a las demoras en la conclusión de la nueva Sala de Primeros Auxilios, Trabucco explicó que los materiales están en San Miguel Arcángel aportados por el municipio y que en estos días llegaban las tejas faltantes.
También manifestó que la postura del director de Salud es que en San Miguel, como en todos los pueblos rurales donde habitan muchos ancianos, se habilite un hogar para adultos.
En este sentido, Hilda Fittipaldi dijo que junto a su marido desde hace dos años venían gestionando la posibilidad de reacondicionar un edificio de la Curia para que cumpliera la función de un Centro de Día, como el que existe en Carhué.
“Era una parte muy pequeña de ese edificio, que involucraba una cocina, un comedor, un pequeño patio y un complejo sanitario mínimo, porque pretendíamos que los ancianos estuvieran desde las 9.00 de la mañana hasta las 18.00, como se hace en Carhué en el Centro de Día, porque creo que es un primer paso para ir llevando a la gente y acostumbrarla”, expresó.
“Entonces los dos visitamos los geriátricos del partido de Puan, que tiene un largo camino recorrido en ese sentido, y después nos fuimos a Bahía Blanca para hablar con las monjas que atienden a los ancianos en un edificio que depende del Arzobispado, quienes nos dieron las instrucciones”, acotó Hilda.
“Nosotros creíamos que por esa veta podíamos entrar, porque se trata de una cuestión humanitaria, pero no pudimos. Simplemente sé por gente allegada y gente que estaba en la comisión de la sala y en la comisión de la parroquia, que el pedido no fue bien interpretado”, dijo.
Internación para abuelos
“Entonces -destacó Hilda Fittipaldi- como nos pareció que no podíamos seguir perdiendo el tiempo cuando no habíamos sido interpretados y tampoco quisimos meternos en algo que es privado, no seguimos insistiendo. Nos dimos cuenta de que habíamos perdido el tiempo. Y pensamos que a lo mejor en la sala vieja de San Miguel, ahora acondicionada, se podría poner un centro de internación, algo que a la sala también le traería beneficios desde el punto de vista económico”.
Carlos Trabucco sostiene que quien escribió la carta “no milita societariamente en San Miguel. Seguramente es gente que está afuera de los problemas, porque hay caminos recorridos”.
Y manifestó que cuando se planteó la posibilidad de implementar un hogar para ancianos, había tres posiciones. “La comisión hablaba de hacer un Hogar de Adultos en la sala vieja, nosotros insistíamos con el edificio de la Curia y Gutt propuso implementar una internación para abuelos”, señaló.
“La realidad nos lleva a que lo más lógico es lo que proponía Gutt, porque para implementar un centro de internación hay que tener toda una infraestructura, como un lugar para cocinar, un lugar para bañarse, un lugar para que duerman, un lugar para que coman y enfermeras, y toda esa estructura no la paga el municipio, sino que viene a través de la coparticipación”, resaltó Trabucco.
“Por eso ahora se está trabajando para aumentarle la complejidad a la sala, que va a requerir más personal y esto viene a contestar cuáles son las fábricas que hay en San Miguel y que no ven, como en este caso, el trabajo del estado”, puntualizó.
“Nosotros en los pueblos rurales tenemos que llevar la subsidiaridad del estado a través de la creación de servicios subsidiados”, acotó.
“Debemos valorar lo que tenemos”
Hilda Fittipaldi agregó que en San Miguel se pueden prestar servicios. “La educación es un servicio y en San Miguel la educación es un privilegio. En este pueblo, con un censo de 500 habitantes, tenemos dos secundarios con dos modalidades distintas, por lo que el chico puede elegir una u otra. Tenemos una planta de profesores que está viajando desde Darregueira y desde Carhué, a pesar de lo mal que dicen que están los caminos. Estamos llevando profesionales a dar clases a San Miguel y eso eleva la calidad educativa de nuestros alumnos, que salen mejor preparados para el campo laboral o para la Universidad”, resaltó.
“Entonces, ¿cómo es posible que no tengamos en cuenta eso en San Miguel?”, se preguntó.
