22-O: el cuerpo, las cinco espadas y los dos discursos


22-O: el cuerpo, las  cinco espadas  y los dos discursos

Por Norberto G. Asquini

En los últimos días se desplegaron los primeros actos, las primeras apariciones públicas, de las dos fuerzas que compiten en las elecciones del 22 de octubre por el primer lugar en La Pampa. El PJ y sus aliados y el frente que representa Cambiemos son los dos campos políticos que han aglutinado tanto desde el oficialismo como en la oposición a todos los sectores políticos posibles. El PJ todas sus líneas, más los kirchneristas y los massistas. Cambiemos al PRO, la UCR y otros partidos tradicionales. Representan al 90% de los pampeanos y pampeanas que votaron por algún candidato en las primarias. Ahora ambos buscarán ganar ampliando aún más, con distintas estrategias, su base electoral.

El cuerpo y las cinco espadas

Tras las primarias, el gobernador Carlos Verna comenzó a caminar la provincia. Hubo varios actos en distintos pueblos que lo tuvieron como protagonista central. Verna le va a poner el cuerpo a la campaña. Se sabe el dirigente más votado en La Pampa y las encuestas, aunque todos las miren con desconfianza, muestran que su figura conserva una alta aprobación. Ahora quiere trasladar esos apoyos a la lista oficialista.

La semana pasada comenzó con la exposición de su imagen, vinculada al candidato justicialista Ariel Rauschenberger. “La gente no identificó a nuestro candidato con el gobernador, no era conocido, ese fue un punto débil en la primaria. Ahora hay que pegarlo a nuestra principal figura”, indica un analista del justicialismo.

Pero además está el poder territorial que debe ser desplegado para ganar. “Al PJ no le pueden ganar la calle. El gobernador mandó a trabajar a todos”, indica otro vocero. En General Pico, el bastión que hay que defender y recuperar en el peronismo, Verna desplegó a sus cinco espadas: el senador Daniel Lovera, la diputada Alicia Mayoral, la ministra Fernanda Alonso, el intendente Juan Rainone y el exintendente Jorge Tebes. Los cinco se dividieron la ciudad, y el 22-O les tomarán examen.

Hubo otro acto más íntimo en el PJ, del marinismo, para calentar máquinas y respaldar a Rauschenberger. La tertulia peronista parece que quedaría para puertas adentro en la próxima campaña. Ahora el apoyo que se debe buscar es el del votante independiente. Hacia allí es que se quiere ampliar.

Y un tercer acto fue el de La Cámpora. El kircherismo no es central en la elección pampeana. En parte apoya a Rauschenberger con los camporistas, en parte le hacen el juego a Cambiemos como ocurre con los disidentes de la lista que se presentó por dentro del PJ y ahora dejó liberados a quienes acompañaron ese sector. “En La Pampa no hay medias tintas: o votas a Cambiemos o votas en contra. Decir que estás con CFK y por eso no votas peronismo es evadir la responsabilidad”, indica uno de los dirigentes justicialistas consultados.

Los dos discursos de Cambiemos

Otro acto que tuvo su repercusión fue el de Cambiemos. En el Comité radical se plasmó la alianza que terminó de amoldarse con el triunfo del PRO en las primarias. Hacer un acto en ese salón fue un gesto del PRO hacia adentro de Cambiemos, y hacia afuera para la platea radical. La dirigencia de la UCR tras el golpe de las PASO se acomodó displicente a los nuevos tiempos. No le queda otro camino. La maleabilidad radical es una virtud adquirida en los últimos días, mucho más útil que otras como los principios históricos. Sus dirigentes celebran que pueden llegar a meter la primera diputada nacional en el Congreso: una posibilidad que no fue por democracia interna, ni por promoción del género en sus filas, ni por convencimiento, sino por obligación tras la derrota electoral.

Pero no está nada mal su posición frente al nuevo escenario político. Hoy el radicalismo se abraza a Cambiemos y aplaude a Macri, porque ahí está su futuro. Los mismos que evadieron las invitaciones de Javier “Colo” Mac Allister, que subestimaron el espacio y el futuro del PRO, ahora han quedado necesitados de él. “Quienes desalentaron la conformación de la Mesa Cambiemos en La Pampa, ahora la reclaman como una necesidad. En el comité radical palmeaban a Mac Allister quienes lo esquivaban poco antes”, indicó al autor después del acto un dirigente del PRO que había participado de una reunión previa en la Fundación Pensar.

Este Cambiemos pampeano tiene un rumbo que imponen sus protagonistas, Mac Allister y su candidato Martín Maquieyra, pero no queda libre de las tensiones de un doble discurso. Uno es el que apunta a futuro, el otro es ya repetido desde hace años en la oposición y no le ha dado muchos resultados. El primero es el del PRO. Un mensaje abierto, buscando el voto peronista disidente del PJ. Un pedido de unidad, buscando ciertas raíces históricas de la oposición al PJ en La Pampa. Quiere sortear el clivaje pampeano de los dos campos antagónicos, el peronista y el no peronista, para ampliar su base. El otro discurso es el del presidente de la UCR, y del sector que representa, antiperonista y más centrado en una estrategia de confrontación, de la que ni siquiera son protagonistas. Sobreactúa ahora su apoyo a Macri, tanto como la defensa de la gestión santarroseña. Ambos discursos quieren perfilar un Cambiemos: el amplio de Mac Allister, el cerrado del presidente de la UCR. Uno suma, busca consolidar; el otro atrasa.

Si el dirigente está enrolado en Cambiemos, habrá que observar al votante que se volcó por los postulantes del radicalismo que ya no están en carrera. ¿Habrá alguna fuga hacia la tercera opción del Frente Progresista donde hay un candidato con pasado radical? Es lo que analizan en las dos primeras fuerzas. Para Cambiemos, la polarización será concluyente. Para el justicialismo, hay a quienes no les cierra la nueva alianza.

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