Apuntes de la visita del Presidente Hugo Chavez a la Argentina (Por Julio César Santarelli- Especial para la 90).
Mal dormidas
Entre sueños y pesadillas el día comienza con la radio sonando por lo bajo y escupiendo a una alocada Magdalena Ruiz Guiñazú que despotrica del mundo. “No puede ser que se le entregue un premio que han recibido prestigiosos periodistas a un hombre que cerró radios y canales de televisión” dice la veterana periodista acerca del Premio Rodolfo Walsh que se le entregará por la tarde a Hugo Chavez en la Facultad de Periodismo de La Plata. A su lado, María O´Donell alimenta el fuego con un tono salivado de mala noche.
Ambas aplican la teoría que ya la gente no consume más. Creen que repitiendo una idea hasta el hartazgo termina convirtiéndose en noticia y penetrando en el pensamiento de la ciudadanía. El objetivo es meterle a las personas la idea de que Argentina como Venezuela son un lugar dónde corre serio peligro la libertad de expresión. Uno piensa “si no hubiera libertad de expresión estas dos periodistas no podrían estar diciendo y repitiendo todas las santas mañanas las barbaridades que dicen”.
La Palabra al pueblo
Las radios comunitarias son la voz de los barrios, del panadero, del carnicero, de la señora que sale a barrer la calle y prende la radio para bailar un tango con la escoba. Las radios de baja frecuencia han comenzado a hacerse valer, las personas que allí trabajan han logrado hacer creíble su palabra, han logrado identidad, se han formado como personas de acción y se forman junto a los oyentes en su vida cotidiana. Por otra parte, los grandes medios de comunicación son, ante todo, empresas que tienen intereses diseminados por todo tipo de rubros comerciales y por ende, cada noticia que producen tiene un porqué económico individual. Terminó la era de Clarín, terminó la era de La Nación, terminó la era de Radio Continental, terminó la era de LU2. Ya no son un simple medio de comunicación para la gente, ahora los oyentes las ven como empresas que tienen intereses particulares. Es como si llegara a Guatraché una empresa que vende un fertilizante agrícola que está comprobado que provoca cáncer en las personas y para instalarse en la población y tener ventas invierte en una radio que emite a Shakira, Ricky Martín y el resto de la música comercial (vacía) todo el día y entre tema y tema vende una publicidad de cáncer envasado. La radio tiene un interés estrictamente comercial. Ese es el mecanismo con el que se manejan los grandes medios de comunicación. En estos tiempos lo que interesa es la producción local, lo cercano, lo que nos rodea en la vida cotidiana y que apunta a construir ciudadanía, lo que une, lo que enlaza, lo que acerca, lo que nos saca de la dependencia televisiva para volver a ponernos cara a cara para discutir ideas transformadoras.
Mientras están en la siesta
Martes por la tarde, desde la bicicleta se puede ver varias cuadras antes de la Facultad de Periodismo a la gente movilizándose. Atrás quedaron los tiempos del chori y la coca, ahora el vehículo es la militancia. El otoño se está haciendo camino al andar en una ciudad de La Plata con muchos árboles. “Mientras esté el sol el día todavía es agradable” dijeron al pasar. La gente del grupo Quebracho está perfectamente organizada para hacer la seguridad del evento, cada uno sabe que tiene que hacer y cuál es su función, todos están muy despiertos. La prensa transita por un corralito de unos treinta metros y se ubica a la izquierda del escenario. Poco a poco comienzan a llegar las personas y el escenario se carga de gente. Primero toca un grupo de cumbia que se llama Clase K, luego una banda multicultural encabezada por un venezolano que se llama Ensamble Tierra Sur dónde toca el bajo un pampeano. Luego comienza a alterarse la energía del lugar, autos que pasan a gran velocidad, murmullos en la gente, más autos que llegan, personas de traje que bajan de los vehículos y Hugo Chavez que baja con una sonrisa de oreja a oreja y sin protocolos, se saca fotos y se abraza con todo aquel que se le acerca. Luego sube al escenario…
Diálogo
En el breve discurso de poco más de una hora, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, le dijo a la pueblada que no baje los brazos, que sigan construyendo. Eso incluyó hablar de las vacas que se llevó Venezuela de Argentina, de los Barcos que se están construyendo en la actualidad en el Astillero de Ensenada, citó a Galeano, a Franz Fannon, a Martí, a “Juan Jacobo” Rousseau, recordó al Premio Nobel (Obama) que hoy está lanzando misiles a la gente en Libia desesperado por petróleo, habló de cine, habló de literatura, fomentó el estudio, la lectura, habló de Fidel. Pero todos esos temas sirvieron para decirle algo a la gente al oído “no bajes los brazos”. Entre palabras y palabras recibió el premio Rodolfo Walsh que se le hace entrega a personalidades del Periodismo y que en otros tiempos lo recibieron Juan Gelman, Eduardo Galeano, Rogelio García Lupo, Ignacio Ramonet o Víctor Hugo Morales entre otros. Hugo Chavez Frías lo recibió por su aporte a la comunicación en Venezuela pero bien se lo hizo merecido por su aporte a la comunicación a través de un par de palabras, como decía Paulo Freire, a través del diálogo, que tuvo con la gente hoy martes en La Plata. Eso es la comunicación, el intercambio de ideas, una charla, un debate, un momento de reflexión que puede ser en la panadería de Nelson, en el Club, en lo del Cabezón, en el Banco Pampa, dando unas vueltas a la Plaza, en la esquina del Instituto, en el bar de Cococho o arriba de un escenario como lo hizo Hugo Chavez.
Película
A la vuelta de todo volvieron a escucharse en una habitación aún sonando las palabras que Magdalena decía durante la mañana y que horas más tarde repitió en el dial con total libertad de expresión el hijo del empresario Franco Macri acerca de la falta de “libertad de expresión”. Volvió también a retumbar en una habitación aquella idea goebbeliana de que una mentira repetida miles de veces se convierte en verdad. Aparecieron imágenes cuando los grandes medios de comunicación, sedientos de regalarle el petróleo a Norteamérica, provocaron el Golpe de Estado en Venezuela en 2002, mecanismo mediático que tan bien se deconstruye en la película “La Revolución no será televisada” (o “transmitida”, según la versión que consigas bajarte de internet para mirarla). Ya sabes como están vendiendo el pescado. El futuro está hoy y para siempre en tus manos nene…
Leer mas