La concejal, no obstante, agradeció la nota “porque cuando uno está en un cargo público no puede hacer la plancha y está bien que a uno lo muevan, pero debemos valorar lo que tenemos y salir a pelear por lo que no tenemos. Y lo que tenemos es mucho para un pueblo como San Miguel. Hablo de educación porque lo siento y toda mi vida trabajé en educación”.
“Me duele que no valoramos lo que tenemos y hemos conseguido con esfuerzo. Hoy nosotros tenemos una Escuela de Música que es un apéndice de la Escuela de Música de Carhué. Eso también está generando fuentes de trabajo, también está generando movimiento y lo más importante es que estamos sacando chicos de la calle y les estamos dando una herramienta, porque los pibes de San Miguel tienen una predisposición especial hacia la música”, resaltó.
“Además, San Miguel fue el primer pueblo del distrito que tuvo Internet y dentro de unos días van a llegar las netbook para los chicos de los colegios. Yo milito y adhiero a la política del gobierno de la nación y de la provincia porque hay toda una escala de valores que estos gobiernos, tanto nacional, provincial como municipal, llevan adelante y esa asistencia llega a San Miguel. Por eso considero que hay que mirar todo el panorama, no circunscribirse a lo que falta y por lo cual hay que trabajar”, enfatizó la docente y periodista.
Carlos Trabucco añadió que la oferta educativa trae aparejado un movimiento económico, “porque la persona que va a dar clase no es un seminarista, sino alguien que cobra. Y si alguien de Carhué, de Darregueira o de Rivera pone su vehículo y va a dar clases, es porque va a ganar dinero. Dejan conocimientos y generan movimiento en el pueblo, porque también venden y compran cosas. Y esto es generar puestos de trabajo. Y son trabajos calificados”.
“No hay que tirar abajo la autoestima del pueblo”
Por otro lado, Trabucco mencionó que “en el cuartel IX tenemos 6 tambos que están arriba de los 1.500 litros y cualquiera de esos tamberos está ganando entre 8 y 15 mil pesos. Sin embargo en los 6 tambos no hay ningún trabajador de San Miguel, todos vienen de afuera, porque no existe la cultura del trabajo en el sector rural, porque hay un proceso de desculturización”.
“Si no fuera de San Miguel y leo esa nota, diría que esa gente vive en un infierno. Sin embargo hemos recorrido un camino que hay que valorar y no hay que tirar abajo la autoestima del pueblo de esa manera”, expresó Hilda Fittipaldi.
“Cuando a uno le tiran la autoestima abajo, es la mejor forma de que se quede quieto, que se inmovilice y se crea todo lo que le dicen. Yo lo siento así, por eso la nota no me molesta pero si me duele porque hay un camino recorrido y gente que ha hecho mucho por San Miguel y sin embargo en esa carta no está de manifiesto”, apuntó.
“El productor está desculturizado”
En la carta publicada en la edición anterior también se cuestiona que no se haya concluido el Salón Comunitario. “El que habla del espacio público en San Miguel es porque no lo conoce o no se ha puesto a pensar”, sostuvo Trabucco.
“San Miguel, por la cantidad de habitantes, tiene una infraestructura cubierta para deportes y actividades bajo techo que no la tiene nadie, no se si existe en Bahía. Somos 500 habitantes y tenemos un salón de 1.500 metros cuadrados, además del salón cubierto de las hermanas que anda entre los 400 o 450 metros cuadrados y también tenemos el salón parroquial de 200 metros cuadrados, o sea que para 500 habitantes tenemos una capacidad de 2.000 metros cuadrados cubiertos. Tenemos una súper estructura para la actividad bajo techo”, destacó.
“Insisto con el proceso de desculturización que pareciera dirigido a bajarnos la autoestima, porque en vez de levantarla, de decir: ‘muchachos, en San Miguel tenemos un salón, vengan a hacer fiestas’, en vez de decir: ‘Gutt tráigalo a Sergio Denis que nosotros una vez metimos 3.000 personas’, escuchamos que el salón no está terminado”.
“Hay que saber que la mano de obra de San Miguel no la crea el pueblo, y este es un concepto equivocado de esta gente, porque cree que hay que traer fábricas. No. Hay que habitar las casas que están vacías en los campos. Por el último censo nosotros tenemos 42 casas abandonadas en el cuartel IX, entonces no puedo traer una fábrica a San Miguel porque no voy a tener empleados, cuando no hay empleados para el campo”, indicó.
