LA DIGNIDAD TAMBIÉN ES NOTICIA
Ayer encontré en los diarios de La Pampa, noticias de Guatraché. Ambos medios daban cuenta de un hecho realmente notable: El Concejo Deliberante de nuestro pueblo, por unanimidad, pidió que se investigue el episodio en el que, hace treinta y siete años, fuera asesinado uno de sus hijos, Carlos Alberto Davit.
Carlitos tuvo el atrevimiento de pensar distinto de quienes, por aquellos días, usurpaban el gobierno de los argentinos. Ese fue su delito. Esa fue la conducta que, para sus verdugos, mereció la muerte.
Pero, más allá de la interpretación que cada uno pueda hacer de aquella época de nuestra Historia, Carlitos fue asesinado y aún no conocemos a los responsables directos de su muerte ni a los que dieron la orden de hacerlo. Las noticias fueron difundidas, en aquel momento, por quien se constituyó en el vocero regional de la dictadura, el diario La Nueva Provincia.
Este Honorable Concejo Deliberante reclama, treinta y siete años después, se investigue todo aquello.
Un pueblo que, a través de sus representantes, reclama investigación y Justicia para uno de sus hijos, más allá de las características de la muerte, merece la consideración de su gente y es origen de mi más profundo respeto.
Piense cada uno si, en situación similar, desearía contar con representantes de su pueblo como estos que terminan de reclamar investigación de los hechos y Justicia.
Y hablando de Justicia, es necesario destacar también, el reconocimiento hecho por los concejales guatrachenses a los libros “El informe 14” y “Crónicas del fuego”, como así también a sus autores, Juan Carlos Pumilla y Norberto Asquini, sin los cuales se hubiese complicado la administración de la Ley por parte de jueces ajenos a nuestro medio.
Para reforzar mi alegría y evocar la figura entrañable de Carlos Davit, agrego a esta humilde nota, el volante que se distribuyera al cumplirse treinta años de su asesinato con comentarios de quienes fueran sus compañeros y amigos
Mi sentido homenaje a los integrantes del Honorable Concejo Deliberante de Guatraché.
Atentamente
Guillermo Herzel
En tanto que un pueblo sea
capaz de preservar su pasado de
manera coherente y respetuosa,
asegurará el futuro de su cultura.
Fundación Rigoberta Menchú Tum
1975 – Noviembre – 2005
30 años del asesinato de Carlos Davit
Todos conocemos la ceremonia personal y silenciosa de instalar a nuestros muertos en el costado de mayor respeto en la memoria.
Tienen el peso suficiente como para vencer al tiempo, en el terreno de los recuerdos. Un modo de sobrevivir.
Ocurre que el poder (El poder, no los gobiernos) siempre ha utilizado a la muerte como el más eficaz de los avisos.
Todos conocemos, seguramente, los detalles de la muerte de Tupac Amaru (1781) Muy pocos deben saber, sin embargo, los motivos de tal padecimiento.
Es necesario conocer el escarmiento, recordar lo que les pasa a los rebeldes cuando se toman demasiado en serio su rebeldía. Y también es necesario olvidar las causas. Que nadie descubra que coinciden con los sueños que sueñan todavía los hombres justos.
Las interrupciones de los procesos democráticos, más aquí en el tiempo, tuvo siempre como meta el beneficio del poder, en desmedro de los intereses populares.
Ya en 1930, el General Justo derrocó un gobierno legítimamente elegido, cuando una ley de hidrocarburos estaba a la firma del presidente de la nación.
Fueron muchos los argentinos que manifestaron su rebeldía ante injusticias como ésta. Las dictaduras optaron, entonces, por “descuartizar” a los rebeldes.
En 1975, Carlos Davit terminaba su carrera de contador en la UNS. Integraba el Centro de Estudiantes de Ciencias Económicas. Era miembro de la comisión del Club Universitario, donde funcionaba el comedor universitario. Y, además, militante de la Juventud Universitaria Peronista.
La triple A hacía estragos y Bahía Blanca era uno de los centros de mayor violencia represiva.
Contra esa violencia del poder, se manifestó Carlitos, desde cada uno de aquellos puestos de lucha para los que había sido elegido democráticamente por sus pares.
A Carlos Davit lo mataron con un tiro que le produjo, en la parte alta de su espalda, una herida del tamaño de una mano. Los cuarenta o cincuenta tiros restantes no fueron para él. Fueron para sus compañeros universitarios. Para enterarlos de lo que “les pasa a los rebeldes”. Es bueno advertir, a esta altura, que él fue de los primeros estudiantes asesinados por la AAA, cuando ésta hacía “sus primeras armas”, al mando de López Rega, funcionario de un gobierno democráticamente elegido.
