“La Soberanía hidrocarburifera no tiene precio”, dijo Higonet

Luego de once horas de debate y con 42 votos a favor aprobamos el proyecto de ley que ratifica el Convenio de Solución Amigable y Avenimiento de Expropiación celebrado entre la República Argentina y REPSOL S.A., REPSOL Capital S.L. y REPSOL Butano S.A

Tras un arduo trabajo, llegamos a acordar una suma mucho menor de lo que pretendían las autoridades de Repsol en sus comienzos, y acordamos el pago de 5.000 millones de dólares, no en efectivo sino en bonos soberanos, garantizando que el expropiado no va cobrar más de lo pactado.

En los 90 YPF fue privatizada, y no sólo se la vendió, sino también se privatizaron las áreas de explotación. En ese entonces, ya no era de interés la política hidrocarburífera argentina.

En 2013, con una producción nacional de petróleo que bajó el 2,5 % y de gas, el 5 %, YPF aumentó su producción en 3 % y en 2 %, respectivamente. Y en enero de 2014, ya podemos hablar de un aumento de la producción del 9,7 %. También, aumentó la inversión, de 25 equipos de perforación pasamos a tener 68. Lo mismo con el índice de reservas, que por cada barril aseguramos un barril y medio más.

En el caso de La Pampa, que tiene la explotación de 600 kilómetros cuadrados, han significado regalías por 130 millones de pesos en 2013 para nuestra provincia.

Pero, más allá de las tasaciones, de las valuaciones que podamos hacer, lo cierto es que hablar de soberanía hidrocarburífera no tiene precio. Por eso, estoy realmente convencida de mi voto positivo en el día de ayer, estoy convencida del paso hacia adelante que dimos en crecimiento, en apoyo, en fortalecimiento de nuestra soberanía energética, en la grandeza de nuestro país, y en el bienestar de tod@s los argentinos.

 

“ Estamos hoy iniciando el cierre de un proceso que comenzóen abril de 2012, luego de imágenes que pasaban a ser casi comunes en nuestro país, de largas colas en las estaciones de servicio por la falta de combustible, cosa que iba totalmente a contrapelo con la situación de un país pujante, con fuerte inversión en industria; de un país en crecimiento, de un país con fuerte movimiento turístico. Y esto llevó a la decisión de la presidenta a intervenir YPF a través de un decreto en abril de 2012.

Luego pasó la ley por ambas cámaras y es así que en mayo se promulgó la ley 26.741 que declaraba de interés público nacional el autoabastecimiento de hidrocarburos, de utilidad pública y con derecho a expropiar el 51 por ciento de las acciones de YPF creando, además, el Consejo Federal de Hidrocarburos, que iba a estar conformado por representantes del Poder Ejecutivo nacional como también de las provincias, quienes iban a fijar la política hidrocarburífera de nuestro país.

Así comenzó este mecanismo de expropiación que nos permite la Constitución, que tiene estos tres pasos: la declaración de utilidad pública, la ratificación por una ley y, luego, la indemnización. Este Convenio de Solución Amigable que hoy estamos tratando establece el pago. Luego, a partir de estas acciones iniciadas en abril y en mayo distintos representantes del gobierno y de Repsol comenzaron las negociaciones para poder cumplir con este tercer paso que es el pago de la indemnización.

Reconocemos el trabajo realizado por técnicos legales y contables, llegando a acordar una suma mucho menor de lo que pretendían las autoridades de Repsol en sus comienzos y acordando el pago de 5 mil millones de dólares, no en efectivo sino en bonos soberanos, en títulos con un determinado valor de mercado, garantizando este valor con otro paquete de bonos que no puede exceder de mil millones de dólares en valor nominal, pero también garantizando que el expropiado no va cobrar más de lo pactado y lo acordado.

Ayer escuchaba a nuestra querida Teresa Parodi que decía que aprender la lección de la historia debe ser no perder la memoria. En honor a la memoria quiero decir de qué YPF estamos hablando, la que fue, es y va a ser nuestro orgullo nacional. De esa YPF que comenzó en 1922 y que no sólo era dueña de los principales o de la mayor cantidad de yacimientos del país, sino que también en aquellas regiones despobladas e inhóspitas, donde iba a instalarse, realizaba todo tipo de desarrollo territorial para poder establecer la infraestructura económica y social necesaria en esos lugares donde seguramente era impensado poder llegar de otra manera.

Esa YPF que en los 90 fue privatizada, que no sólo se la vendió sino también que se privatizaron las áreas de explotación. Se  econvirtieron contratos de explotación por libre aprovechamiento del hidrocarburo. Esa YPF que en 1999 fue comprada por Repsol por el valor de 130 mil millones de dólares, de los cuales ingresaron 4 mil millones, porque el resto se pagó a accionistas privados a través de la Bolsa del mundo, que a poco tiempo ya no era de su interés invertir en petróleo en nuestro país, y que comenzó a sacar los excedentes fuera del país para llevarlos a su casa matriz. Ya no era de interés la política hidrocarburífera argentina.

Cuando nosotros tratamos acá la ley de expropiación, yo planteaba que significaba para el Estado argentino un doble trabajo, una doble acción, un doble paso: mostrar hacia el mundo esta defensa absoluta de la soberanía nacional, hecho que se condice absolutamente con lo que cada día planteamos con respecto a las Malvinas Argentinas, también en defensa de nuestra soberanía y de nuestros recursos; pero que hacia adentro tenía el enorme desafío de poder mostrar que también las empresas en manos del Estado pueden ser eficientes. Estos son los números que hoy tenemos para mostrar. En 2013 con una producción nacional de petróleo que bajó el 2,5 por ciento y de gas, el 5 por ciento, YPF aumentó su producción en 3 por ciento y en 2 por ciento, respectivamente. Y en enero de 2014 ya podemos hablar de un aumento de la producción del 9,7 por ciento. Aumentó la inversión en un 130 por ciento, es decir que de 25 equipos de perforación pasamos a tener 68. Aumentó el índice de reservas 1,58. ¿Qué significa esto? Que por cada barril aseguramos un barril y medio más.

Esta es la YPF de la que hoy hablamos, es la YPF que en el caso de mi provincia, que tiene la explotación de 600 kilómetros cuadrados, en el sudoeste de la provincia hay mitad de acciones de YPF y de otra empresa, y han significado regalías por 130 millones de pesos en 2013 para nuestra provincia.

Además, más allá de las tasaciones, de las valuaciones que podamos hacer, lo cierto es que hablar de soberanía hidrocarburífera no tiene precio. Por eso, recordando lo que dijo Teresa: en honor a la memoria es que estoy recordando la historia para no volver a repetirla.  Estoy convencida de este voto positivo, estoy convencida de este paso que hoy damos en crecimiento, en apoyo, en fortalecimiento de nuestra soberanía energética, en el crecimiento y la grandeza de un país, y en el bienestar de todo el pueblo argentino. “

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