“El problema no es la falta de trabajo, el problema es que el productor esta desculturizado, tiene valores culturales que son expulsivos, que sacan a la gente del campo. Y no es un problema exclusivo de San Miguel, es un problema que se da en todo el país y se trata de un modelo de desarrollo internacional”, aseguró el secretario de la Producción.
Una propuesta de arraigo para el sector rural
“Como militantes lo que proponemos es que para ocupar esas casas abandonadas en el distrito de Adolfo Alsina, que de acuerdo al último censo son 250, se le debe otorgar un subsidio de 3.000 pesos al que facture más de 120 mil pesos, para que el que vive en el campo pueda tener un peón y si tiene un hijo que lo retenga, pero no que lo retenga con trabajo esclavo, sino con todas las de la ley”, subrayó Trabucco.
“Esa es la discusión, no si traigo o no traigo una fábrica. El que absorbe y genera condiciones para la mano de obra es el campo a través de producciones intensivas”, apuntó.
“¿Cómo hacemos que la gente se quede en el campo?. Con servicios y alta rentabilidad. Hoy existe alta rentabilidad, dejando de lado la sequía. En este momento hay pedidos para la habilitación de cuatro tambos en el distrito de Adolfo Alsina y eso significa una inversión de 2 millones de pesos por cada uno”, destacó Trabucco.
“La Cooperativa Agropecuaria de Rivera va a poner un tambo en el que va a invertir 2 millones de pesos y aspira a tener 300 vacas en ordeñe. Otro elemento importantísimo para rescatar es el asociativismo. La Cooperativa de San Miguel comprará 140 vaquillonas para entregarlas a 10 o 15 productores y a esas vaquillonas no las va a cuidar el dueño, cada uno va a poner un peón, pero ese peón no puede dormir en un gallinero, hay que tenerlo con todas las de la ley”, dijo.
El secretario de la Producción también remarcó que la Ley de Desarrollo del Sudoeste bonaerense, en este sentido, es auspiciosa, ya que por ser una zona marginal desde el punto de vista productivo, se están creando las condiciones de acuerdo a la zona.
“Y de ahí viene el tema de los subsidios. Nunca antes el distrito de Adolfo Alsina tuvo los subsidios que tiene ahora. Nosotros el año pasado distribuimos más de 5.000 millones de pesos, de los cuales 320 mil se distribuyeron en San Miguel”, aseguró.
En el campo faltan servicios
Carlos Trabucco admitió que en el sector rural faltan servicios. “Pero el gobierno a través del PROSAT subsidia el desarrollo de líneas que hacen a la producción. En Adolfo Alsina prestan servicio 5 cooperativas, de las cuales 4 son de acá (Maza, Rivera, Carhué y San Miguel) y la restante del partido de Puan. A las 4 cooperativas del distrito las invitamos para que tramitaran un subsidio y las únicas que lo tramitaron fueron Maza y Darregueira”, señaló.
Remarcó que “el subsidio es para llevar las líneas de monofásicas a trifásicas. Eso significa una inversión importante. En aquel momento cuando se hicieron las líneas hubo algunos visionarios que pusieron trifásica, pero muchos no. Y hoy hay demanda de gente que pondría un taller, que necesita trifásica, y fundamentalmente se necesita para los tambos”.
Al ser consultados por los motivos por los cuales la mayoría de las cooperativas no tomó el subsidio, respondió: “Porque la mayoría de los dirigentes no conoce el campo, entonces buscan el retorno más fácil”.
Por último, Trabucco puntualizó “que quien escribió la carta no conoce San Miguel o lo hizo con otras intenciones, porque en San Miguel hay gente que lucha y genera cosas espectaculares”, aseguró.
“Por ejemplo, en ningún lugar se habla de la obra de agua potable. Sabemos que hace un año y medio se tendría que haber terminado, sabemos que los pagos a la empresa no se hicieron en tiempo y forma y que la obra se fue atrasando, pero hoy se está zanjeando todo el pueblo para que el agua llegue a todos los domicilios y completamente gratis. Y es una obra fundamental que va a estar. ¿Cómo es posible que no aparezca en esa nota la obra que se está haciendo?”, expresó Hilda Fittipaldi.
(Cambio 2000)