Carlos Davit fue, sin duda, un rebelde. Desde su rebeldía, imaginaba un país mejor. Ese país no sería sólo para él. Era el país que soñaba para todos. Él desarrolló una actividad política, pensando en su prójimo. Y esto, más allá de interpretaciones, es lo que debemos rescatar para guardar su recuerdo en “el costado de mayor respeto en la memoria”
Existen múltiples testimonios de quienes lo conocieron, compañeros de estudio, amigos, militantes, parientes. Es necesario conocer esas opiniones, medir la talla de quienes las ofrecen y abrirnos a la comprensión de un momento muy oscuro de nuestra historia reciente.
Quizá la mirada que podemos echar, treinta años más tarde, nos permita comprender los “detalles de su muerte” y también los “motivos de su padecimiento” .
Desde la memoria
Guatraché, 19 de noviembre de 2005
”… era mi hermano, mi amigo, mi compañero del alma”… me tiemblan las piernas al poder hablar con alguien de éste tema. luego de 30 años.”
María Rosa Toncovich (Tandil)
Yo recuerdo que una de las últimas veces que vino, le dijimos: Carlitos, si vos querés irte del país, te vamos a ayudar como sea, y el nos contestó: No, no… ni pensarlo, pero si yo no tengo ni un cortaplumas, nada ¡Qué me van a hacer a mí!
Nélida Pérez de Dayup (Guatraché)
“Me encantaría estar presente pero me va a resultar totalmente imposible: salgo el 18 de Nueva York, el 19 a la noche salgo de Bs. As y el 20 a la mañana llego a Bahía para estar solo por 4 días con mi madre de 85 años que hace dos años que no veo…”
Anahí Galante (N. York)
“… me llama por teléfono mi hermano y me dice ….lo mataron, y no sabes de que manera… Apareció colgado de un puente….Lo mató la Triple A… Lo de Watu (Cilleruelo, asesinado el 3/4/75) junto con lo del Pelado, fueron de las primeras muertes de chicos de la Universidad…”
Susana Matzkin (Bahía Blanca)
“Pero NUNCA podrán decir que el Pelado fue Montonero… Eso es una pavada,…..yo te lo puedo garantizar”.
María Rosa Tonkovich (Tandil)
Y… una cosa de esas, en ese tiempo tenían miedo hasta los abogados…”
Antonia Testa (Guatraché)
Cuando me enteré de la noticia sentí mucho dolor, porque yo era muy amiga de él… Carlitos era un chico sano… un chico del campo”.
Nuchi Irion (Darregueira)
La imagen que yo tenía de él era la de un chico bueno. No me lo imaginaba a Carlitos tirando bombas o matando gente, siempre lo ví repartiendo volantes en la vereda.”
Marta Mitzig (Guatraché)
… pero yo no coincidía con la lucha armada. Era algo así como la hormiga contra el elefante…
María Rosa Toncovich (Tandil)
“…Mi papa siempre decía que a los inteligentes no los querían, por eso los mataban. Es que Carlitos era un tipo muy inteligente…”
Graciela Testa (Guatraché)
Es que mi hermano quedó con mucha bronca por lo que le pasó, estar detenido en la escuelita, ya que el nunca militó”.
Susana Matzkin (Bahía Blanca)
“Acá de la gente se escuchaba cada boludez… Decían de Carlitos: ¡Que se joda…algo habrá hecho! Pero yo no opinaba lo mismo.”
Quico Heim (Sec. Rural Santa Teresa)
”Él siempre nos decía que iban a los barrios pobres, los ayudaban, les pintaban las casas, les enseñaban como trabajar, como limpiar… Iban chicos y chicas… Otros les enseñaban a revocar, a pintar, a las mujeres a coser, …..eso era todo lo que hacían…”.
Nélida Pérez de Dayup (Guatraché)
”Yo de Carlitos tengo muy buenos recuerdos, aunque esto es muy fácil decirlo ahora, ya que después de muertos son todos buenos ¿no? Pero no es mi caso…. ¡A mi lo de Carlitos me marcó mucho!… A veces pienso que, de haber seguido estudiando en Bahía, me hubiera pasado lo mismo!!!
Quico Heim (Sec. Rural Santa Teresa)
“Era un gran tipo, sencillo, cariñoso, con un sentido del humor estupendo, quizás tenga en Bahía Blanca –si mi vieja no me las quemo– unas fotos de un asado de la JUP que hicimos una vez en el parque de Mayo, a la orilla del arroyo…
Anahí Galante (N. York)
“… el Pelado era tan puro y tan entrañable, que nunca supe, o siempre me quede con la intriga sobre si a el alguna vez se le pasó por la cabeza otra cosa respecto a mí. Hubiese sido un honor haber tenido algo con el Pelado… éramos inseparables…”.
María Rosa Toncovich (Tandil)
Entre los jóvenes que asistíamos desde el estudio, debe haber no menos de 50 muertos, en Bahía Blanca
Dr. Víctor Benamo Rector de la UNS 1973
Lo que hizo Carlitos fue participar y eso es muy bueno para mí. Es lo que siempre les decíamos a los jóvenes desde las juventudes cooperativistas.
Gerardo “Ruso” Friedel
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