El kiosquero Alberto Curse fue asesinado a golpes durante el asalto. Ahora la investigación está orientada a establecer a quién pertenecen las prendas y el resto de los elementos robados el día del homicidio y hallados en una cueva de peludos.
General Acha (Agencia) – La investigación por el crimen de Alberto Cruse, el kiosquero de General San Martín asesinado a golpes durante un asalto, entró en una etapa de incertidumbre que retrotrae la situación al minuto cero: las muestras de ADN que se mandaron a analizar no corresponden a los detenidos y acusados por el hecho.
“Las pruebas de ADN fueron agregadas a la causa…dio resultado negativo con respecto a los imputados pero positivo con respecto a la víctima”, destacó una fuente consultada por El Diario.
¿Qué significa esto? Que en realidad las manchas de sangre en las ropas que halló la policías en una cuevas de peludos durante un rastrillaje por la zona rural de San Martín dieron como resultado que correspondían a la víctima, pero no hay rastros genéticos ellas de los acusados por el crimen.
El primer detenido en el caso con prisión preventiva fue Héctor Hellman (32). Luego le tocó el turno a Franco Gabriel González (23). El tercer involucrado es Luciano Suazo (18), quien permanece con prisión domiciliaria en la casa de sus abuelos en la localidad de Abramo.
Justamente el abogado de este último, Ramiro Kazanitz, de la localidad de Bernasconi, ya habría sido notificado del resultado de las muestras de ADN.
Ahora, la investigación está orientada a establecer a quién pertenecen los elementos utilizados para el ADN o bien quién los utilizaba al momento del suceso.
La causa está en manos del fiscal achense, Máximo Paulucci. El juez de control interviniente es Héctor Freigedo.
Debido al estricto hermetismo y silencio con que viene trabajando el Ministerio Público Fiscal y la propia Policía, es imposible poder contar con alguna información oficial.
Elementos
Un par de semanas posteriores al crimen de Cruse, la policía encontró varios elementos que habrían sido parte del botín que el supuesto asesino se llevó del kiosco, propiedad de la víctima, después de cometer el crimen que conmociona a la localidad de General San Martín.
En un rastrillaje en el camino paralelo a las vías férreas que conducen a Bernasconi y a un par de kilómetros al oeste de San Martín, en el interior de una cueva de peludos, la policía encontró un par de pantalones con manchas de sangre, un par de zapatillas, paquetes de masitas y golosinas y tarjetas para celulares (unas veinte en total) ya cargadas al o los móviles telefónicos.
El hecho
Gerardo Alberto Cruse era dueño de un pequeño kiosco ubicado sobre la calle Juan Celman, frente al hospital de General San Martín. Su cuerpo fue encontrado entre las 11 y las 12 horas el lunes 26 de agosto pasado por un sobrino mayor de edad.
De acuerdo con algunos testimonios que recabó la Policía, Cruse no atendía el kiosco desde el mediodía del domingo.
La autopsia practicada por el médico forense Juan Carlos Toulouse al cuerpo de la víctima arrojó que murió como consecuencia de varios golpes en la cabeza. Además, reveló como dato que la víctima tenía algunos puntazos de arma blanca, un brazo quebrado y que el deceso se produjo entre las 20 y las 21 horas del domingo.
Fuente: El Diario de La Pampa